Capitulo 6 - Nadie...

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- Hey! Te estoy hablando mocosa!- Yo seguía inmóvil, sin habla frente a Leila, mientras ella seguía haciéndome señas para que reaccionara.

- Ah? - Si, solo eso salio de mi boca, patético, lo sé.

- ¿Cómo que "Ah"? Apenas puedes reaccionar al ver mi belleza como se puede ver.

Si, si, si, su gran "belleza" que destacaba en toda la escuela, si, esa belleza, era cierta, pero ¿acaso no puede hablar de otra cosa?, pero como siempre, me quedo callada, y no se por qué lo hago, tal vez el hecho de que si le digo algo, tenga miedo a lo que vaya a pasar.

- Oye imbécil, ¿dónde esta tu amiguito lindo? Ese tal Jasón- Demonios, justo el nombre que nunca hubiese querido que saliera desde su boca, y mucho menos ahora que el se fue...

- ¡Que te importa!- No se si escuche bien, pero... ¡¿Qué cosa dije?!.
Leila se quedo perpleja al escuchar que hable, y mas porque le conteste que no era de su incumbencia, ni siquiera sentí que esa fuese yo, jamás le contestaría a nadie mas que fuese mi hermano o Jasón.

- ¡¿¡Pero que me acabas de decir!?!- Me di cuenta que hubo una reacción, y no era química, no supe que hacer, Jasón, salvame desde la ciudad en la que estés de Minesota!.

- ¡Ya dejala Leila! No tienes porqué molestarla.

¿Qué? ¿acaso esa es la magia del poderoso Jasón viajando a la velocidad de la luz desde Minesota? Volteé hacia donde provenía la voz de mi salvador... ¿QUÉ? ¡Era el mismo tipo que me llevo a la enfermería! No lo podía creer, ¿pero qué hacia el aquí defendiendome de Leila? Segunda vez que me salva, y ni siquiera se su nombre, dejando mis pensamientos de lado, veía que esto se estaba tornando intenso.

- ¡¿Que no tengo razón!? ¡Ella no es nadie y se atreve a contestarme!- Ouch, eso, me dolió.

- ¡La estas molestando, obviamente te iba a contestar!- Chico el cual aún no se su nombre, eres mi héroe.

- ¡¡Si tan afectada esta, y quiere defenderse de que yo la "moleste", que ella misma se defienda, no tú!! ¡¡Nadie sabe quién es, ni es nada en este mundo, es una inútil!! ¡No puede valerse por si sola, siempre la tenia que defender Jasón! El se fue, no tienen porque suplantarlo- De ahí Leila se marchó del pasillo molesta por la conversación que tuvo con el chico.

Mis ojos estaban vacíos, las palabras dichas por Leila... Eran ciertas, y mucho... Mi vida no valía, era solo una persona que esta de más, ni siquiera podía defenderme de algo que ni siquiera estaba segura que yo haya dicho, pero esas palabras... Tocaron fondo...
Mi cuerpo seguía inmóvil, con un nudo en la garganta, y los ojos cristalinos, como si fueran a llorar, pero no lo hacen. Vi que el chico que me había defendido se iba acercando hacia mi. No, ¡no quiero hablar!.

...Y salí corriendo.

¿Y Si Se Ponen En Mi Lugar?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora