PRÓLOGO

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    Lo vi directamente a los ojos, estaba serena y totalmente segura de lo que le diría, pero debía de ser sutil, "ir directo al grano", no quería que el ambiente se volviera un mar de lágrimas y no precisamente por mi parte.

    –Escucha, esto que tenemos, que, por cierto, no sé qué es lo que tenemos, se acabó.

    –¿Co-co-como que se acabó?

    –Ay, pero si eres cerrado, si, se acabó, puff, se terminó.

    –¿Y por qué?, hasta donde yo sé íbamos bien.

    –Puede que me atraiga alguien más.

    –¿Puede?, vas a dejar esto por un simple puede. Ni siquiera estas segura de que te guste.

    –Quizás y tengas razón, pero el que no arriesga no gana.

    –¡Quizás!, ¿estás basando esto en solas suposiciones?

    –Mmm... sí.

    Después de una entretenida charla, en la que discutimos el quién y el porqué, logré librarme de él, al menos por el momento. Cuando estaba a punto de cerrar la puerta de su apartamento, me sostuvo del antebrazo, dirigió su mirada al piso y espetó:

    –Ha de ser una broma, ¿cierto? Digo, ¿qué le has visto que no tenga yo?

    –No, no es una broma, te estoy siendo sincera.

    –¡Oh, vamos! Tú no eres así, ¡te conozco!

    –Sí, imagínate, yo también creía conocerme y mira.

    Cerré la puerta dando por terminada la conversación, en ese momento, me sentí rara, posiblemente acababa de dañar la mayoría de sus ilusiones, pero ¿qué más da?, al fin y al cabo, estoy optando por la mejor opción para los dos.

COLD•RED: InciertoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora