C O L O R S

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Todos al nacer somos un cuadro en blanco, somos una obra de arte que está a punto de ser pintada. Pasan los años y vamos tomando color, vamos convirtiéndonos en la obra de arte que seremos, con colores y matices.

Desde la cama acostada, viendo a Yoongi fumar perdido en la ventana podía notar lo gris de su existencia, no solo en su cabello, no sólo en el humo de su cigarro, el era gris, hace mucho que había perdido su color. Pero el no lo sabía, ni siquiera sabía lo que significaba.

Aunque había más colores, aveces el azul de las pastillas que se tomaba todos los días al sentir que la realidad lo estaba pintaba con el azul de su tristeza , pero siempre era alcanzado por lo gris de sus sueños, el vacío era más grande que cualquier otro matiz.

El había dejado de ser el Yoongi que yo conocí o tal vez nunca lo fue, tal vez siempre fue una ilusión mía queriendo ver algo que nunca estuvo ahí.

Poco a poco la visión que tenía de el se volvía borrosa, el ya no me vía como un sostén de su vida pero yo a él lo seguía viendo como la obra de arte más hermosa, pero me daba cuanta que aveces lo más hermoso es lo más letal, lo más dañino.

El era mortífero, vacío. Sin color.

Se destruía a el, no creía merecer nada, no se merecía el amor que yo le daba, no merecía nada de lo que él tenía, no me miraba ya , no me quería cerca y no estaba segura que yo aún lo quería cerca. El no quería sentirse abrumado por aquel amor, el no podía con eso, no podría conmigo nunca pudo.

Sus demonios eran más grandes que los mios.

—Ye Eun— dijo mi nombre, lo dijo por última vez y lo hizo con tanto cuidado y anhelo que me movió como lo hizo el primer día, pero ya no quería sentir eso ya no podía sentir eso por el— yo...

Lo interrumpí tomándolo de la mano, guiándolo por los pasillos de aquel departamento que nos vio subir y caer. El me miraba expectante,esperaba por algo que yo sabia nunca más volvería a pasar.

Lo senté enfrente de su viejo piano—¿Podría escucharte tocar una vez más?

Todo había terminado como había empezado, un ciclo llego a su fin y estaba bien, realmente lo estaba.

Y así fue, todo regreso a la normalidad, el seguía siendo el amor más grande que alguna vez tuve yo fui la persona que lo amo más que nadie hasta el último día.
Seguí con mi vida, con una nueva perspectiva, con nuevas metas, ganas de vivir de amar y ser amada.

Nunca pensé que sería capaz de despertar sin el a mi lado, pero lo logré. El sol salía y yo podía vivir mi vida.

Una vida sin Min Yoongi era posible.

Como dije era corta y por mera satisfacción

-A

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