Sus ojos se cristalizaban y nadie se daba cuenta, su corazón estaba triste al igual que su mente, y nadie se daba cuenta.
En el medio de la penumbra, ella lloraba, entristecida, por aquel amor que se fue, y nunca volvió.
Se dio cuenta de que no valía la pena, de que el nunca la había querido verdaderamente, le había hecho pensar que era la única y que era especial, pero no era así. Pensarlo la ponía aún más triste.
7:45 am
Cansada de cubrir sus mejillas con lluvias desesperantes, se durmió, con el deseo de que todo fuera un sueño, y sólo un sueño.