El primer Dia

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-¡¿Cuándo podrás madurar?!- grito la madre a su única hija

-Nunca- dijo está subiendo las escaleras para encaminarse a su alcoba, estaba molesta ya que no era primera vez que le gritaba por el mismo tema, al parecer no la aceptaba como era, en realidad no era así pero las circunstancias lo requería, desde que empezó con su nuevo trabajo de empresaria dejo de abrazarla, felicitarlas por sus buenas notas, darle un beso cada noche antes de dormir, ya no era la misma madre que era antes, había requerido a las niñeras desde los 12 años, las niñeras lo único que hacían era cuidarla y los aceres de la casa, desde eso sus notas bajaron, cuando llamaban a su madre a el colegio no se separaba del teléfono por las cosas de la empresa y eso disgustaba a los profesores así que nunca le dijo que la llamaban del colegio o de la Universidad, era una pérdida de tiempo tanto para ella como para los profesores, la maldad que ella le hacía a las niñera era para que su madre al menos le hablara, aunque fuera gritando, solo quería llamar la atención de su única pariente.

-Que dolor de cabeza tengo- sobo su cabeza con su manos, el estrés era muy grande, las cuentas de su trabajo estaban que colapsaban y su hija única de 18 años estaba de lo peor, desde que había entrado a secundaria había adoptado esa actitud nunca entendió por qué pero ya no podía con ella, había tenido más de 10 niñeras en cada año, tendría que tomar medidas extremas

Fue a su oficina y se tomó una pastilla para el dolor, cuando se la trago vio en el escritorio un folleto que requería trabajo de lo que fuera, al parecer era un chico, una idea se le vino a la mente después de eso

-Qué tal si en vez de una niñera, ¿Un mayordomo o niñero? Tienen más carácter y son más fuertes en el mando, bueno para mi hija- dijo está agarrando el folleto y sonriendo por la buena idea que acaba de tener. Después de eso mando a sacar miles de copias y ordeno a sus empleados a pegarlos por la ciudad, el folleto consistía en que el trabajo de niñera para una linda chica o algo así decía, la cosa era que salía la foto de su hija y obvio vendrían muchos a su casa a "probar el trabajo" de mayordomo, su hija no estaba nada mal así que varios irían con otras intenciones

Ana la madre, estaba sentada en su escritorio entrevistando a un chico de 26 años que requería el trabajo, a los ojos de ella no quería el trabajo si no otra cosa, había tachado a muchos por eso y porque eran como las niñeras muy tímidos y necesitaba a uno dominante y agresivo (sin compasión)

-Te llamaremos si eres el indicado, te puedes retirar- le dijo Ana a el chico de 26, no la convenció con su perfecta sonrisa –Siguiente- grito ella, mientras miraba el papel donde tenía los nombres anotados, escucho como la puerta se abría

- ¿Nicolás? Cierto- levanto la vista y se quedó asombrada por su vestimenta, andaba de lo más formal, un smoking, su postura era rígida y mirada seria

-Sí, señorita, el mismo, ¿con quién tengo el gusto yo?- se acercó a el escritorio, estrecho su mano

Pov Nicolás

Me levante temprano como siempre, ya tenía 1 semana trabajando para la señora Ana pero a la que no veía muy a menudo era a la señorita Jess, la mayor parte del tiempo "dormía en su alcoba" vi el reloj y eran la 5am de la madrugada perfecto para hacer el desayuno y estar listo a las 6 o 7, me duche, vestimenta de pantalones negros, camisa blanca, corbata, zapatos lustrados negros, a punto de colocarme el saco recordé que cocinaría, así que no sería bueno mancharlo, lo agarre y lo coloque a un costado de mi hombro

Baje las escaleras y divise toda la casa, era bonita y sencilla, me encamine a la cocina y quise preparar algo ligero, antes de empezar deje mi saco en el mueble y me subí las mangas. El desayuno consistiría en unos huevos fritos, con ensalada cesar y panes cortados en forma de círculos, jugo de naranja

-Perfecto para empezar el día- dije admirando los platillos que había preparado

Al terminar me sacudí las manos en el agua, mire el reloj, marcaban las 6:30. Me coloque el saco, subí a la habitación para perfumarme,  dirigiendome a la habitación de la señora Ana, pensaba en como interrumpir el sueño de la que me contrato, pense mil maneras hasta que mi cuerpo actuo por si solo, toque las puerta, espere un rato y vi que salió que solo la jefa, otro dia que la señorita Jess no se levantaba, creo que tendré que actuar, no puede seguir esto asi

-Aaah buenos días Nicolás- dijo bostezando y estirándose la señora Ana

-Buenos Días Jefa ya está listo el desayuno- ella me miro sorprendida y se enderezó

-¿el desayuno? ¿jefa? -dijo ella aun con el ceño fruncido

- O disculpe, Señorita Ana el desayuno está listo-

-¿Tú lo preparaste?-asentí

-Woow me sorprende cada vez más- ella iba bajando las escaleras hasta que me atreví a preguntarle

-Señorita Ana ¿cuándo despertara su hija?- dije apuntando su puerta- Mi trabajo consistía en ella, pero no tengo que hacer mucho por lo que veo- ella siguió caminando

-Tranquilo, no se levantara hasta las 12 o 1 dijo sin voltear- yo fruncí el ceño-Ah y acostúmbrate, todos sus días son así y te contrate si se llega a fugar como lo hacía antes pero por lo que veo a estado muy tranquila-dijo sin ninguna importancia

-"Nadie en mi cargo se levanta tan tarde"-Pensé. Me atreví a abrir la puerta, pero estaba con seguro, así que subí y me adentre por la ventana, cosa que hice con facilidad, estaba aún dormida, agarre el despertado y lo puse para que sonara un minuto, lo coloque en su oído... 

Sonó

 Ella se levantó de golpe cayéndose de la cama -Mierda- dijo sobándose la cabeza.

-Buenos Días Señorita Jess- dije con la mano en mi pecho y haciendo reverencia- El desayuno está listo

-Y?- al parecer se molestó por haberla despertado de esa manera

-Perdone si la moleste pero es hora de levantarse- dije seriamente

-Y si no que?-su cara parecía que sacaría humos por la nariz ¿me estaba desafiando? Es una niñata engreída

-Ps no querrá volverse mi enemiga,no permitiré que una niña se interponga en mi camino, así que levántese- estaba harto en tan poco tiempo por ella

- Ja! si claro- se volvió a acostar y se cubrió la cara por los rayos del sol, me limite a quitarle la sabana y doblarlas

-Oye!!- dijo levantándose de la cama para arrebatarme las sabanas pero las alce y como era más pequeña que yo saltaba para alcanzarlas

-O se levanta o La encierro, significa no comer, ¿Cual prefiere?- ella me miro con asombro y temor

-SIP dígame señor? - se colocó en posición de soldado y no pude evitar que se me saliera una sonrisa, ya sabía una de sus debilidades

La comida... 

El Mayordomo PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora