Celos Equivocados

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Pov Peter

Si... Vamos- fue lo que me dijo al salir de la celda junto con su hermana, ¿Por qué quiere ver tanto a ese estúpido vampiro?... esperen ¿¡y por qué me tiene que importar?! Agarre el coso que permite buscar a las personas, es algo que suena en toda en la empresa y si quieres llamar a alguien lo llamas por ahí (nunca me aprendí el nombre)

- Cambio! Derek

- Dime Peter, Cambio

- Derek! ¿Dónde está tu estúpido hermano?

- Conmigo

- ¿Y dónde estástú idiota?

- Oye! Aquí el cortón y de mal humor soy yo

- ¿¡Donde mierda estas?!

- No te diré! La palabra mágica

- ¿¡Me puede decir donde mierdas estas!? Por favor

- Te falto algo

- ¡¿Qué?!

- ¡CAMBIO!

- QUIERES MORIR AHORA O DESPUES?! ¡PORQUE DESPUES TE MATARE YO!

- En la sala 94, Cambio

- Allá estaré en un minuto

- Di cambio

- ¡CAMBIO!

- No sabes utilizar esto!

- Púdrete

Jess y Jessica me miraban raro por mi manera de ser

-Pensé que eras el bromista, ¿qué te pasa?-Me dijo Jessica con el ceño fruncido

-No te importa- Ella frunció el ceño más de lo normal

-¡Si me importas pedazo de imbécil! ¡Por algo te pregunto!- dijo ella roja de lo enfadada que estaba

-Es cierto, que te pasa- Dijo Jess preocupada, voltie los ojos y empecé a caminar a la dirección que me había dado Derek

-YA SE! Le diré a Jess que tienes si no me dice tu- dijo esta con una sonrisa triunfadora –No te atreverías- la mire serio

-A que si

-Me pueden decir que ocurre?- Jess estaba confundida

-Él le da rabia que prefieras a –Jessica no pudo terminar ya que antes de que dijera el nombre, le lance mi zapato

-PERO QUE MIERDAS TE PASA!- Jessica me miraba con cara de "No vives hoy" o de pocos amigos

-Jess ve derecho hasta conseguirte una puerta con el número 94 – dije yo sonriendo tapándole aun la boca a Jessica, ella asintió y corrió así allá

-¡¿PERO QUE TE PASA?!- Dijo Jessica zafándose de mí- ¡De vaina dejo de respirar! ¡ANIMAL!

-Que le ibas a decir?- voltie viendo a Jessica seriamente, casi me delata..

-Ps obvio que a ti te gusta ella! O me equivoco?!- al decir eso baje la vista al suelo y sonreí –Que te hace pensar que es ella?-dije volviéndola a ver, me acerque a ella y le levante el mentón – Aunque seas berrinchuda, agresiva, así me encantas- Al terminar de decir eso Jessica ya se había puesto sorprendentemente roja, parecía tomate

-¿Que-e di-jis-te?- dijo ella tartamudeando, me acerque más a ella, con solo centímetros de nuestros labios, rosaban al hablar –Me gustas Jessica, solo quería comprobar si yo a ti, pero veo que no-Dije, no falto poco para que ella me besara sorpresivamente y yo le siguiera el beso

- Me encantas menso- me acerco más a ella y me jala el cabello para profundizar el beso, subí sus muslo hacia mis caderas sintiendo como se despertaba mi masculinidad, eso labios carnosos que tanto desee tener sobre los míos me besaban como si no hubiera un final, tenían un sabor inexplicable, un sabor que me excitaba más y mas

-Oigan ¿por qué no se van para un hotel?- Escuche una voz familiar y voltee, era Derek riéndose –Creo que debes calmar a ese amiguito- dijo apuntando a mi erección, Jessica se sonrojo por la vergüenza bajándose de mi rápidamente

-Eh... y Jess?- dijo ella avergonzada mirando el piso

-Está esperando que Nicolás despierte- dijo serio –Y tú me debes una explicación Peter-dijo Derek viéndolo serio –Pero sigue en el cuarto que tienen atrás, no lo ocupa nadie- dijo este yéndose con una sonrisa, mire a Jessica y estaba pensativa mirando un punto fijo en la nada- Si te gustaba, ¿Por qué me mantuviste encerrada?- dijo ella viéndome, la agarre del antebrazo y la adentre al cuarto –Me tenían prohibido enamorarme de los que están aquí, se enteraron de lo que sentía por ti y te encerraron, me ofrecí a cuidarte para estar contigo, aunque me vieras con odio yo te amaba igual – Jessica levanto la vista y vio que lo decía con sinceridad haci que me abrazo

-Pero me tratabas mal?- dijo viéndome de nuevo

-Después de todo una relación funciona con maltratos ¿no?, si te trataba como quería yo, no me hubieran dejado cuidarte- acerque su rostro hacia a mí- ¿Me amas?- dije en un susurro, besando su cuello

-Siem-pre lo he he-cho- respiraba entrecortada, sinceramente quería que gritara mi nombre, quería tenerla debajo de mí, aun mi amiguito no se calmaba, él quería más, agarre su mano y la baje hacia mi masculinidad –Ves cómo me pones?- dije viéndola y ella cada vez más roja, la cargue y ella me jalo para que la besara, la pegue contra la pared explorando su cuerpo, quite su camisa viendo que brassier tenía, era de color negro y quedaba espectacular con su color de piel, succione su cuello haciéndole un chupón como recuerdo –Aa-a Pe-ter- dijo jadeante, desabroche su sostén liberando su senos

-Incendio!- dijo un señor entrando al cuarto vio a todos lado pero estábamos atrás de la puerta, el entro al cuarto y cuando iba a salir nos vio –DIOS MIO!- agarre a Jessica estrujándola hacia mí, para que no la viera, lo mire serio y le hice un ademan de que saliera –Discúlpenme pero tienen que salir, se incendia la sala 93- dijo saliendo al final

- Lo dejamos para otro día- Lamí su lóbulo de su oreja

-O-ok- dijo, ella no quería bajarse de encima de mí y no entendía por que

-¿Qué pasa?- dije frunciendo el ceño, no le podía ver la cara, estaba abrazando como si ocultara algo

-N-o te-engona-da- capte lo que me quiso decir, se me había olvidado que el único que estaba vestido aquí era yo, busque con la mirada su brassier y su blusa, los encontré tirados en el suelo y los agarre (aun cargando) -¿Por qué te avergüenzas si ya te deleite?- dije en su oído

-No-o qui-ero que me veas, tapate!- dijo ella rasguñándome con su espalda, estaba asustada... - No lo hare, eres mi novia y te ayudare a vestirte- dije bajándola al fin, ella me quito su blusa y se tapó, sonreí por cómo se veía, tenía una mezcla de vergüenza y rabia, agarre uno de sus mechones rebeldes que se resbalo y lo devolví a su lugar... -Yo te pondré esto- levante el brassier y ella abrió los ojos sorprendida, no se había percatado de eso- Dámelo!- dijo saltando en puntitas

-Yo te lo pondré- dije sonriendo, ella negó y siguió saltando, la agarre y la bese de nuevo causando que se relajara, adentre mis manos por su cintura colocándole suavemente el sostén, ella se sobresaltó por la sensación de mis manos –Listo- dije separándome y viéndola, la ayude con las tiritas, se colocó la blusa, aun parecía tomate -Ahora busquemos a Jess- dije abriendo la puerta, cuando iba a salir ella me jalo, dándome un corto beso –Claro que te amo...

El Mayordomo PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora