Celos

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«Fairy Tail es propiedad de Hiro Mashima»

Este conjunto de drabbles participa de mi reto Gruvia personal: Escribiendo como desquiciado (¿?)

Agradecimientos Especiales:

A Liraaz Nightgray, por ser la que dio pie a esta iniciativa.

Gray no está feliz.

Ni un poquito, de hecho, no lo está para nada.

Porque vamos, ver a Lyon vivo y coleando ya le cabreaba, que venga al gremio le ponía e terribles malas pulgas. Pero que se ponga a coquetear con sus «compañeras de gremio» ya era la gota que calmaba el vaso.

Vale, no. Sólo estaba fastidiando a Juvia.

Pero es que ese era el problema, joder. ¿Cómo es que el cabeza de nieve no lo pillaba? ¡Molestaba a Juvia, por un demonio! Bastaba con solo ver el rostro incómodo de la azulada para darse cuenta.

— Es sólo tu imaginación...— le oye murmurar a Laxus— ¿por qué no dejas de mirarla de una vez? Hace 45 minutos que lo vienes haciendo.

Gray muerde a Juvia–pan con recelo antes de responder:

— ¿Y tú como sabes eso?

Laxus sólo se inclina de hombros mientras señala con la cabeza hacia la barra, donde una sonriente Mirajane disfruta ver el mundo arder mientras come un trozo de pastel— el pastel de Erza.

Gray hace una mueca y le da otro mordisco receloso a Juvia–pan en lo que sus malas pulgas su multiplican por mil.

Han pasado otros cinco minutos— que realmente sólo fueron dos, pero bueno— y Lyon aún no se va. Juvia es cortés, de eso Gray está seguro. Es por eso que no lo ha mandado a volar como a él le gustaría que pasara. Está completamente seguro....en un 80 por ciento.

Vale, un 65 por ciento.

Cuando mira hacia abajo buscando otra Juvia–pan se da cuenta que ya se ha acabado los seis que la maga de agua le ha preparado. Pone una sonrisa orgullosa por unos milisegundos, de esa forma no habrá ninguno para Lyon.

Oh por Mavis, eso fue tan infantil que se abofetea mentalmente unas cien veces.

Vale, concéntrate— es lo que el mago de hielo se dice— no es como si el depravado de Lyon intente algo frente a todo Fairy Tail...sería un suicidio.

Con eso en mente, Gray hunde su cabeza entre sus brazos. Pasan otros cinco minutos — que realmente sólo fueron treinta segundos pero en este instante el reloj biológico dl mago de hielo está de cabeza— y no escucha la chirriante voz de Lyon pidiéndole matrimonio a su compañera trigésimo tercera vez en el día. Hace el amago de levantar la cabeza cuando dos cálidas manos se posan en su cabello de color azabache.

— Gray–sama— el suave tono de voz de la maga de agua, tono que sólo usa con él, por cierto, le arrulla inconscientemente al punto de cerrar los ojos a la caricia invisible en su cabeza. — Lyon–sama ya se ha retirado con Jura–san— ¿Por qué no se ha levantado a despedirlo?

Gray responde con un murmullo sinsentido y no levanta la cabeza.

— Juvia se ha sentido muy sola— él se da cuenta que no le está hablando a él, sino a si misma— Juvia quería que Gray–sama estuviera con ella. ¿Por qué ha estado alejado todo el día?

Obviamente, Gray no responde, pero tampoco hace el amago de levantarse. No es porque las caricias de Juvia estén por dormirlo, es que está demasiado cansado por aguantarse el no golpear a Lyon como para hacer algo más.

— Gray–sama se ha comido todas la Juvia–pan— hasta Crocus se podría escuchar el tono orgulloso en la voz de la maga de agua— A Juvia le preocupa ¿Acaso Gray–sama tenía mucha hambre?

El mago de hielo tuvo el impulso de rodar los ojos pero se contuvo por ser Juvia, nada más.

Se quedaron así un poco más...hasta que Gray no pudo aguantar el sueño y tuvo que levantarse, no sin antes cargar a Juvia en sus hombros y salir tranquilamente del gremio.

No es como si los celos de que Lyon vuelva le carcomieran... sólo tenía antojo de más Juvia–pan, estaba completamente seguro.

O tal vez no.

Sin notas de Autor.

Cristales de HieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora