Vergüenza

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«Fairy Tail es propiedad de Hiro Mashima»

Este conjunto de drabbles participa de mi reto Gruvia personal: Escribiendo como desquiciado (¿?)

Agradecimientos Especiales:

A Liraaz Nightgray, por ser la que dio pie a esta iniciativa.

[...]

Lo primero que viene a la mente de quien escucha el nombre de Gray Fullbuster generalmente varía de acuerdo a la persona; un gran mago, antisocial, infantil, decidido y un largo etcétera. Pero absolutamente todos coincidían en un aspecto: un desvergonzado nudista.

Cosa que divertía a unos, apenaba a otros y cabreaba a Gray.

Claro, no es como si él lo hiciera a propósito. Pero nadie entendería jamás que era una costumbre adquirida por el tiempo que pasó con su maestra. De todas formas, Lyon también se desnudaba a diario y nadie decía nada, ah pero lo hacía él y todo el mundo perdía la cabeza.

De todas formas, no es como si él sintiera verdadera pena por aquellas situaciones- embarazosas para los demás, normal para él –y por ello es que no armaba mucho jaleo respecto al tema. No es que no le importara su cuerpo, pero no lograba ver la gravedad de su exhibicionismo como el resto del mundo.

Ah, pero si lograba verla cuando era en otras personas.

Y es que, oh por Mavis ¿por qué esa costumbre del diablo tenía que ser tan pegadiza?

Una cosa era él, casi desnudo por los pasillos del gremio y otra era Juvia casi desnuda por los pasillos del gremio y demonios Wakaba cierra la maldita boca que tu asquerosa baba se desperdiga por doquier.

Y eso.

No es que quiera alargar el asunto ni demostrar cosas que no eran pero la cosa es que Juvia está muy bien dotada. Y no es que Gray se las esté mirando todo el tiempo, las condenadas rebot-saltan a la vista.

Vale, sí, se las está mirando. Pero no es un pervertido, aunque ande cas todo el tiempo en ropa interior, ¡no lo es!

El asunto es ése: Aunque el público masculino agradezca los malos hábitos de la inocente Juvia, Gray no. Bueno, sí, pero no lo admitiría.

Y mientras está enfurruñado con su bebida en un rincón de la barra del gremio como todo niño pequeño pensando en su dulce profanado es cuando Gajeel se le acerca.

Primero lo hace despacio, como probando si el mago de hielo no se le escapará otra vez antes de darle la charla. Y esta vez no lo hace, como si se hubiera resignado al sermón del asesino de dragones.

—Así que finalmente has caído en ello —comentó el dragon slayer antes de ocupar un taburete a la derecha de Gray—, ¿cómo ha ido la tarea de asimilarlo?

—Según tú ¿hay algo que asimilar? —Gray andaba de malas pulgas.

—No vas a ser un niño por siempre Gray, va siendo hora de que lo aceptes— bromeó con sorna Gajeel antes de pedir una cerveza—, verás, no soy idiota, ni tú tampoco. Sabes por qué estoy aquí ¿no es así?

Por un segundo, ambos pares de ojos viajaron al otro extremo del salón, donde una Lucy intentaba -inútilmente- que Juvia no se quitara la ropa en un descuido suyo. Gajeel se carcajeó unos segundos antes de retomar la conversación.

— ¿Es difícil aceptarlo para ti?— el tono de voz del Redfox mientras pedía otra cerveza se hizo un poco más suave— Al principio se hace un poco incómodo, sí, pero lo terminas atesorando como no tienes idea, créeme.

— ¿De qué estás hablando, Gajeel?

—Gray, a ti no te da vergüenza ver a Juvia en poca ropa— el mago dio una sonrisa escalofriante antes de ponerle una mano en el hombro—, lo que a ti te apena es otra cosa, ¿no es así?

Te da vergüenza darte cuenta de lo importante que se ha vuelto para ti, ¿a que sí?

Luego de un silencio incómodo, donde el mago de hielo finalmente comprendió el significado tras las palabras de su compañero, puso tal cara de horror multiplicando las risas de Gajeel quien realmente no pensaba sino aprovecharse de la situación.

—Claro que, tu secreto está a salvo conmigo, ge hee. Aunque, no puedo decir lo mismo de ella— con su dedo índice apuntó a una sonriente Mirajane quien había escuchado absolutamente todo—, pero tengo una solución para ti, Gajeel-sama será tu salvación, relájate.

Levantando a Gray quien tenía el rostro de alguien que había encontrado la cura para el cáncer, Gajeel le dio media vuelta mientras bebía toda la cerveza como quien se va preparando para lo peor.

— ¡Ve junto a mi dulce hermanita y hazle los treinta hijos que quiere! —De una patada poderosa lo mandó a recorrer medio salón mientras se limpiaba las manos como un trabajador consagrado.

—Gajeel-kun— la voz de ultratumba de Mira se dejó oír mientras el mencionado se da vuelta—, por tu bien será mejor que Gray no se haya tomado literalmente tus palabras.

Gajeel solo volvió a reír.

—No te preocupes Mira, es de Gray y Juvia de quiénes estamos hablando...--a medida que hablaba su voz se fue apagando, como dándose cuenta que había activado una bomba por accidente. Su rostro se fue agravando, hasta caer en el auténtico terror— ¿es así verdad?

Fin.

Sin notas de Autor.

Cristales de HieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora