9. Distracción

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No sabía que le excitaba más, si el que Taek Woon le apretara la cintura cada vez que aceleraba un poco la moto o el notar su cuerpo pegado al suyo, fuera lo que fuere Won Sik cada vez comprendía menos el cosquilleo en su cuerpo por ese hombre. Por desgracia su contacto con él desapareció en cuanto llegaron a su casa.

Tenía dudas del por qué aquel desconocido lo había querido seguir y él tampoco sabía por qué le había ofrecido distracción, pero no se arrepintió de nada en cuando el pelinegro miró maravillado cada rincón de su casa.

No era nada del otro mundo y ni siquiera estaba ordenada, pero al parecer a Taek Woon no le importó, pues leía con mucha atención, todos y cada uno de los papeles esparcidos por la habitación, los cuales contenían las letras y los pensamientos que a Won Sik le venían a la mente. En absoluto silencio, siguió a aquel curioso muchacho y finalmente paró en el pequeño piano que tenía en una de las habitaciones.

Sin ni siquiera preguntar, Taek Woon se sentó y comenzó a analizar la partitura que había puesta.

- Parece alegre comparada con el resto... - Won Sik enrojeció, pues esas notas salieron esa misma tarde mientras pensaba en él. - ¿Puedo...?- Asintió y se colocó a su lado.

Sus largos dedos se movían con soltura sobre el instrumento, dando vida al papel que se encontraba delante de él. Won Sik lo miraba maravillado, preguntándose como en tan solo segundos, había conseguido tocar su melodía sin ningún error. Pero, en el momento que Taek Woon comenzó a cantar sintió como moría lentamente.

Su voz, interpretando sus letras, era perfecta y única, como si toda la energía que no mostraba al hablar, saliera por su garganta en forma de música. Como tenía los ojos cerrados, Won Sik no se cortó a la hora de observarle, y pensó que era el mejor espectáculo que había visto en su vida.

Taek Woon tocó la última nota y Won Sik había quedado completamente embrujado, de tal manera que no lo pensó dos veces antes de tirarse literalmente a su boca. No llegó a más pues un clic en su cabeza lo hizo reaccionar separándose rápidamente.

- Lo siento... yo... - Agachó la cabeza avergonzado. – No se lo que me ha pasado por la cabeza... entiendo que quieras marcharte... tienes novia o prometida o...

Los labios de Taek Woon no lo dejaron terminar, habían cambiado las posiciones y ahora era el mayor el que se había lanzado sobre él y Won Sik lo correspondió con ganas, pues aquello superaba con creces todo lo que se había imaginado desde el momento en el que lo vio por primera vez.

Entre besos y caricias, Won Sik lo guio hasta su habitación mientras le quitaba todo lo que le sobraba de ropa a su invitado y éste no puso ninguna objeción. Lo tiró sobre su cama y se colocó a ahorcajadas recorriendo con sus manos cada milímetro de su blanquecina piel.

No era la primera vez para ninguno de los dos, pero el menor tenía algo más de experiencia pues llevó desde un principio las riendas del juego y Taek Woon únicamente se dejó llevar. Won Sik hizo que se diera la vuelta para después sacar del cajón algo de ayuda, un aceite lubricante con aroma hizo relajar al pelinegro, pues sus manos caminaron por su espalda bajando cada vez más hasta que al fin sintió sus dedos.

Aquel masaje erótico duró lo suficiente como para que ambos estuvieran preparados para dar el siguiente paso, Won Sik se introdujo en él poco a poco haciendo que el mayor gimiera a la vez que agarraba con fuerza las sábanas donde estaba tumbado. Levantó sus caderas, invitando al intruso a acelerar sus movimientos y éste captó la indirecta pues apoyando su cabeza en el hombro de Taek Won y sus manos sobre las de él, subió el ritmo llenándolos de absoluto placer.

Won Sik estaba exhausto, pero eso no le impidió continuar y cambiar de postura, ahora era el mayor el que cabalgaba sobre él mientras con una mano se autosatisfacía por delante. Ver a Taek Won se esa manera sobre él era el espectáculo más excitante del mundo y quiso saborearlo, levantó la mitad de su cuerpo para estar ambos a la misma altura y volvió a devorar sus labios a la vez que lo ayudaba a llegar al clímax. Sus líquidos mancharon ambos cuerpos y finalmente, con los corazones acelerados, cayeron agotados sobre la cama.

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If I could have anyone in the world... It would still be youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora