11. Tiempo perdido

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Hong Bin entró en su habitación algo entristecido, pero comprendía el motivo por el que Hyuk no hubiera querido pasar la noche con él. No hacía ni un día que se había confesado, era normal que quisiera ir poco a poco, pero solo quería pasar más horas con el que ahora era su chico.

En ningún momento se arrepintió de lo que hizo, llevaba meses planeándolo. Desde el primer día ya quedó encandilado con el muchacho que le atendió en el hotel. Tal Fue su flechazo que le pidió a su padre, el presidente de la empresa donde trabajaba, ser el encargado de viajar a la sucursal en Seúl con la excusa de ver a sus compañeros de universidad más a menudo, y por suerte aceptó.

En cuanto Hyuk correspondió a sus sentimientos, su cabeza volvió a planear lo que tendría que hacer, pues había decidido mudarse a Seúl y llevar la empresa desde allí. De esta manera podría compaginar su trabajo y su vida personal sin problemas.

Desde adolescente siempre había tenido claras sus preferencias y nunca tuvo miedo de decirlo, pues nunca pensó que fuera nada malo. La parte complicada era la de confesarlo a su familia, en ese aspecto tuvo la suerte de ser aceptado y el que sus padres lo apoyaran era algo reconfortante. Por ese motivo no tardó en llamar a su madre y contarle que al fin había tenido el valor de confesarse al chico que le gustaba.

Hong Bin parecía estar en una nube, su sonrisa no disminuyó en ningún momento ni siquiera cuando se chocó con la pared mientras miraba su teléfono y leía el mensaje que su novio le acababa de enviar.

Si no estás dormido... ¿Me abres la puerta?

Parpadeó varias veces para asegurarse que esas palabras estaban escritas realmente, eran totalmente ciertas, pues al abrir se encontró a Hyuk sonriéndole.

- Lo he pensado mejor... Al fin y al cabo solo estarás aquí un par de noches más, y no sé cuándo nos volveremos a ver.

Agarró de sus manos, lo animó a pasar y acto seguido buscaron sus labios con desesperación, recuperando el tiempo perdido por no haberse confesado mucho antes. Aquella noche no pasaron de las caricias y los besos, únicamente disfrutaron de la compañía del uno y del otro, hablando, conociéndose a fondo y dedicándose palabras que ni ellos mismos creían capaces de decirle a nadie.

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If I could have anyone in the world... It would still be youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora