Era martes 1º de julio en pleno otoño en aquella medianoche. Las hojas de los árboles, que caían tan liviana y despaciosamente hacia las embaldosadas calles húmedas, se pudieran oír como los crujidos, producto de varias personas que se encontraban allí, las pisara caminando de un lado hacia el otro.
―¿Tomás a dónde vas?―Cuestionó su mamá cruzándose de hombros y observándolo fijamente a los ojos.
―Me voy a ir junto con todos los chicos del curso del colegio, a la casa de Orien, para hacer un trabajo grupal que tenemos que entregar este viernes, mamá.
― No iras solo. irás junto conmigo.
―¡No, mamá!, ¡Detente!, ¡No quiero ir contigo!―Manifestó con un tono de vz de rebelde el lider de la música de rock, mientras se iba dando un fuerte portazo, hacia la residencia de su compañero.
―Lo lamento. Cuando tú ya seas una persona adulta y hayas sido padre, es allí en donde podrás comprender un montón de cosas de este mundo, hijo. Pero mientras tanto que tú sigas viviendo bajo este mismo techo, harás lo que tanto tú padre como yo te digamos que hagas, ¿De acuerdo?.