Mi Pequeño Hermano

25: Y... ¿eso es bueno o es malo?

— ¿Por qué ignorabas mis mensajes? — el brillo en su mirada solo me dejaba ver cuánto deseaba verme.

—No los ignoraba. —No estaba mintiendo, necesitaba de él, de su sonrisa, de su voz. —Estuve ocupado con unos asuntos.

No pregunto nada más, solo caminamos juntos hasta el parque cercano a su casa.

—Supongo que está bien. —se dejó caer en el frío pasto.

—JiMin, tengo que decirte algo, es importante. — mire como pasaba la saliva mientras intento evadir mi mirada.

—Vas a terminarme, ¿cierto? — me miró fijamente, guarde silencio. —Ya lo veía venir, nada te importo, ¿cierto? Un mes fue suficiente para esto. No puedo creer que te has rendido tan rápido Min.

— ¿Qué demonios estas diciendo? —me deje caer en el pasto, apoye mi cabeza en sus piernas, se veía cómodo. — Es algo importante, yo...

—Kumamin debe estar demasiado hambriento ¿no? O quizás has comprado otro, lo sustituiste ¿no es así? El verdadero Kumamin está muerto. —cerré los ojos ante su rostro preocupado.

—Esa rata está bien, en realidad, solo era un pretexto, quería verte. —Lleve mis manos a mis ojos. — Yo...yo demande a tus padres.

Apreté mis ojos, mientras mi cabeza chocaba contra el pasto, no quería ver su expresión, ¿me odiaría ahora?...

—JiMin...—ni un solo ruido, ¿se fue?

— ¿Por esa razón, tu... tu no me buscaste? — como describir el tono de su voz... ¿triste? ¿Enojado?...Decepcionado.