Prólogo

97 10 5
                                    

Samuel despertó más temprano que de costumbre, antes incluso de que sonara el despertador. La habitación estaba en llamas.

- Hoy no va a ser un buen día. - dijo para sí mismo, chasqueando la lengua.

Cogió el extintor de emergencia y empezó a apagar el fuego hasta que todo quedó reducido a una pequeña llamita que pisó con desprecio. Vivir en el infierno era bastante placentero para los demonios, de hecho la única pega que ponía Samuel era que los incendios eran caóticos. Y... Bueno, que eso era todo: el infierno era su hogar, y no podían abandonarlo en ningún momento. Al menos esas eran las normas.

Se vistió con el traje escarlata que le daba ese toque tan elegante aunque fuera sólo por pertenecer a la agencia de Dramatic Stories. La historia verdaderamente dramática era la de los humanos que acababan allí.

Dramatic Stories es una agencia creada por demonios que se dedica a recibir las almas de los pecadores, hacer recuento de ellas, documentar los casos y, por último, deshacerse de ellos. Los demonios de más categoría lo hacían comiéndose las almas. Samuel lo hacía a menudo sin el menor signo de arrepentimiento después de jugar un poco con ellas.

Se miró al espejo con satisfacción. Su cabello y ojos rojizos combinaban a la perfección con el traje, y el contraste de sus cuernos blancos era una delicia. Casi tan delicioso como...

- Tengo hambre. - dijo en voz alta, relamiéndose - Es hora de ir al trabajo.

Cogió sus cosas y se dirigió a las oficinas. El desayuno era la comida más importante del día.

SamuelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora