Capítulo 3: La comprensión del Ángel

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La misión de tus ángeles es cuidarte para que tu misión

en esta vida se complete.

Esta misión, cualquiera que sea, es sagrada.

Es tu propósito en la vida terrenal.

Tus ángeles cuidan que tus pasos te encaminen

hacia la realización de esa misión y

que tus sueños se hagan realidad.

El aire le faltaba, por algún absurdo motivo la salida dramática de aquel idiota, le provocaba ese sentimiento de perder algo importante pero eso ¿era imposible?, se había liberado del problema y el estúpido le había recalcado que no haría nada, y Kibum por mucho que su lógica le dijera lo contrario sabía que el tonto no haría, nada, ¿entonces por qué no estaba feliz?, siempre lograba salirse con la suya, siempre lograba lo que quería, entonces, ¿Por qué se sentía sin aire?.

Negó rápidamente con su cabeza, convenciéndose así mismo que era lo mejor y que él no quería a nadie que estorbara en su perfecta vida, abrió la boca para tragar aire, se sentó en su cama, suspiro recordando la última triste sonrisa que le dedico el tonto, y decidió que trabajar era lo mejor para borrar ese sentimiento... de... no lo sabía... y aparte él no tenía sentimientos.

...

Al salir por la puerta de aquella enorme casa, camino por el enorme jardín de esta, el lugar en el que vivía su Kibum, sin duda era precioso, le recordaba mucho a los jardines el cielo suspiro triste, camino apresuradamente, despidiendo de todo lo que emanaba vida en aquel lugar, vio una enorme reja, muy parecida a la de San Pedro y supuso que esa era la salida final de aquel lugar, que a pesar de ser hermoso, era muy tétrico, muy frio-

-tal vez así sea el infierno – susurro Minho para sí mismo acercándose a la reja.

Un joven de cabello medios rojos, medios rubios, lo miro extrañado desde afuera, abrió grandes sus soñadores ojos al ver que el muchacho que estaba dentro de la mansión en la que trabajaba su hermano no podía salir del lugar, aguanto la risa y se apresuró a poner una clave de acceso para abrir la reja.

Los ojos triste del muchacho alto, llamaron su atención, definitivamente, era algo que acongojaba el corazón a cualquiera.

-Hola, ya te ayudo – saludo el chico empujando un poco la reja para pasar y dejar salir a Minho.

-Hola, gracias – dijo Minho ido.

-¿eres nuevo? – pregunto el chico que era más bajo que Minho su mirada curiosa hizo que Minho desviara la atención a sus rasgos y sonrió grande.

-¿Cómo te llamas? - pregunto Minho con una sonrisa, no tan feliz, pero si cómoda, el muchacho se parecía mucho a los ángeles traviesos del cielo y la mirada del muchacho le dio calidez.

-Lee Taemin, ¿y tú? – contesto el chico.

-Choi Minho – respondió Minho saliendo por la reja sintió un click y supo que la reja se habría cerrado.

-oye no me respondiste – dijo Taemin con un puchero que hizo sonreír Minho.

-es que no sé qué es ser nuevo... - dijo Minho con otro puchero, sorprendiendo a Taemin que sonrió amplio, por su parte Minho tenía esa sensación de que Taemin lo había descubierto en eso de ser nuevo en ser humano, así que con otro puchero dirigió su mirada a los ojos del pequeño para pedirle que guarde su secreto.

Sueños del Angel GuardianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora