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Los derechos de Yuri on Ice! no me pertenecen, únicamente a estudio MAPPA.

(Las cursivas son pensamientos o palabras extranjeras.)

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Para Yuri Katsuki y el mundo en el que vive, el tema del alma gemela era algo casi común. Había iniciado hacia un par de décadas atrás, un poco antes del nacimiento de sus padres, en ese tiempo lo consideraban una creencia más que una realidad. El reconocimiento del alma gemela era diferente para cada pareja, ocurría como un detonante entre ambos que difícilmente podía explicarse, inclusive podían pasa una vida antes de que el detonante apareciera y otras veces, aunque muy raras y contadas, existía la posibilidad que una de las almas gemelas no "despertara" con el detonante.

La primera vez que presenció el encuentro de almas gemelas fue con su amiga Yuko, una niña de cabellos largos y castaños y Takeshi, su bravucón personal de cuerpo robusto y cabello negro, él había sido el detonador, una pelea sobre un flip que Takeshi estaba forzándolo a hacer y Yuko no quería que realizara por considerarlo muy peligroso. Al mencionar al mismo tiempo el nombre de él, los ojos de ambos centellearon ante lo que pareció una revelación. Si bien no entendió lo que pasó, al ver las reacciones de sus dos amigos, dio con una verdad irrefutable, sus almas se habían sincronizado.

A la edad de doce mientras veía con Yuko la final del Grand Prix, sus ojos color chocolate centellearon ante la actuación de cierto patinador peli plateado proveniente de Rusia. Su amiga gritó de la emoción, él no entendía bien lo que había pasado y tras repetidas confirmaciones y preguntas, era un hecho que el patinador era su alma gemela, por primera vez sintió una calidez brotar de su corazón al saber que había alguien destinado para él.

No supo si era por el hecho de que esa persona fuese su alma gemela o por simple admiración, la necesidad de tener algo de él era grande. Su cuarto pronto terminó tapizado por posters de su alma gemela e inclusive compró un perro color café al que nombró dulcemente como Víctor pero al que prefería llamar Vicchan. Su afición al patinaje se convirtió en algo más complejo, una vía que lo acercaría a esa persona y más de una vez se dijo que la primera vez que se vieran, le demostraría su valía como alma gemela.

Los siguientes años fueron duros; atravesó infinidades de obstáculos, practicas constantes, competiciones reñidas, pruebas para certificarse y sobre todo, luchó contra su propia inseguridad y ansiedad. Al inició era un ligero pánico escénico que poco a poco empezó a aumentar hasta convertirse en ansiedad, no sabía cómo había iniciado con ella, a veces lo atribuía al bullying al que era sometido en la escuela y otras veces solo lo atribuía a su propia falta de confianza pero lo que era seguro es que cada que comenzaba, el aire le faltaba y en los peores casos, su vista se oscurecía. Asistió con varios psicólogos y terapeutas quienes le recetaban medicamentos para relajarse al igual que ejercicios de relajación como yoga y pilates y aunque a veces no parecieran ayudar, lo mantenían estable para sobrellevar una competencia.

Con cada año que pasaba, su fanatismo hacia el ahora ya renombrado y famoso Víctor Nikiforov crecía así como también las ganas de poder estrechar sus manos y decirle que él era su alma gemela. A veces, en la soledad de su habitación y en compañía de Vicchan, practicaba la forma en la que se presentaría, incluso se había empeñado en aprender frases cortas en ruso. Sobre su cama con la vista hacia la pared donde tenía un poster cuerpo completo del patinador, hacía una pequeña reverencia –Soy K-Katsuki Y-Yuri, tu a-a-alma gemela- repetía hasta el cansancio y en diferentes entonaciones, buscando que sonara real y natural y preguntándole a su mascota que tan natural sonaba.

El brillo en tu mirada (Victuri/Yuri on Ice)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora