(Pensamientos y nombres extranjeros van en cursivas)
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Víctor llegó una tarde de primavera a la idílica ciudad de Hasetsu, sus ojos se maravillaron por el sin número de carteles de aquel asiático que lo había traído hasta ahí, estaban pegados en prácticamente cada rincón del lugar. Con maleta en una mano y la jaula de su fiel mascota en la otra, se paseaba por la estación de trenes mientras pensaba de qué forma se presentaría hacia su pupilo. Sabía que había llegado de improviso y que a lo mejor no sería bien recibido pero no le habían dejado otra opción, Morooka le había comentado que aquel chico se negaba a recibir llamadas y no contestaba correos. Tomó un taxi y pidió que lo llevaran a la dirección que estaba en la pantalla de su teléfono: Yutopia. En el camino siguió admirando todos esos paisajes, parecía que había llegado al paraíso.
—Ya llegamos— anunció el taxista en un inglés poco agraciado pero entendible.
El ruso bajó del auto y vio la entrada a lo que sería su nuevo hogar. Una puerta grande que daba la bienvenida a los turistas, letreros en un idioma desconocido para él, un camino empedrado que le daba un toque clásico y al fondo, una casona antigua pero bien cuidada, un "wow" salió por inercia de sus labios, no sería la primera ni última vez que pronunciaría tal expresión.
En cuanto atravesó la entrada de la casa, fue recibido por una dulce señora algo regordeta y supo reconocer en ella las facciones de Katsuki. La mencionada parpadeó dos y hasta tres veces como intentando cerciorarse que no estaba imaginando cosas; de inmediato una sonrisa de oreja a oreja cubrió su rostro y suavizó sus facciones.
Nikiforov intentó presentarse ante ella, quería expresarle la razón de su llegada pero ésta rápidamente lo empujó a la sala donde le sirvió un poco de té. Miró la taza y luego la miró a ella, su presentación se había ido al caño. Bajó la vista un instante, pensando ahora como sería su presentación y tras un corto silencio volvió a levantarla, ella lo estaba observando — ¿acaso es la primera vez que reciben a un turista? — se preguntó mientras veía como ésta no perdía la sonrisa que se tatuó en su rostro desde que lo recibió, era como si ella supiera algo que él no.
—Deberías ir a tomar un baño en nuestras aguas termales, te sentaran bien Vicchan— sugirió, su inglés era bueno para no haber recibido turistas extranjeros.
Extrañado por aquel sobre nombre pero sobre todo de que ella supiera como se llamaba, solo asintió y se dejó guiar hasta las termas. Ahora todo era confusión y extrañeza, el que siempre sorprendía ahora estaba siendo sorprendido por los pequeños detalles que giraban en torno a la posada y sus habitantes. Parecía que todos en ese lugar le conocían, sabían quién era y lo trataban de forma tan casual que irremediablemente se sintió en casa.
Aquella noche Katsuki no se presentó, ni la siguiente y la que le siguió. Al quinto día y dudando que el chico se encontrara en el lugar, se dirigió hacia donde se encontraba la casera quien amablemente le pidió le llamara Hiroko y preguntó sobre el paradero de éste. Ella solamente señaló hacia arriba y por un instante temió que el chico se encontrara muerto.
—Está descansando en su habitación. Desde que regresó de Detroit ha estado muy deprimido, solo ten paciencia, eventualmente se le pasara— explicó, acallando las dudas y temores que en el interior de Nikiforov estaban burbujeando.
Aquella noche una fuerte nevada se presentó. Con las puertas abiertas de par en par, Víctor veía caer los copos de nieve, uno seguido de otro, apilándose, juntándose, mezclándose con la naturaleza. El recuerdo de la soledad lo invadió, su constante en la vida, su maldición personal. Tomó a Makkachin entre sus brazos y enterró su cabeza en el pelaje de éste, deseando pronto ver a su borracho, el hombre que lo había inspirado.
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El brillo en tu mirada (Victuri/Yuri on Ice)
Fanfiction[UA Soulmate] Sus ojos brillaron ante la figura que danzaba en la tele, él era su alma gemela y tenia que encontrarlo.