Baekhyun asomaba su rubia cabeza entre los montículos de nieve acumulada en las ramas de los árboles. Miraba con recelo a cada tanto a sus alas, que no dejaban de agitarse, ansiosas al igual que él.
Apoyó descuidadamente una mano en el tronco que utilizaba como escondite, sobresaltándose cuando un gran cúmulo de nieve cayó casi sobre él.
El árbol en el que se recostó pareció estremecerse por el cálido toque, y enseguida todo rastro del gélido manto blanco que lo cubría empezó a desaparecer, derritiéndose.
El hada retrocedió, alarmado, tropezando con una raíz y terminando por volver a cometer el mismo error para evitar caer al suelo. La madera contra la que se apoyó esta vez, imitó las acciones del otro árbol, sacudiéndose para deshacerse del frío que lo cubría.
El rubio puchereó con los puños cerrados y dando pataletas contra el charco en el que se convertía la nieve bajo sus pies. ¿Por qué hoy nada le salía bien?
Volvió a mirar hacia donde unos segundos atrás estuvo toda su atención, pudiendo aún distinguir a lo lejos la amplia espalda perderse entre el blanquecino paisaje.
Baekhyun caminó presuroso, ocultándose de los ojos del azabache, siguiéndole el paso desde una distancia segura para que el joven no lo descubriera.
¿Qué haces?, preguntó una voz curiosa muy cerca de su oído.
El bajito pegó un brinco, llevándose una mano al pecho en un intento por evitar que el corazón se le escapara por la boca. Eso lo tomó desprevenido.
El gran búho de plumaje blanco y enormes ojos amarillos le devolvía la mirada, aguardando una respuesta.
-¡Soo! Me asustaste -reclamó el niño abultando el labio inferior -No hagas eso en un momento como este.
Tras refunfuñar sus palabras, retomó su expresión ansiosa y siguió su camino, pasando olímpicamente del ave. Pero el curioso Soo, como lo había bautizado el hada hace ya varios años, no pensaba quedarse de alas cruzadas.
¿Y qué momento se supone que es este?, insistió, volando y posándose en otra rama, siguiendo al hada en busca de una explicación.
-¡Deja de acosarme! -le reprochó, señalándolo con el índice e inflando las mejillas, molesto -Él te verá y será tu culpa que me descubra -se quejó.
¿Él? replicó el búho, confuso. Pero Baekhyun nuevamente estaba huyendo de él, cuidando de no tocar nada con sus manos para no hacer un desastre y delatar sus penosas acciones.
El animal se impulsó suavemente, levantando el vuelo y divisando unos metros por delante a un hombre cubierto por un gran abrigo de piel.
El joven pareció llegar al fin a su destino, deteniéndose, y con él Baekhyun, varios metros más atrás.
Entonces el ave planeó con elegancia, hasta posar sus gruesas patas adaptadas al frío, sobre la rama más cercana al niño.
¿Te refieres al cazador? No es la primera vez que lo ves, comentó el búho, admirando el intenso fulgor en los ojos de por sí brillantes del pequeño. Su nombre es Chanyeol. Por sus venas corre sangre de los pueblos de las montañas. Está solo, no tiene familia, dijo sin más.
El rubio lo miró asombrado, abriendo sus ojos de miel tan grandes como le era posible, y formando una bonita "O" con los labios. El búho sonrió mentalmente por esto.
Que no te sorprenda, niño. Soy el ser más sabio de por aquí, sé todo lo relacionado a este bosque, y el cazador de allí, ha sido parte de él toda su vida, relató con suavidad. De todos modos, ¿qué haces siguiéndolo?
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El Hada y el Cazador [Baekyeol/Chanbaek] │ #InfiniteChallenge
Fanfic¿Alguna vez te has preguntado cómo llega la primavera? Ese mágico cambio de estación que vuelve todo lo blanco y frío, en paisajes coloridos, llenos de calidez y vida. Una criatura inmortal, poseedora de una voz tan melodiosa, que su entorno vuelve...