12.

21 1 0
                                    

Una semana y media y no he probado ni una sola migaja de la  cosa biscosa que estos idiotas llaman comida. Al parecer mi Huelga de hambre no sirve de nada, pues al contrario de salvar mi pellejo, empeoro más las cosas. Jos cada vez que mira mi plato lleno de comida me insulta diciendo que la comida esta muy cara. Como si eso fuera un manjar.

A estas alturas de mi vida no tengo miedo, no le tengo miedo a la muerte y mucho menos le tengo miedo al club de Jos Canela.  Me uso y luego me desechó en este basurero de mierda. Entonces di razón a las palabras de mi madre después de ser dejada por ese bastardo llamado Padre. <<El amor es una pendejada>>  pero es imposible no enamorarse o más bien, no obsesionarse.

- ¿En qué piensas, hermosa? - Tocó su labio inferior.

- En que como pude caer tan bajo. ¿Cómo pude creer todos tus estúpidos argumentos? - Lo miré fríamente.

- Mira... la verdad no lo sé -. Río - Al principio creí que eras muy difícil, eras tan inocente ¿Cómo lo lograría?  -. Camino hacia mi - Observé tus puntos débiles y me acerqué a ti con todas esas palabras lindas y... ja, ja, ja, ja.- Rió fuertemente.- Recuerdo esa vez que te dije <<Puedo... puedo besarte>> aún recuerdo tu expresión. O cuando te invente esa historia de mi madre y yo en camino a Veracruz.- Volvió a reír. Yo solo lo miraba fulminante.- Y resultó ser que ¡Eras más fácil que la tabla del uno! Ja, ja, ja, ja. No lo creo. ¿En verdad creíste todo eso? Wow soy muy buen actor. Debería de audicionar para La Rosa de Guadalupe.- Sonrió.- Oh José Alberto yo Te amo tanto que... daría mi vida por ti.- Fingió voz de mujer, yo solo Rodé los ojos.- Ven, levantate, haremos la ecena del beso, tu eres José Alberto.- Tomó mi mano.

- Ve a besarte el culo, eso sería más fácil.

- Levantate, dije.- Apretó los dientes. Gruñi y me levante.- Yo te amo tanto que... daría mi vida por ti.- Junto su frente a la mía. Fingí fastidio con una mueca, pero en realidad sentía un volcán dentro de mi. Aun siento algo por el, eso no lo puedo negar.- Bésame.-  Susurró sobre mis labios.

Cerré los ojos y me mantuve inmóvil, sin la capacidad de siquiera respirar.

Abrí mi boca suavemente, esperando los labios de Jos. No pasaron ni dos segundos cuando Jos atrapó con sus labios mis labios. Pero esta vez su boca no sabia a menta, esta vez sabía a Fresa y chocolate. Una deliciosa combinación. 

- ¿Qué tal lo hice? - Sonrió triunfante.

- Te hace falta un poco de práctica. - Bruscamente quitó esa sonrisa.

- ¿Qué?

- Que te hace falta práctica, sordo. - Sus ojos se obscurecieron.

- Shh, Shh. No quiero escuchar tus estúpidas respuestas.

- Tu das respuestas estúpidas todo el tiempo y no te digo nada.- Mire mi mano tranquilamente, pero de un momento a otro sentí un gran impacto en mi mejilla, seguido de un ardor y unas cuantas lágrimas.

- Al parecer no has aprendido quien manda aquí, pues nosotros te vamos a enseñar. ¡Vengan, ahora! - El club de idiotas entró.

- Bien, pues ya saben que hacer.

Los cinco chicos, incluido Alonso, se acercaron a mi amenazadoramente.


***



- Eso es sólo una pequeña muestra de lo que te podemos hacer. - Salieron.

Ahogue un grito y me arrastre a la puerta. Y como pude me las ingenie para ponerme de pie, escupí la sangre que se acumuló en mi boca y lloré. 

- ¡Si, estoy un poco lastimada, pero no estoy muerta. Me recostaré para sangrar un rato. Y luego me levantaré a pelear de nuevo!





Mi Primer Amor  -JOS CANELA Y TN-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora