Otra noche para fingir que estoy bien...

El fin

-¿Has pensado acerca de eso?

<<¿De qué? >>Me respondes con una sonrisa inocente de niña pequeña, mientras te acerco a mi pecho.

-En morir. En que un día dejaremos de vernos.

-No, no lo he hecho.

-Dejaremos de ver. De oír. De amar. Y de sentir. No sabemos lo que pasará. Ni de donde venimos. O en donde terminaremos.

-¿Por qué me dices esto?

Tus ojos se tornan melindres, y más resplandecientes. En un par de segundos húmedos y acuosos.

-Deberías pensarlo.

Te respondo, hiriéndote. Lastimándote a propósito. Tu solo me miras profundamente.

-El futuro no existe, es solo una ilusión de hacer o predecir lo que se hará en cierto momento, sin llegar a ciencia cierta a una respuesta o a un efecto consecuente. Déjate de ilusiones, y sueños vacíos. La realidad es esta. Tu y yo. Por mi lado, sin vacilaciones, y por el tuyo creyéndonos eternos. Despierta, ¡ya! Morirás. Moriré. Y todo lo que hemos vivido no será diferente o significará algo. Más seres nacerán. Mas seres morirán. Y el ciclo del mundo no se inmutara por nuestra ausencia. Nos creemos especiales, pero solo son deseos egoístas. Vivimos en un mundo cruel, y nefasto. Pasional y de belleza. Todo tiene su equilibrio. Y nosotros, tu y yo. Aunque lo que crees que prevalezca sea nuestro amor... Lo olvidarás... Lo olvidaré... Lo olvidaremos...

Me interrumpes de repente. Agarrándome la muñeca. Tus lágrimas brillan, y tu boca me provoca deseo.

-Eso tu no lo sabes.

Me respondes, de forma fría.

-Si te olvido, o me olvidas... No lo sabes, y tampoco lo sabrás hasta que suceda. Si amar es morir, moriré amándote. Y si es egoísta, amar a alguien solo para uno mismo, lo acepto. Soy egoísta. No soy eterna. Pero mi amor por ti, durará lo que mas vale en este momento. Que no es el futuro. Y que tampoco podemos predecir. Ahora dime tú, ¿Has pensado en eso?

-¿En qué cosa?

-En la vida.

En vivir el ahora. Te limpio las lagrimas, y una sonrisa inesperada se desliza sobre mi rostro. Siempre sabes como responderme. Y te amo tanto. Y te amaré más.

-Si.

Tu cierras los ojos, y te acercas a mí. Inevitablemente los cierro también.
Siento tus labios rosados tocar sensiblemente mis labios. La textura es suave. Y sabe a miel. Se que te encantan esas galletas de trigo y miel de abeja en los desayunos. Y las orquídeas, y los gusanos bebés. Te gusta jugar a que eres una heroína. Ver el atardecer y hacer el amor en el anochecer. Y estos labios... Los que me besan. Los que me vuelven loco...

-Y como no pensar en la vida, si tu eres la mía.

-Hasta el fin.

Me respondes. Y yo te acerco más a mí.

-Hasta el fin.