El despertador suena como todas las mañanas, 5:30 hora de despertar, a pesar de que escucho el sonido de este simplemente no quiero hacerlo, no quiero levantarme, no quiero emprender camino a mi pesadilla.
Soltándo un suspiro estiro mi brazo para apagar el aparato antes de que mis padres se enfaden, me siento al borde de la cama mirándo un punto fijo sin tener nada en mente, resignado me levanto para tomar una ducha, el agua fría cae por mi cuerpo relajando mis músculos mientras pienso en qué será lo me harán el día de hoy, aunque la verdad no se me ocurre nada, cada día Jimin y sus amigos se vuelven más creativos. Cuando termino de bañarme, seco mi cuerpo mientras me miro en el espejo y puedo ver todos los moretones y magulladuras del día anterior. Veo a un chico pálido, delgado, con enormes dientes que muchas veces eran los protagonistas de un sin fin de bromas, grandes ojeras debajo de mis ojos sin chiste, veo las gotas caer de mi cabello negro y nada más. No hay alegría, ni motivación, mucho menos felicidad, sólo hay un Jungkook temeroso, triste y profundamente lastimado. Aparto la mirada de mi horrible reflejo porque sólo me hace recordar lo imbésil y estúpido que soy. Envuelvo la toalla en mi cintura para finalmente salir del baño. Ya en mi habitación simplemente visto con el uniforme sin siquiera acomodarme el cabello y salgo de mi habitación con mochila en hombro rumbo a la cocina.
- Hasta que se te ocurre bajar, tu padre y yo tenemos hambre, prepára algo rápido antes de irte a la escuela.- Exige mi madre apenas me ve bajando las escaleras.
- Buenos días madre, ahora preparo el desayuno.- respondí inmediatamente apurándome a sacar algunos ingredientes para no hacerla enfadar.
- Serian buenos si no estuvieras aquí- dijo en viva voz sin siquiera molestarse por ocultar lo que realmente piensa, sé que no me quieren pero que me lo recuerden siempre que tienen oportunidad me hace sentir aún más triste - Ponte algo en la cara, las personas pensarán que te maltratamos.-
- Como si no lo hicieran- susurré mientras seguía haciendo el desayuno.
- ¿Que fue lo que dijiste?.- preguntó de una forma amenazadora. Estúpido Jungkook todo lo que haces está mal, porque tienes que decir idioteces, me regañé a mí mismo.
- Nada, el desayuno casi está.- respondí nerviosamente.
- Estoy segura que eso no fue lo que dijiste, repítelo.-
- Madre el desayuno está listo me tengo que ir.-
- Jeon Jungkook contéstame ahora.-
- ... madre per...- de repente siento mi mejilla arder.
- Maldito mal agradecido, tienes suerte que no te haya abortado o abandonado en algún orfanato, eso me gano por dármela de buena persona.-
- ... me voy, regreso después de clase.- dije entrecortadamente esforzándome por no llorar, aunque me tengo merecido eso y más. Dejé el desayuno terminado en la estufa y salí de casa rumbo a la escuela. Siempre iba caminando porque el trayecto me ayudaba a relajarme un poco antes de llegar al infierno. Además que nadie se sentaba a mi lado en el autobús, nadie quería hacercarse a mí por temor a convertirse en la próxima presa de la preparatoria, antes sí que iba en autobús porque la escuela no está tan cerca como para ir caminando todos los días, pero desde que fuí fichado como el juguete de la escuela mis "compañeros" me comenzáron a mirar mal o a hacerme alguna broma que dañaba mi persona, por eso evitaba esos lugares
donde ubieran personas que podría lastimarme.Sin darme cuenta llegué hasta la gran entrada de mi escuela, seré los ojos y tomé una profunda respiración para al fín adrentarme al lugar. Apenas crucé la entrada podía sentir la mirada de todos, algunos con burla, otros con diversión, unos pocos con compasión aunque era lo último que quería sentír de los demás, lo que realmente quería era ayuda aunque eso era alguien que nadie me iba a dar. Me dirigí a mi casillero para abrir la cerradura y sacar mi material de arte que siempre dejaba ahí porque mi padre creía que sólo era una materia inútil y sin sentido, y no quería que le hiciera algo a las cosas que más aprecio, la clase de arte era la que más amaba y me hacía sentir felíz, era la materia donde realmente puedo expresar lo que siento. Hasta que siento que alguien me lo impide.
- Hola conejito, ¿me extrañaste?.- susurró cerca de mi oido para después acercarse hasta lamer el lóbulo de mi oreja. - Veo que estás mejor, ayer no dejabas de llorar y suplicar arrastrado en el piso para que te dejáramos en paz. Fue una imagen muy... graciosa, ver una pequeña rata de rodillas pidiendo piedad. Algo que no se ve todos los días, bueno sí lo hacemos, siempre nos das el honor de presenciarlo.-
- Por favor, hoy no. Realmente te lo pido, sólo hoy.- supliqué aún en esa posición sintiendo su respiración en mi nuca, se que debería de verme patético haciendo esto pero realmente hoy estaba demasiado cansado para aguantar lo que sea que Jimin tenga en mente.
- ¿Por qué?, ¿tus padres volvieron a recordarte cuanto te odian y desearían nunca haberte tenido?- soltó de la nada, podía imaginarme su rostro con una gran sonrisa de superioridad, mientras mi corazón se destrozaba.
- Mis padres sí me quieren.- respondí dándome la vuelta para despues escuchar las risas y burlas de el montón de personas que se encontraban alrededor de nosotros, ni me dí cuenta de que estos se habían acercado.
- Sí, mucho. Por eso tienes esa gran marca en el rostro ¿verdad?. No recuerdo dejarte así la cara, aunque no es algo de lo que deberías preocuparte. Tu rostro no podría estar más jodido de lo normal.-
- ...- simplemente no podía hablar, no sabía que decir y no por sus palabras. Tenía claro que yo era horrible, inútil y simplemente patético. Sino porque tenía miedo de responder y ganarme una serie de golpes que empeorarían al llegar a casa.
- ¿Qué pasa?, ¿te mordíste tu propia lengua?. Cuidado que con esos dientes simplemente podrías quitártela-
- Jimin...- un golpe vuelve a impactar en mi mejilla pero este golpe a diferencia del de mi madre me hace caer al suelo gimiendo de dolor.
- ¡Ya te dicho muchas veces como debes llamarme! Mi nombre suena sucio en tu boca.- gritaba enfurecido mientras más golpes llegaban a cualquier parte de mi cuerpo mientras trataba de cubrirme haciéndome bolita y alzando mis brazos alrededor de mi cabeza para impedir los golpes. No dejó de golpearme hasta cansarse, después siemplemente se alejó sin siquiera mirar atrás. Todas las demás personas se dispersaban por los pasillos, nadie se acercaba a ver cómo estaba, nadie me preguntaba si estaba bien. Nadie, hasta que mi mirada se topó con la de un chico de cabello castaño que casi tapaba sus ojos, tenía una mirada penetrante y un pequeño lunar cerca de su ojo derecho, me miraba fijamente como debatiéndose entre ayudarme o no hasta que suspiró, bajó la mirada y desapareció entre los demás estudiantes. Dejándome sólo, sin ayuda, como siempre estaba.
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Hola!!
No sé si se pueda apreciar, pero esta es mi primera historia. Trataré de ser constante y no tardar tanto en actualizar.
Les agradecería que me dejaran comentarios para poder mejorar en un futuro.
Pueden señalar alguna falta de ortografía, eso me ayudaría demasiado a ver mis errores.Esta historia es Jikook, me siento nerviosa porque simplemente agarré el valor de no sé donde para empezar a escribir. Algunas cosas no coincidirán como la altura de Kook que aquí será más bajo que Jimin XD, pero no se rían que se enamorarán del Jimeno alto. Creo que es obvio que Kook será el pasivo pero lo dejo claro por cualquier cosa.
Gracias y espero que disfruten.
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BULLYING《JIKOOK》
FanficLa escuela, para algunos un lugar en donde haces amistades, te unes en alguno de los diversos grupos sociales que existen, donde estudias y creces para ser una persona capáz de lo que quiera lograr, donde te propones metas y te das una idea del futu...