Narra Sam:
Desperté sobre algo, no sabía muy bien lo que era hasta que abrí los ojos y me encontré con Scott. Espera ¿QUÉ? miré rápidamente a ver si llevabamos ropa puesta y cuando descubrí que así era, me relajé, pero no por completo. ¿Dónde demonios estaba y que hacía tumbada en la misma cama con ese estúpido arrogante?. Lo último que recuerdo de anoche es que Scott pegase a ese chico y mi pequeña discusión con la zorra de Sophia. Lo demás se torna borroso y recuerdo algo de estar sentada en un banco con Scott, pero no me acuerdo de nada más.
Miré a Scott, que seguía durmiendo plácidamente, y se me ocurrió algo realmente gracioso. ¿Porqué no hacer que tuviese un despertar especial?. Acto seguido me subí encima de su abdomen de un saltó y comencé a hacerle cosquillas con la intención de que se asustase. Scott abrió los ojos repentinamente y empezó a reír.-Ba-basta y-ya Sam.-Dijo entre risas, pero notaba cierto cabreo. Su risa era realmente sexy, para que mentir.
Bajé de encima suya y me senté como un indio en el lado libre de la cama. Scott se recostó mirándome y hasta ahora no me había dado cuenta de que sus ojos eran muy bonitos. Centrate Sam.
-No me gusta que me despierten así.-Dijo serio.
-Te has reido.-Contraataqué burlona. Me gustaba picarle, era divertido.
-Me estabas haciendo cosquillas Sam, ¿qué esperabas, qué llorase?.-Reí ante eso porque tenía razón, pero el mantenía su postura seria.
-Ay que aburrido eres, ¿me vas a decir ya que hago en tu casa?.-Dije esperando una respuesta.
-¿Lo has preguntado acaso?.-Me estaba empezando a sacar de mis casillas.
-Contestame ya, Scott. ¿Qué mierda hago en tu casa?.-Pregunté ya cabreada.
-Ehh relajate fiera. Anoche, mientras hablabas con Matt,-No se porque dijo esto último con tono cabreado.-un tipo se sentó a tu lado y echó droga en tu vaso. No me dio tiempo a avisarte, porque bebiste muy rápido. Por eso anoche te encontrabas tan mal y me pediste que no llamase a tu primo, así que te traje a mi casa.-Mierda, mi primo. Mamá estaría atacada de los nervios por no aparecer por casa y mi primo estaría igual.
-Espera, ¿no sabe mi primo donde estoy?.-Dije notablemente preocupada.-Eres idiota, ¿cómo me haces caso estando en ese estado?.
-Deja ya de insultarme, me estoy controlando mucho contigo, así que para.-Dijo empezando a cabrearse.
-Te insultaré si me da la gana, a mi no me das miedo. Puede que todo el instituto te respete por ser alguien "peligroso",-Hice comillas con mis dedos.-pero para mi, no eres nadie, ¿entiendes?.
-¿No soy nadie? debí haber dejado que ese tipo hiciese contigo lo que le diese la gana. Así, no sería nadie.-No me puedo creer que acabé de decir eso.
-Sí, tal vez debiste dejar que ese tipo hiciese lo que quiesiese conmigo. Tal vez así estarías más feliz.-Escupí cada palabra llena de furia.
-Lo siento, no debí haber dicho eso. Por tu primo no te preocupes. Le mandé un mensaje diciendo que estabas mala y que te quedarías a dormir en mi casa. Después de advertirme mil veces que si te tocaba un pelo, moriría, llamó a tu madre y le dijo que ibas a dormir en casa de Anne, así que no hay problema.-Dijo con el tono de voz apagado después de mis palabras. No entendía a este chico.
-Llevame a mi casa.-Pedí aún enfadada. Él se levantó de la cama y salió del cuarto metiéndose en la puerta que había enfrente de este. Supongo que ese debía ser el baño. Salió de él y empezó a cambiarse la camiseta delante de mi. ¿De que va? no le entiendo.
ESTÁS LEYENDO
Sometimes I hate you
JugendliteraturSamantha Adams, una chica de 17 años que no ha tenido buenas experiencias en el amor ni en la vida en general. Scott James, un chico de 18 años frío, arrogante y solitario que no tiene tiempo ni interés en el amor. Su vida no es perfecta, podría de...