Capitulo 12

244 19 5
                                    

Advertencia, hay lemon.

Hace frío y me envuelvo con mis propios brazos cuando una corriente de aire intenta arrancarme el poco calor corporal que me queda, el camino a la casa es corto pero este invierno ha sido duro.  

Estaba tan desespera por entrar a mi casa de una vez, pero alguien me detuvo y ese alguien era Bill Cipher, yo lo volteo a ver y me regala una sonrisa para que me calmara, ya que me había sobre-saltado del susto.

- ¿Que haces sola a estas horas de la noche? Es decir, no deberías estar aquí, te podrían secuestrar o algo peor, te podrían violar -Bromeo el peli-rojo.

- Ja, ja que graciosito eres Bill  Cipher -Rodé los ojos sin ocultar fastidio. 

- Bueno pero tampoco es para que te pongas tan amargadita - ¡¿Que me acaba de decir?! 

- Vuelve lo a repetir que no escuche -Dije de manera amenazante.

- A-M-A-R-G-A-D-I-T-A -Ok, creo que ya estaba estallando de furia, ok no. Pero me molestaba que me llamara así.

- Bueno -Respondí mas calmada- Te lo dejo pasar solo porque eres mi novio -Lo abrace con todas mis fuerzas, el no se quejaba, ya que el era mas fuerte que yo y es macho pecho peludo que se respeta.

- Bien ¿Que quieres hacer? porque a mi se me ocurren varias cosas -Me guiño el ojo.

- ¿Como que? -Pregunte con un poco de emoción. El sonrió emocionado y aparecimos en una habitación muy extraña, hasta para mi. 

Mientras Bill me besaba iba desvistiéndome hasta dejarme completamente desnuda, la situación empezaba a calentarse y por falta de aire nos volvimos a separar intentando recuperar el aliento buscando la sincronía. Este empezó a acariciar mis pechos y a jugar con aquellos botones rosados a lo que yo me estremecí. No tardo en empezar a lamerlos, su mirada desprendía ese deseo de lujuria mientras continuaba jugando con mis pechos, haciendo que suspiros de placer escaparan de mi boca

Dejo a la vista su lengua y empezó a lamer aquellos botones calentándome cada vez más, para terminar aquel pequeño juego mordió uno de aquellos botones mientras masajeaba el otro causando que un pequeño gemido saliera de mi boca.

Una sonrisa pícara decoraba el rostro de Bill y empezó a masajear mi intimidad con sus dedos.

- Nfff~ ­Mordí mi labio inferior mientras disfrutaba del masaje que me proporcionaba tanto placer.

Notaba como mis fluidos mojaban mi intimidad y como ahora aquellos dedos que me masajeaban, entraban en mi interior.

- ¿Lo estas disfrutando mi pequeña Mabel? –Dijo con una voz seductora mientras empezaba a mover sus dedos en círculos

- S-Sí~ ­Dije excitada mientras me apegaba al cuerpo del mayor y me dejaba llevar por el placer.

Estos empezaron a moverse más rápido y en forma de tijera a lo que yo respondía con gemidos que pronto fueron ahogados por un beso apasionado. Mientras que sus dedos bombardeaban mi interior, jugábamos con nuestras lenguas. Estaba muy mojada, nos separamos para recuperar el aire y Bill sacó los dedos de mi interior para luego lamerlos.

- Tu sabor es delicioso querida~ ­ Mis mejillas empezaron a arder por aquel comentario mientras lo miraba pidiendo más. –Tranquila, el juego tan solo acaba de empezar.

Dicho esto me tumbó en la cama, abrió mis piernas y lamió mi intimidad. Gemí con fuerza al sentir como su lengua tocaba mi punto sensible repetidas veces.

Bill se relamió saboreando mis fluidos y sonrió con lujuria antes de reincorporarse. Bajó sus pantalones dejando a la vista su miembro, me asustaba un poco el tamaño ¿Realmente eso entraría dentro de mí? Este al darse cuenta de mi reacción rió divertido.

- Ahora te toca a ti –Dijo con un tono seductor agarrando su miembro.

El Cipher se sentó en el borde de la cama y me arrodillé delante de él. Estaba totalmente sonrojada al estar ante aquello. Decidida empecé a acariciar lentamente aquel miembro para luego empezar a lamer la base de este. Notaba como la respiración del esqueleto se aceleraba mientras continuaba lamiendo aquel falo.

Para provocarlo lamí la punta de este y miré a los ojos a Bill que disfrutaba de mi trabajo.

- Abre la boca –Me ordenó con una voz autoritaria a lo que yo obedecí. –Buena chica...

Introdujo por completo su miembro en mi boca casi atragantándome con este. Empecé a chuparlo escuchando así pequeños gemidos por parte del contrario. Mientras lo chupaba lo introducía y lo sacaba de mi boca repetidas veces proporcionándole cada vez más placer. Este empezó a acariciar mi cabeza mientras seguía con mi trabajo.

- ­Lo has hecho muy bien mi Mabel. –Dijo felicitándome y posó un tierno beso en mi frente. El demonio chasqueo los dedos y los dos ya estábamos vestidos, yo le dije que me mandara a la cabaña del misterio y así lo lo hizo. 

- ¿A donde vas? -Pregunte con curiosidad.

- Al baño, necesito mi bronceado -Fue lo respondió rápidamente para dirigirse donde el dijo exactamente.

—Hola, Dipper—saludé con una sonrisa. Mi buen humor sería bastante difícil de ocultar. Me sonrió devuelta.

— Hay hola Mabel ¿y Bill?—preguntó, dejando servilletas en la mesa. Y por lo que era obvio, solo habían servido para dos.

—En el baño—dije, intentando no ensanchar más la sonrisa por la simple alusión a su nombre. Tomé una silla y me senté—. ¿Ustedes no se quedarán a cenar?

—No, tenemos que hacer un corto viaje. Ya sabes...—Parecía tentando a hablar, pero al final no dio más explicaciones, confundiéndome más.

—¿Cuándo dejarán tanto misterio y nos dirán qué ocurre?—cuestioné en tono relajado, no quería que me tomara a mal.

—Mm, pronto. Por ahora deja que nuestros tíos sigan haciendo las cosas a su manera—dijo, esquivando mi mirada. Debía estar esforzándose para que no se le escapara nada, y de ser así, significaba que era un tema realmente importante.

—De acuerdo...—musité, no muy segura.

—¿Y... ustedes... ya?—murmuró Dipper, sentándose frente a mí, con ojos inquisidores. Fruncí el ceño, y le observé extrañada.

—¿Nosotros... quiénes?

—Ya sabes, Bill y tú... ¿ya?—. Los primeros segundos después de escuchar esas escuetas palabras, fueron rápidos, raros, y confusos. Sin embargo, de alguna manera logré descifrar el significado completo de lo que preguntaba, y mi capacidad del habla se quedó bloqueada en mi garganta, inmovilizándome.

—¿Q­-qué...?

Dipper estalló en una carcajada que se notaba que disfrutaba mi reacción. 

Aventura En Fight Falls- Mabill.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora