Capítulo 2

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La primera vez que Oikawa comenzó a flirtear con Iwaizumi fue después de que su propia novia lo dejara. Para ese entonces estaban en segundo de la preparatoria. Ella decía que hablaba mucho de volley y que la tenía cansada. Era la primera, pero no sería la última que lo dejara por ese motivo. Y entonces Oikawa se dió cuenta de que con Iwaizumi podía hablar de volley durante horas, y estaba seguro de que él no se cansaría. También sabía que podía hablarle de temas que no le interesaban en lo absoluto -como los chismorreos del colegio o los increíbles relatos de documentales de Alienígenas Ancestrales de History- y él también lo escucharía. Quizá si se ponía muy pesado se ganaba un golpe flojo o fuerte, dependía de qué tanto lo enojaba.

Pero su relación con Iwaizumi era distinta. No le importaba que fuera un poco abusiva de su parte, porque a su criterio a veces se lo merecía. Tampoco era masoquista, si no que le agradaba aquella forma en la que Iwa-chan cuidaba de él a su modo; porque sí, estaba seguro de que esa era la forma en que se preocupaba por él. Y a Tooru le encantaban sus brazos y su expresión de orangután y a menudo se alarmaba del rumbo que tomaban sus pensamientos.

Oikawa no dudaba del afecto de Iwaizumi hacia él, así que el otro no se preocupaba demasiado por el tema. Mas, al parecer, Tooru sí necesitaba demostrar su afecto constantemente con palabras. Iwaizumi no sabía que hacer con la explosión de emociones que le producían los Iwa-chan dichos de forma empalagosa seguidos de algún te quiero o especialidades varias de su mejor amigo. Era injusto porque él no le hacía eso a Oikawa. No le hacía pasar malos ratos ni apretar los dientes ni tratar de ahuyentar la vergüenza con insultos. Lo detestaba.

Pero había más. Oikawa no se privaba de estar con chicas, porque básicamente todas corrían hacia él y su ego no le permitía rechazarlas. Siguió teniendo novias; se las presentaba todas a Iwaizumi y él respondía "Mira tú qué bien", y las echaba cuando se acercaban al gimnasio. Para cuando terminó segundo año ambos tuvieron una pelea provocada por una derrota contra Shiratorizawa donde los dos discutían por quién tenía más culpa. Pobres, estaban en segundo pero les esperaba más Shiratorizawa. Hanamaki y Matsukawa se hartaron de ellos y junto a los senpais de tercero los echaron de los vestuarios para que se arreglaran, y eso solamente terminó en su pelea física más intensa. Iwaizumi volvió a su casa con una mano roja marcada en la cara y un moratón en el pecho; Oikawa sangrando por la nariz y con pintas de haberse caído por todos lados. Era curioso, que lo único que estaba intacto, era su rodilla mala. Así que Iwaizumi tenía algo de claridad mental cuando se peleaban.

Pasaron dos semanas sin hablarse, hasta que sus madres; sí, sus madres, los obligaron a arreglarse. Era una desventaja que estas fueran amigas desde la facultad y se llevaran tan injustamente bien [1].

»Que sepas que no vengo aquí por voluntad propia —había dicho Hajime cruzando los brazos, cuando entró a la habitación de Tooru.

»Y si fuera por mi voluntad ya te habría echado —replicó Oikawa también cruzándose de brazos y mirando a Iwaizumi con odio.

»Podemos fingir que nos arreglamos.

»Sí, eso, finjámoslo.

Se quedaron callados unos segundos.

»Algo así como... Perdón Iwa-channnnn, ¡es que Ushiwaka otra vez!

Y como Tooru estaba sentando en una esquina y Hajime estaba parado, se arrastró hacia él y lo abrazó por las piernas. Por un momento se ilusionó con que Iwa-chan le palmearía la cabeza o algo, mas solamente recibió un manotazo apartándolo.

»Sal Basurakawa —entró a la habitación—. ¿Estás montando el telescopio?

»No, honestamente Iwa-chan...

Desiderátum [Haikyuu!!].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora