-¡Bájame ahora!- Grite, lo mas que pude. Mi garganta estaba ardiendo, por tratar de gritar y no poder. Me quedaría afónica pero no importaba. -¡Mierda que me bajes!- Comencé a golpearle la espalda, pero solo recibí una nalgada y esta fue mas fuerte que la anterior. Justin carcajeo y siguió caminando sin importarle el silencio y las miradas que se producían en la cafetería.
Al llegar al estacionamiento, el cual estaba solo. Justin me bajo y lo primero que hice fue darle una cachetada, dejándole mi mano marcada en su mejilla.
-¡Uy! Que gatita- Dijo sobando su mejilla.
-Te mereces eso y mucho mas. ¿Qué piensas? No tienes derecho sobre mi Justin, no puedes hacer algo que yo no quiera. No eres nada mío.
-Pero bien que compartiste 'Sexo secreto' conmigo.
-¡Cállate! ¿Lo recordaras todos los días de mi vida?
-No me digas que te arrepientes.
-Pues si! Si me arrepiento- Justin levanto una ceja sínicamente y me tomo por la cintura pegándome a el.
-Pues eso no lo decías cuando estabas gimiendo de placer. Y aceptémoslo ______.- Se acerco a mi oído y con voz ronca dijo. -Te mueres por que entre en ti una vez mas- Lo mire asombrada. ¿Dónde estaba el Justin del fin de semana? 'Patán, es como los demás'.
-Pues no, fíjate que no.
Me pego a el y pude sentir su gran erección. Gemí al instante y me aventure a mirarlo a los ojos. Negros de pasión. Sus labios estaban tan cerca de los míos, solo con acercarme un poco y podía sentirlos. Pero no, yo no daría el primer paso.
-Te mueres por que en este mismo momento te bese- Murmuro diciendo toda la verdad.
-Si- murmure. Justin sonrió. -No cantes victoria, es solo que Joseph me a dejado un mal sabor de boca- Levante mi ceja y Justin me soltó bruscamente. Casi aventándome. Lo mire sorprendida, el estaba furioso. Llevo sus manos a su cabeza y despeino su cabello, como si estuviese frustrado. Luego se acerco a su carro y golpeo el vidrio. El sonido del vidrio quebrado me hizo tapar mis oídos y estremecer. Lo mire confundida. ¿Qué mierda le estaba pasando? Luego mire su mano, estaba ensangrentada. Mi corazón se acelero mas de lo normal.
-¡Dios mío Justin!- Corrí hasta el tome su mano. La respiración de Justin estaba agitada, pero seguro que no era por dolor.
-Déjalo así.
-¿Qué? No me pidas eso. Vamos inmediatamente a la enfermería.
-No- Murmuro seco. -No queremos que las porristas ni mucho menos Joseph nos vean juntos. ¿Oh si?- Mi estomago se retorció al escuchar eso. Había estado mal lo que dije.
-Mierda, Justin no seas infantil ¿Quieres? Anda- Trate de moverlo pero fue imposible. Seguía con su actitud. Bufe estresada lo mire fijamente. -Por favor, Justin- Suplique y dicho esto, con delicadeza junte nuestros labios. Era un cálido beso, mis manos se enredaron atrás de la nuca de Justin, dio una leve mordida en mis labios. -Por... favor- Susurre sin dejar de besarlo. Esos labios eran perfectos. Suaves y tan deliciosos.
-Bien- Susurro. Me separe de el lentamente para verlo a los ojos. La furia se había ido, y un lindo brillo había aparecido en estos. Le sonreí y este me devolvió la sonrisa.
*
-Bien, hemos llegado- Dije mientras me estacionaba frente a la casa de Justin. Lo había ido a dejar a su casa, ya que su mano derecha estaba fracturada y su auto sin vidrio. -Quiero que te cambies las vendas de acuerdo a como te dijo la enfermera.
-Si, _____, ya te he dicho que así lo hare.
-Bien- Sonreímos.
-Oye. ¿Por qué no te quedas a comer?