Capitulo 7

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El arma que yacía en mi casa había sido utilizada para matar a Louis Tomilinson, pero no tenía mis huellas. Me sentí aliviado, el comandante quien fue quien me interrogo la primera vez , dijo que aunque no tuviera mis huellas no quería decir que no era sospecho, también me dijo que no había encontrado muchas huellas en los objetos que estaban en la caja, solamente había encontrado dos : unas eran mías y otras era de Louis. El me propuso la idea de trabajar con ellos para saber que significaban eso objetos y porque los había guardado. Al principio no quería, pero me dijeron que si no aceptaba me meterían a una celda hasta que se resolviera el caso , obviamente bromeando.

Una llamada hizo desconectarme del caso un rato. A mi padre lo habían encontrado en estado de ebriedad en una avenida, su ropa estaba sucia y no tenía dinero. La policía lo halló esta mañana , él dijo que la única persona que tenía era a mi(pero tú no pensabas lo mismo de él, de hecho sentías que nunca había sido tu padre. Siempre había sido un hombre frio y tosco, que cuando tenías un problema te regañaba por no saber cómo resolverlo. Tus padres peleaban por el dinero, un día tu padre llego a golpear a tu madre, querías hacer algo, pero tu cuerpo lo impedía, tu padre vio que no hacías nada, te llamo cobarde y te dio una golpiza. Al día siguiente tu madre tenía un hematoma en su ojo izquierdo, pero una sonrisa en su rostro, porque tu padre le había llevado claveles y le perdono todo, pero tú no , nunca lo harías. Tú no sabes lo que es el arrepentimiento, porque prefieres evitar los problemas antes que pedir perdón. Porque si lo haces tendrías que perdonar a tu padre y él no se lo merece.)

Cuando vi a mi padre entrando a la comisaria quería voltearme, pero el llego y me abrazo. Esto hubiera sido genial, pero en realidad yo volteé y él me dijo que necesitaba dinero, que ya no podía sacar más del banco "claro que ya no tienes, te congele la cuenta". Le dije que lo único que le podía dar era un café, porque me encontraba desempleado, me dijo que era un bueno para nada, que por mi culpa mi madre había muerto, no soporte más y salí corriendo. Vi un baño y me encerré en el, bajé la tapa y me senté. Llore, hace tiempo que no lo hacía, me dolía. No me gusta ser fuerte, yo no soy fuerte y no lo quiero pretender. Salí del baño después de 15 minutos. Mi padre se encontraba en una silla tomando café. Se veía calmado, pero con una mirada penetrante. No quería estar ahí, así que salí de la comisaria, no me sentía bien. Sabía que tenía que dejar mis pensamientos a un lado y pensar que mi libertad está en riesgo. Mire el cielo estaba nublado. Siempre pensé que las nubes estaban celosas de los humanos, porque el sol les daba el calor y por eso las nubes cubrían los rayos de luz. No soy el mismo Jacob y no creo volver a ser quien soy. Porque todas las veces que he cambiado soy yo. Sí que estaba mal, mi cabeza quería convertir todo en poesía. Pase cerca de una tienda que tenía una ventana que reflejaba mi cuerpo, parecía que mis ojeras se estaban notando, mis rizos habían desaparecido ahora tenía mi cabello más lacio. Mis ojos verdes se ven tristes. Mi piel se ve amarillenta y seca. Mi playera negra de Ranciad tiene un par de manchas de pasta de dientes, mi pantalón azul oscuro esta algo desgastado, mis convers verde militar hacen que me vea como un adolescente de 17 años. Mi teléfono suena, lo más probable es que sean algún oficial intentando localizarme, porque me fui sin avisar a nadie . No contesto, sigo mi camino.

Llego al edificio donde vivo, no saludo al portero, tan solo subo las escaleras con algo de dificultad. Llego a la puerta de mi casa, la abro, se escuchan unos pasos. —¿Corine? —.


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