La historia de las Dazzlings (ORIGINAL)

Capítulo 9: El comienzo de la maldad

—Ya se estaba oscureciendo y los animales de neón comenzaban a alumbrar lo oscuro de la noche. Desde nuestra suite, en lo alto del arrecife, mis hermanas y yo observábamos por la ventana el arrecife, cómo todos los hipocampos de la manada se acercaban al centro de él, preparando la cena y preparándose para vernos.

"¿¡Entonces estás diciendo que usemos éste poder que nuestras gemas pueden emanar al nosotras cantar para eso!?" Decía Sonata preocupada mirándome a un lado de mí, a lo que yo le contesté "Hermanas, ustedes saben bien que desde un principio ésta manada se encargó de burlarse de nosotras cuando nosotras sólo teníamos un ligero desajuste en nuestra voz... ellos en lugar de apoyarnos, nos hicieron el objeto de burla, ustedes saben muy bien que se lo merecen" Aria a mi otro lado dijo "Pero Adagio, ¿tú crees que el plan funcione? Es decir, ¿crees que este poder para >crear peleas y agresividad entre los espectadores< funcione como nosotras queramos? Tampoco queremos que se maten" Entonces yo, segura de mí misma dije "Pues supongo que ésta magia negra acumulada en nuestras gemas funciona con el poder de canto, si nosotras cantamos con una fuerza mínima, la magia es mínima... si cantamos con todas nuestras ganas, la magia será poderosa" Aria entonces algo insegura dijo "Ahh... sólo espero que el plan funcione y no se dañen, quiero decir, sí quiero verlos romper sus lazos y confianzas, pero no quiero matarlos" Sonata dijo "Si, la matanza y sangre, es... perturbadora" yo dije "Vamos chicas, solo es cuestión de controlar el canto"

En eso Talent entró a nuestro cuarto y entusiasmado dijo "¡Vamos chicas!, ya es hora de ir a su presentación en el arrecife, el pago ya fue efectuado... sólo falta que vayan allá y los deslumbren... y esta vez ¡denles en serio una razón para pelearse por ustedes!" Mis hermanas y yo nos volteamos a ver y nos sonreímos malvadamente, entonces volteamos a verlo y yo dije "Oh Talent, pero claro que se las daremos"

Todo el equipo Dazzlings iba nadando hacia el centro del arrecife, lugar donde los fans nos esperaban y se hacían los preparativos para la presentación. Mis hermanas y yo aún llevábamos los disfraces de algas y corales, para seguir ocultando nuestra verdadera identidad. Al llegar al lugar, Talent se separó del grupo para ir a inspeccionar los últimos toques de la presentación, Melody y sus hermanos se retiraron nadando hacia un pilar de corales situado en la cima del arrecife donde se acomodaron para ver el espectáculo, así que mis hermanas y yo nos quedamos ahí siendo protegidas por un enorme hipocampo que se ofreció de guardia.

En eso mis hermanas y yo pudimos notar como un grupo de hipocampos adolescentes se acercaban a nosotras nadando a toda velocidad mientras gritaban entusiasmados, era obvio que ellos eran fans. Nosotras nos molestamos un poco, porque nosotras ya sabíamos que esos hipocampos eran los mismos hipotrillos que se burlaban de nosotras en nuestra infancia, cada hipotrillo que había estado en nuestra clase de la infancia venía en ese grupo, era irónico que ahora nos aclamaran, pero la cosa acá es que ellos no tenían ni la menor idea de quienes éramos nosotras, al igual que todos nuestros fans del océano no sabían quiénes eran realmente las Dazzlings ni de dónde venían, así que tomamos eso a nuestro favor.

Tan pronto como todos los fans hipocampos llegaron exclamando e implorando nuestro autógrafo, el enorme guardia hipocampo extendió su cola alrededor de nosotras, no dejándolos pasar, y nosotras tomamos una postura tranquila y engreída sin dejarlos de observar. Todos los hipocampos ahí estaban casi llorando del entusiasmo, muchos trataban de pasar la cola del guardia hipocampo y llegar a nosotras, y mientras lo intentaban gritaban muchas cosas "¡Son ellas! ¡¡Son ellas!!" "¡Quiero su autógrafo!" "¡Quisiera ser su amigo!" "¡Quiero ser parte de su familia!" y demás cosas, hasta creo que oí por ahí que alguien grito "Quiero ser novio de una de ellas" Eso hasta a mí me causó pena ajena, pero, en fin, mis hermanas y yo nos deleitábamos con los patéticos implores de los fans, y entre las tres nos burlábamos de ellos entre dientes.