-¿Courtney? –Dijo extrañado.
-No lo sé, simplemente lo supe. –Dije lo primero que se me vino a la cabeza.
Scott se levantó de la silla y se acercó a mí. Me miró con sus ojos azules muy fijamente.
-Dime Courtney, ¿por qué no me dejas ayudarte? –Dijo poniéndome una mano delicadamente en el hombro.
Lo miré y no pude evitar decirle:
-No me puedes ayudar. –Dije muy fríamente.
Scott se apartó de mí y volvió a su silla.
-Bien, creo que hemos acabado, ya puedes irte. –Dijo Scott bastante frío ahora.
Me levanté de la silla pero antes del salir de la sala aquella no dudé en mirar atrás, vi a Scott con los brazos cruzados mirando a la mesa algo decepcionado.
Salí de la sala y vi a mi madre que saltó de la silla al verme y se dirigió a mí.
-¿Cómo estás cariño? ¿Estas herida? –Dijo mi madre muy preocupada.
-Mamá estoy bien, solo quiero irme de aquí. –Dije cabizbaja.
-De acuerdo cariño, vámonos a casa. –Dijo mientras me abrazaba.
A la mañana siguiente todo parecía ir bien en el instituto, es decir, sin arpías a la vista.
-¡Hola Courtney! –Dijo Izan.
-Hola, ¿qué hay? –Dije sin ganas.
-Qué animada te veo hoy. –Bromeó.
-No estoy de humor que digamos. –Dije algo fría.
-No te molesto entonces. –Se despidió y cada uno nos fuimos en direcciones opuestas del pasillo.
Scott quería ayudarme, y yo no me había dejado. Quizás pienso que nadie puede ayudarme con lo que me está pasando y es realmente un rollo todo esto. No entiendo por qué me tiene que estar pasando esto a mí, era feliz sin visiones raras en mi cabeza, no sé cómo afrontar esto.
La semana había pasado sin complicaciones y yo no había sufrido más visiones, ¡menos mal! Aunque no podía cantar victoria todavía.
-Es una tarde bastante tranquila hoy, debería ir a dar una vuelta para despejarme de todo. –Me dije a mi misma en voz alta.
Estuve caminando por varias calles cerca de mi casa y todo parecía ir de perlas hasta que ocurrió:
"Un hombre discutiendo con otro en el muelle y uno de ellos temía por su vida"
Abrí los ojos y fui corriendo hacia allí. Cuando llegué no había nadie, me quedé atónita porque no sabía qué hacer pero de repente me pareció oír algo y me escondí rápidamente detrás de unas cajas. Oí a un hombre gritarle a otro, y supuse que sería uno de los que aparecían en mi visión. Me quedé escuchando lo que decían pero no saqué nada en claro. El otro hombre le pedía por favor que no lo matase que le iba a dar todo el dinero, que solo necesitaba más tiempo, pero el otro hombre no parecía gustarle nada esas palabras. De repente oí la voz de Scott que apareció de la nada:
-¡Arriba las manos! –Dijo en alto.
El matón que tenía un arma en la mano la soltó al escuchar a Scott.
-¡Estáis detenidos los dos! –Dijo Scott con voz firme.
Scott metió a los hombres en un coche de policía distinto pero él no se montó en el coche aun. Me mantuve callada pero al final me encontró:
-Courtney, ¿qué hacías aquí? –Dijo alterado, al parecer sabía que estaba allí y eso parecía angustiarle.
Me quedé callada pero volvió a hablar:
-Creo que me tienes que contar muchas cosas. –Dijo Scott mirándome muy fijamente.
-Y-Yo... -Dije con voz entrecortada.
-Me lo vas a contar todo. –Dijo Scott con voz firme.
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CULPABLE ©
Mystery / ThrillerCourtney Morgan a sus 17 años, es una chica fuera de lo común que evita por todos los medios ser como las chicas de su clase. Su padre murió en un accidente de tráfico cuando ella solo tenía tres años y desde entonces reside con su madre en Sacramen...