¿Un asesino nace o se hace?
Una singular frase, un singular contenido.
No necesitaba indagar demasiado para saber quien había estado husmeando en Internet sobre el tema. Mi madre, y su incesante interés por razonar conmigo y tener la realidad agarrada por los cuernos.
Seguí el camino a las escaleras, no era necesario revolotear mucho, un baño refrescante y una taza de té completarían tan ameno día. Siempre es un buen día si se hace algo bueno por el mundo, como un político que logra su objetivo, como cuando limpias una bodega y la dejas sin vinos rancios.
Me acerco a la ventana de mi habitación con la taza humeante en mi mano, la pregunta escrita en el ordenador ronda mi mente, una y otra vez, jugando al escondite. Apareciendo y desapareciendo. Una vez yo también me hice esa pregunta, me cuestione, me humille, pero con el tiempo la verdad se vio tan clara como agua cristalina; un asesino nace y se hace.
Puedes nacer con el mayor deseo de sangre, con la mas grande ganas de matar, pero siempre tienes la opción de elegir, ser un mediocre, o el mas fino y elegante de todos, un asesino que conmocione, que sea elogiado y admirado, que tenga clase y determinación.
Eso planeo ser. Eso seré.
Escucho la puerta abrirse y unas pisadas apresuradas se apoderan de las escaleras, esbozo una sonrisita, se lo que viene a continuación.
Todo pasa tan rápido como me lo imagine, mi madre entra en la habitación como un huracán categoría cinco, se acerca y me toma del brazo girándome bruscamente, haciendo que la taza tiemble de un lado al otro derramando algo del contenido que quedaba.
— ¿Como fuiste capaz? —grita— eres una maldita degenerada.
La observo por un instante y luego hago lo mismo con mi padre que se mantiene en una imperturbable calma, así que decido ignorar a la histérica y hablar con mi padre.
— Me podrías explicar lo que sucede, a parte de que tendré que limpiar mi alfombra por culpa de los arrebatos de mi madre.
— El hijo de los Prime ha muerto, bueno lo han asesinado brutalmente, y tu madre bueno... —entorna los ojos haciendo una mueca de fastidio.
— Entonces, si muere un perro en la esquina, un anciano en el hospital o tal vez un vagabundo en un callejón, ¿La culpa es mía?— digo con algo de emoción en la voz— me sorprendes madre, pero no porque haya hecho ciertas cosas en mi niñez y sea diferente a la cuerda de ignorantes con la que te la pasas, no quiere decir que sea una loca.
Ella se gira con los ojos tan abiertos que pareciera que se fueran a salir de su órbita, y la idea me causa gracia, se acerca un poco y las lagrimas salen descontroladas.
— No entiendo porque Dios me castigo con una hija así, mi única hija y es una psicópata— su sollozos se intensifican y lo que hacen es irritarme, la diversión que sentía desaparece y da paso a una amargura excesivamente grande.
— ¿Tu única hija? A caso estas negando la existencia de mis hermanos— sus ojos se abren aún mas y se que no se esperaba esa puñalada—, de verdad pensabas que soy tan estúpida para no saber de la existencia de Max y Emil, ¿Por qué tanto descaro? los gemelos nunca han sido un secreto para mi, porque un secreto es algo que tú no sabes guardar— me encamino hacia la puerta para buscar los productos de limpieza necesario para asear mi alfombra pero me detengo solo para decir una ultima cosa—. No veas cosas donde no las hay, no te agobies con algo que no existe, porque la mente sabe jugar muy bien con la realidad, deberías ir a ver a Erick, tal vez te ayude.
Salgo sin mirar atrás y sonrió, se que Lauren esta consternada y era lo único que esperaba obtener, de ha poco se logra grandes cosas, y para ella tengo el mejor de los regalos.
Nota de autor.
¡Hola! Se que he estado perdida mucho tiempo, y pues mi excusa es la universidad, que me tiene absorbida por completo. Así que por acá les dejo esto, corto pero significativo para la continuación de la historia.
Tessa y yo le mandamos besos xx
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Fragile
Mystery / ThrillerDicen desde hace muchos años, no sé cuántos con exactitud, nacemos atados a los hilos de la vida. Según todos nacemos atados al hilo rojo, a la capacidad de amar y apreciar las cosas, y que al otro extremo de nuestro hilo, se encuentra nuestro amor...