II

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–¿Qué fue eso, Ale?– Preguntó Nicolas una vez que el taxi se puso en marcha de vuelta a la fiesta. Nicolas miraba a Alex en busca de respuesta pero Alex tan solo no podía dejar de sonreir aun con su respiración levemente agitada, aquello era como una adrenalina para él, el dejar a su padre con la palabra en la boca no se lo iba a perdonar tan fácilmente aún asi, valdría la pena, la noche compensaría todo el mal que a su creer se aproximaba. Miró a Nicolas y sin quitar su sonrisa se encogió de hombros para después ponerse comodo en el asiento, ambos no dijeron nada más en todo el trayecto.
Al llegar a la fiesta de sus amigos Alex buscó rápidamente con la mirada a la dueña de sus pensamientos, la vió a lo lejos con algunas amigas y sin duda alguna se dirigió hacia ellas dejando a su amigo solo, Nicolas suspiró  y negó con la cabeza, uno de sus amigos le palmeo la espalda y se fueron al bar.
–¡Marian~! – Llamó Alex la atención de la chica. Ella sonreía tan amigable, llevaba el pelo con un despeinado perfecto, una blusa rosada en tono bajo con algunos brillos metalicos, chaqueta negra de un cuero delgado,  la falda negra con brillos menudos y un cinturón que afirmaba la cintura pequeña de la chica. Miró a Alex y lo saludó con un beso en la mejilla.

–Hola Alex, no te había visto hasta ahora.

–¿Me extrañaste?– Alex preguntó en tono casi atractivo que al parecer a la chica le causó gracia, ella reía suave cubriéndose la boca mientras negaba con la cabeza.

–¿Eres un tonto?– Ella preguntó aun riendo de esa forma tan delicada, no era escandalosa mas al contrario era tranquila y amigable que fue justo eso que le enamoró a Alex.

–¿Aceptarás que me extrañaste?

–Alex…– Dijo casi en tono de rendición pero con una sonrisa resplandeciente que la destacaba.

–Tomaré eso como un si.– Volvió Alex con el tono atractivo pero esta vez fue contagiado con la nueva risa de la chica, definitivamente, no era lo suyo ser atractivo. –¿Bailamos?– Ofreció Alex enseñándole su mano que pronto fue aceptada por la mano de la chica, salieron a la pista de baile y pronto movieron sus cuerpos al son de la música, Alex sentía que nada mas existía en ese lugar mas que ellos dos pero a lo lejos estaba Nicolas, observando todo con una triste sonrisa, decidió no verlos mas y se concentró en la platica de sus amigos.

~✷~✷~✷~

JiYong y SeungRi llegaron a la dicha fiesta, por suerte Ri tenía toda la información pero aun no le agradaba del todo espiar a su hijo, en cambio Ji parecía estar disfrutando el momento, estacionaron el carro en medio de una fila de las mismas y bajaron del coche, Ji tomó la mano de Ri y lo guió con toda la seguridad dentro de la casa pero antes de pasar al jardín trasero Ri se detuvo.

–No, JiYong…

–Si, JiYong –Afirmó Ji y haló al menor al jardín trasero, tocaba una canción lenta y romantica, de hecho ya lo sabían, la música llegaba hasta la esquina próxima de la calle. Ji buscaba a su hijo pero no lo encontraba.

–¿Ése no es el amigo de Ale?– Preguntó Ri a Ji que pronto este se enojó al ver al chico bebiendo con varios amigos mas.

–¿Y dónde carajos está Ale? –Ji quería ir a preguntar al amigo pero Ri lo detuvo.

–No seas exagerado, ¿Quieres?– Ri se estaba cansando de todo eso y lo hacia saber en su tono de voz. Ji quería responder a ello pero sin querer pelear, suspiró algo cansado, se giró a ver a Ri y con una sonrisa dulce le tomó de las manos.

–¿Te gustaría bailar conmigo?– Exacto, ese era el Ji que podía cambiar el temperamento de una situación, le preguntó de una forma tan dulce y cariñosa a la vez que Ri tenia ganas de patearle por ser tan adorable aun asi no lo hizo. Sus brazos envolvieron el cuello del mayor y mientras Ji deslizaba sus brazos por el cuerpo de Ri hasta llegar a su cintura, ambos cuerpos se juntaron y se mecieron al suave ritmo de la música, olvidando la razón del por qué habían parado allí, olvidando todo y solo viviendo con tal gusto el momento. A pesar de los años Ji  y Ri seguían tan enamorados como la primera vez, un amor tan único y especial como ninguna otra.

–Te amo Ri~ – Musitó Ji cerca el oído del menor a causa de ello Ri se estremeció y lo obligó a ver a Ji directo a los ojos, se acercó un poquito mas y deposito un beso timido a los labios del mayor.

–Te amo tanto, Ji.

~✷~✷~✷~

–Alex, debo irme… Es tarde y no quiero que mis padres se preocupen por mi. – Intentó despedirse la joven muchacha al ver su reloj de pulsera, Alex suspiraba viéndola comprensivo y con algo de timidez volvió a cogerle de la mano.

–Dejame, acompañarte, ¿Si? –Alex pidió y la joven no pudo negarse, con una sonrisa aceptó y salieron del lugar, Ri los había visto mas no le dijo nada a Ji, no quería romper el momento que tenia con Ji ni el que estaba viviendo su hijo, de hecho lo comprendía a la perfeccion.
La muchacha no vivía tan lejos por lo que fue con alex caminando, ella se soltó de la mano una vez que salieron de la muchedumbre, estaban riendo y hablando tonteras y hasta que llegaron a la casa de la joven se detuvieron.

–Gracias por acompañarme, me hubiese dado terror venir sola. – La chica con una simpatica sonrisa hizo una venia corta en forma de agredecimiento, quería entrar a su casa ya pero la voz de Alex lo detuvo.

–Marian… Tengo un pequeño regalo para ti. – Dijo sacando su pequeña cajita, Marian lo miraba algo curiosa mientras se acercó pero al verlo su rostro se llenó de susto.

–Alex… – Marian estaba asustada, temia por lo que suponía se vendría pero Alex no se daba cuenta de ello, él le sonreía mientras sacaba el collar del estuche, la dejaba relucir entre sus dedos y con una suave sonrisa se acercó a la chica que ella por instinto dio un paso hacia atrás.

–Dejame ponértela… Estoy seguro que te quedará muy bien. – Alex pidió abriendo la cadena, lista para ser moldeada al cuello pero en Marian estaba el gesto confuso, no sabia si aceptarlo o no.

–No sé si deba… -Confesó Marian mirando al chico que este algo apenado sonrió.

–Marian… Tú, tú me gustas Marian… Y creo estoy enamorado de ti, no dejo de pensar en ti… No hay dia que no estes en mi mente, no hay sonrisa que no sea por tu causa. Marian, quiero que seas mi pareja. – Y lo soltó, se abrió ante aquella chica con las mejores de las intenciones.

–Alex… Yo… -Suspiró la chica buscando las palabras correctas, no lo quería lastimar. –Yo tengo mi pareja, lo siento… –

–Entiendo… -Solo eso dijo Alex en medio de una sonrisa forzada, no dijo mas, ni quién era, ni menos pidió alguna explicación, no estaba en su derecho, lo sabia.

–Buenas noches Ale… -Murmuró Marian lo suficientemente audible para que Alex lo escuchara, él no dijo nada se sentía tan tonto, la situación era incomoda y Marian se apresuró en meterse a su casa dejando al chico en la puerta, Alex se giró lentamente y se fue por donde vino, quizá unas copas encima lo hagan olvidar, estaba tan frustrado con todo que ni siquiera pensó en nada mas. El collar aun iba entre sus dedos balanceándose y a medida que caminaba miraba aquella con curiosidad, definitivamente fue tan idiota al creer que una chica linda se fijaría en él, pensaba en dos cosas, en devolver el collar o simplemente guardarlo para recordarse a si mismo el gran papel de idiota que acaba de hacer; guardó el collar y se apresuró a la fiesta, de hecho lo guardaria para recordar su escena. Sus amigos continuaban bebiendo, se unió al grupo y olvidó por ese momento su mal pasar, bebía sin control riendo y haciendo bullying al menor de sus amigos, pero en medio de juegos y su descontrol fue una voz que le hizo estremecer de miedo, no quería pensar mal, quizá el alcohol le estaba jugando una mala pasada aun asi, para asegurarse se dio la vuelta lentamente sin que sus amigos se dieran cuenta y su mayor temor allí estaba...

–¡ESCUCHEN TODOS! –Gritaba JiYong sobre el micrófono que le había quitado al dj, Caminaba a vista de todos hasta ponerse en uno de los lugares mas altos para ser visto, estaba borracho, era seguro, claro, estaban en una fiesta y no tomar nada de alguna bebida con algo de alcohol era prácticamente un delito.

–POR UNA MILESIMA VEZ HAGO SABER QUE SOY UN HOMBRE REALMENTE AFORTUNADO. – Habló JiYong en tono fuerte mirando a todos y al final su mirada se centró en su esposo que estaba allí riendo con el rubor entre sus mejillas.

–Esé no es tu papá, ¿Alex? – Preguntaba Nicolas viendo al hombre allí, siendo el centro de atención.

Una Última Travesura // NyongtoryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora