Capítulo 8

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La semana pasada, después de salir de aquí, llegué a una estación de servicio, llené el tanque de mi auto y decidí comprar algunas cosas para comer; cuando estaba en la caja, observé los estantes repletos de golosinas, y recordé lo mucho que me gustaban. Tenía prohibido la comida chatarra en la cabaña, y los primeros meses echaba de menos un sinfín de cosas, pero a medida que pasaba el tiempo dejé de recordar incluso el sabor de todo aquello. Mis únicos premios o postres eran las frutas, y sólo si él consideraba que me hubiese portado muy bien.

La cajera me preguntó si deseaba algo más, a lo que yo respondí que no en automático, pero un segundo después, comencé a arrojar bolsas y bolsas de golosinas en el mostrador: gomitas, paletas, chocolates, chicles, salados, decenas de dulces de todo tipo. La gente que había detrás de la cola miraba sorprendida cómo un loco se llevaba todas las golosinas de la tienda, pero no me importaba lo que pensaran.

Una vez estando en mi coche, abrí una bolsa tras otra sin parar, atiborrándome la boca de chucherías mientras lloraba sin razón. Comía con desesperación, como si alguien fuese a venir a quitármelas de un momento a otro. Fue demasiado para mi estómago, vomité llegando a casa y la lengua se me llenó de llagas, pero eso no me impidió seguir comiendo. Quería ser como antes, doctora, deseaba tanto ser el chico que no estaba roto.

Los dulces no sabían igual a como recordaba, ya nada tiene el mismo sabor.

*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*

Sentía sus jadeos en el cuello, su aliento me hacía estremecer del asco pero había aprendido a mantenerme quieto. Era un muñeco de trapo que él manejaba a su antojo.

Trazaba figuras en mi cuerpo con las yemas de sus dedos una y otra vez. Yo debía permanecer desnudo hasta que él lo decidiera, entonces me devolvía el pijama y estando listo me envolvía en sus brazos para cubrirnos a ambos con una manta.

Era difícil conciliar el sueño las primeras semanas, pero la resignación fue haciendo estragos en mi cuerpo y ahora me dejaba llevar por la fatiga del día.

—Kibum—habló sacándome de mi letargo—, ¿has estado enamorado alguna vez? ¿Realmente enamorado?

Era extraño escucharlo preguntar algo tan personal, especialmente si tenía relación con mi pasado. Y me ponía nervioso decir algo que le molestara. No le gustaban las mentiras, pero mencionar a Jonghyun era demasiado arriesgado.

—No —murmuré después de un rato. Parecía contento con mi respuesta.

—Lo sabía— dijo—. Eres un chico listo, tú sabes apreciar la diferencia entre el cariño y el amor verdadero. Yo cometí el error una vez de creer que amaba a un hombre.

— ¿Y qué pasó? —pregunté.

—Bueno, pues que me di cuenta a tiempo que no era el indicado. Fue antes de conocerte, claro. Salimos durante unos meses, y después quiso terminar: dijo que yo controlaba su vida, lo cual era totalmente falso. A él le gustaba tener muchos amigos e ir de fiesta y no estuvo de acuerdo en que yo se lo prohibiera. Yo sólo quería protegerlo, traté de ser paciente, estaba dispuesto a darle una segunda oportunidad, entonces confesó que había alguien más. Soy una buena persona que cree en el amor, así que simplemente les ayudé a estar juntos. Probablemente habrían terminado en un futuro pero yo me encargué de unirlos para siempre.

No quería creer lo que estaba escuchando. Aunque sabía que Minho era una mala persona, no quería pasar mis días con un asesino sin escrúpulos que piensa que todo lo que hace es por amor.

— ¿A qué te refieres con...unirlos para siempre?

—Exactamente lo que estás pensado—dijo con absoluta indiferencia—.No le des tanta importancia. Era el destino—continuó—, justo un mes después fui a la cafetería donde Baekhyun y yo nos conocimos, y te vi. Salías de la escuela cargando una montaña de libros que terminó en el suelo, y no estabas molesto, te observé e imaginé el sonido que tendría tu risa. Lucías encantador tratando de llevar todo a tu auto y...simplemente lo supe. Supe que eras el indicado. Tuve que seguirte para saber tu dirección, y el resto es historia. Tomó bastante tiempo preparar todo, cada día era más difícil permanecer alejado de ti, pero valió la pena, ¿no crees? Todas las veces que tuve que soportar verte en los brazos de alguien más...Pensé en quitarlo del camino, pero creí que de esa manera te sentirías culpable de ser feliz conmigo.

Nadie te encontrará (SHINee)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora