Capítulo 16

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Presente 

—Kibummie, ¿qué te parece si vamos al cine después de la cena? —pregunta sobre mis labios, dejando un recorrido de besos antes de susurrarme al oído—: Y tal vez podríamos ignorar la película.

—Bobo—dije atizándole suave en el pecho con las mejillas coloradas. Reviso que no haya salido nadie de la cocina y vuelvo mi vista a Jonghyun, que me tiene casi sobre su regazo en el sillón.

—Entonces a mi departamento, ¿qué dices? —sus labios juegan con el lóbulo de mi oreja y siento el fuego aumentar en mis mejillas

—Jonghyun, basta.

—¿Qué? ¿Ya volvimos a los sonrojos? ¿Debo conquistarte de nuevo, entonces, como cuando nos conocimos? —comenta bromeando.

—No es gracioso.

—Oye, que yo sólo quería ver una película. No sé qué te habrás imaginado.

—Oigan, tortolitos—dice Taemin desde la puerta de la cocina—La cena está lista. Mientras más rápido coman, más pronto estarán solos—añadió burlesco y escapó de nuestra vista.

—Ese...mocoso—murmuré.

...

—Taemin, ¿Me pasas la ensalada? —pregunté señalando el recipiente junto a él.

Tomó el molde y, literalmente, lo pasó frente a mi cara para después colocarlo en el mismo lugar. Todos en la mesa rieron y comenzaron a servirse antes que yo para molestarme aún más.

—Basta, no es gracioso. Taemin, dame esa ensalada.

—Mm está deliciosa —dijo haciendo unas muecas exageradas—, ¿quieres un poco de la mía?

—No, dame eso. ¡Mamá, van a terminarse mi ensalada! —seguí en mi rabieta.

—¿Quién dijo que era tuya, sabandija egoísta? —respondió Taemin.

—Te mataré, maldito mocoso. Ven aquí.

Me puse de pie dispuesto a golpearlo, pero él fue más rápido y corrió hasta la sala de estar gritando:

—¡Aléjate! ¡Auxilio! ¡Ah, Jonghyun, ayúdame!

—Olvídalo, a mí no me metas

—Ven aquí, cobarde—daba vueltas por los sillones tratando de tomar su brazo, pero se escabullía deprisa, así que comencé a lanzarle cojines.

—Aléjate ¡Auch! ¡Aaaaah auxilio!

—Niños, ya basta—gritó mi madre desde el comedor— ¡Kibum, deja esos cojines!

—Señora Kim, dígale que se detenga, voy a vomitar la ensalada.

—Bien, porque es mía. —contesté.

—No es verd- ¡Auch, eso dolió! —en el momento en que detuvo a sobarse la frente donde había había recibido el golpe, yo me abalancé sobre él y le di un par de golpes suaves, seguidos de un ataque de cosquillas— ¡No, cosquillas no, por favor!

—¡Discúlpate!— comencé a atacarlo hasta que no pudiera respirar de la risa. Se retorcía e imploraba piedad como si lo estuvieran torturando.

—¡Basta! ¡No...puedo...respirar!—decía entre risas—¡Por favor! ¡Ah, me hago pipí!

—¡Iugh! ¡Qué asco! —exclamé soltándolo.

—¡Caíste!—gritó y corrió hacia el comedor.

Nadie te encontrará (SHINee)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora