Capitulo 6: El prisionero

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Hace mucho tiempo, que no siento el aire fresco, que no puedo caminar libremente, vivo en una castillo quizás el sueño de muchos, pero para mí es una tortura. Les contare mis historia, mis padres eran militares para la ONU junto con los padres de mi primo Nick, por alguna razón nuestros certificados de nacimiento se perdieron y lo único que tengo o de mis padres, es una cadenita con una llave alada, que significa no sé, pero es el único recuerdo tangible que tengo de ellos, solía tener una mantita que tenía bordado las letras AL, me llamare Alejando, Alejo, Alex... La verdad no tengo idea, pero mis padres adoptivo me dejaron conservar mi nombre. Soy Al Evans y esta es la historia de cómo me convertir en el esclavo de un vampiro. Tenía 18 años, mi primo se inscribió para estudiar música en la universidad, por mi parte mi sueño era convertirme un gran modelo de ropa interior, hice mi portafolio y audicione y quedé en la prestigiosa D'leito Model Academy, conocí al chico más hermoso que había visto se llamaba Edward D'leito, el hijo de la famosa modelo Vanesa D'leito, él en ese tiempo era estudiante de fotografía y trabajaba en la academia, audicione quede, pero las clases empezaban un mes después, durante ese mes salí con Edward, el de verdad me gustaba, me invitaba a salir y tuvimos sexo increíble. Sin embargo, han escuchado ese dicho que existen lobos con piel de oveja. Mi primer día de clases fue impresionante, de verdad estaba cumpliendo mi sueño, pero antes de irme Edward me llama a su oficina, porque oficialmente ya era director, y me muestra su verdadero ser, un chupa sangre, un chico de la noche, o más conocido como vampiro. Crecí viendo y leyendo historias de vampiros, pensé que sería mi propia historia de amor con un vampiro, pero no podía estar más equivocado salí de esa oficina amordazado y con una venda en los ojos, probablemente drogado porque cuando desperté estaba en lo que parecía el sótano de un castillo vestido con un short negro de cuero, una chaqueta de cuero negro y alrededor mío habían diversos aparatos de tortura, en una esquina vi a Edward o mejor dicho mi amo con un látigo y supe que mi vida cambiaria para siempre, han pasado 5 años y sigo aquí siendo el esclavo sexual de mi amo.

Edward llegó al castillo después de espiar a Nick y Matt, fue a ver como estaba Al. El chico estaba en su habitación.

Llegó mi amo. por sus pasos puedo notar que no estaba nada feliz. Entro a mi habitación, acercándose hasta estar a pocos milímetros de mi cara. Me sujetó las manos con las suyas.

Ponte de rodillas. – Dijo, feroz, mirándome fijamente a los ojos. Era todo odio, algo quería mi amo y no lo consiguió, se desquitara conmigo.

Se quitó el cinturón y me lo puso al cuello, haciéndome toser.

No te muevas. – Dijo mientras salía de mi cuarto.

Volvió con unas esposas. Me las colocó hábilmente, dejándome las manos inmóviles detrás de la espalda, me inyecto algo en el brazo, solo podía sentir que la temperatura de mi cuerpo empezaba a subir, mi pene se comenzaba a erectar, y tenía un gran deseo de lamer su pene o que me lo estuviera metiendo en este momento. Lo miraba angustiado. Me moría de ganas de comer su pene, me moví hacia él, pegando mi cara a su paquete. Lo único que conseguí fue una bofetada.

¿Y a ti quién te ha dado permiso para tocarme? – Dijo muy molesto

Apretó el cinturón, estirando hacia él y hacia arriba. Me levanté. Mi pene rígido. Me acerco a su cara y me dio un beso, con odio con calentura pero un beso al fin y al cabo.

Creo que lo que te inyecte surge efecto, tienes una erección enorme - susurro mi amo con una sonrisa maliciosa

Bajo mi pijama que llevaba puesto, me puso en cuatro, lo cual era difícil con mi manos esposadas a la espaldas, me quito el cinturón del cuello y me dio latigazos en el culo.

Te has portado bien humano, te mereces un premio - me dijo autoritariamente

Me volteo y mi amo, ya estaba desnudo, sabía que mi premio era comerme a su "amigo" el cual era impresionante unos 22 centímetros lo empecé a mamar desde la cabeza hasta los testículos y por debajo de los testículos en el espacio que llega al ano, mientras con la mano lo masturbaba, Edward estaba extasiado, luego de un rato me centré en tragarme lo que podía de su pene, pero a punto de estallar note como su mano me tomaba la nuca y me forzaba a tragarlo para que me cayera todo dentro de la garganta, pero seamos realista eso era imposible, lo único que conseguía era atorarme. Luego de un rato, me puso con las piernas en sus hombros y sin piedad la clavo hasta el fondo, mientras pellizcaba mis tetillas por un lado, que todo este sometimiento era indigno, pero por el otro lado, solo quería que me siguiera culeando de la manera que él lo sabe hacer, sin tocarme en ningún momento acabe en todo mi abdomen. Mi amo siguió metiéndomela por unas horas, era imparable. hasta que la saco de mi ano y se corrió llenándome la cara de su leche, me dejo en la cama, el tomo su ropa y fue.

Sin antes decirme: Dúchate humano, mis juguetes me gustan limpios - exclamo Edward abandonando la pieza de Al.


"No Me Digas Adiós"Where stories live. Discover now