«— ¿Sabes qué? Mejor terminemos con ésta relación.
— Tienes razón, sería lo mejor que me podría pasar en la vida.
— Entones, ¿estás de acuerdo, Agreste? — lo cuestionó mirándolo fríamente, mientras extendía su mano en dirección a él.
Adrien la miró de arriba a abajo antes de sujetar su mano, dando por cerrado el trato.
— Completamente de acuerdo. — respondió con frialdad antes de que cada uno desapareciera de la vista del otro.»
— No, no estaba completamente de acuerdo. Nunca quise decir eso. — se lamentó el rubio hundiendo su cara sobre la fría almohada de su cama.
— Nunca quise proponerte que termináramos con nuestra relación... — susurró la azabache en la soledad de su departamento.
Ambos jóvenes habían recordado su rompimiento de hace cuatro meses. Ambos se sentían completamente estúpidos por haber explotado ese día y echar años de relación a la basura sólo por no saber manejar el estrés.
Marinette y Adrien habían estado muy ocupados en ese mes y más en esa semana. El rubio estaba siendo presionado por su padre en cuanto a su trabajo en la empresa y, además, estaba con millones de cosas en la cabeza como para poder pensar con claridad. Y la joven azabache también estaba demasiada ocupada con los problemas que tenía en su local.
Empezaron a tratar mal al otro sin darse cuenta y eso fue la gota que rebalsó el vaso para dar por acabado toda conexión entre ellos. Marinette hizo sus maletas ese mismo día y se fue a pasar la noche en un hotel para luego buscar su propio departamento.
«— Hasta nunca, oxigenado.
— Ya vete, Dupain.»
Ahora, ambos decidieron olvidarse, sin lograr éxito alguno todavía.
Esto podría ser sencillo, podrían buscar al otro —dado el hecho de que ambos se necesitaban con urgencia—, solucionar las cosas y vivir felices para siempre otra vez.
Sin embargo, los dos pensaban que su expareja no lo extrañaba y no querían perder su dignidad yendo a querer volver ser una pareja cuando el otro ya era feliz, seguramente.
Y Adrien mucho menos quería intentarlo desde que descubrió que Nathanaël era el nuevo novio de su amada.
Si tan solo supieran que ambos aún sienten lo mismo por el otro...
•••
— Ay, Marinette. — suspiró. — No tenías que haber tomádote en serio cuando te dije que debías salir y a casi nadie decirle que no. — río levemente la castaña con mechas rojizas, mientras sobaba la espalda de su amiga. — Mira como terminaste ahora.
— Tienes razón. — suspiró ella también. — Soy la peor persona de mundo. — lloriqueo, dejando caer su cabeza contra la mesa del comedor. — Auch. — dijo con su rostro aún estampado contra el mueble.
Alya rió por el comportamiento de la azabache y la ayudó a reincorporarse de nuevo.
— Escucha, sí, está mal que uses a Nathanaël para olvidar al... oxigenado ese. — rodó los ojos, mientras Marinette esbozaba una sutil sonrisa por el apodo hacia Adrien. — Pero, por lo menos, Nathanaël te gusta ¿o no?
— Sí... — dudó, mirando hacia otro lado que no fueran los ojos de la morena.— Ya no te gusta ni un poco, ¿verdad? — habló más como si fuera una afirmación a una pregunta; a la cual Marinette asintió varías veces con la cabeza, volviendo a dirigirle la mirada. — Oh rayos... — Alya golpeó suavemente su frente con su palma derecha, mientras negaba levemente con su cabeza.
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Perfecta - Miraculous Ladybug, Adrinette AU
FanfictionA veces, el estrés puede lograr que digas y tomes decisiones que nunca en tu vida se te cruzaron por la cabeza. Y más cuando no sabes lidiar con el. Adrien y Marinette fueron víctimas de ello. Y ahora, se arrepienten demasiado. ¿Podrán recuperar s...