— ¿Hoy no me insistirás para que llame a Alya y le pida que me de información sobre Marinette y Nath?
— No.
— ¿Ni te vas a lamentarás por haber sido un idiota y dejarla?
— No, no.
Nino estaba sorprendido. Se le había tomado muy en serio lo de querer olvidar a Marinette.
“Sorprendente.”, pensó al verlo tan concentrado en los informes de la últimos meses de su empresa.
Sin embargo, aquello no venía bien dado el hecho de que su amiga azabache iría esa noche, al finalizar la jornada de Adrien, para verlo y confesarle sus sentimientos junto a una explicación de su repentina visita cuando, supuestamente, seguía de novia con Nathanaël.
Nino se masajeó la sien en una muestra de cansancio. Primero el plan era hacer que se olviden y ahora el plan es que regresen. Estaba exhausto de dar tantas vueltas.
Debería dejar de tenerle tanto miedo a Alya para que ya no
lo incluya en sus planes.De todas formas, Adrien no estaba tan tranquilo como aparentaba. Por dentro tenía unas ganas inmensas de saber sobre la azabache. Aunque lo que había visto la noche anterior lo había destrozado, no podía sacársela de su mente en ningún momento. Ni siquiera sabía lo que estaba escrito en aquellos informes.
“Idiota. Idiota y masoquista, además.”, pensó.
— Entonces no querrás saber quien viene hacia aquí. — le dijo Nino, encogiéndose de hombros, esperando su respuesta.
Adrien se levantó de su silla de lo que había parecido un salto y caminó rápidamente hacía la puerta de su oficina, agachándose hasta quedar a la altura del cerrojo para ver a través de él.
— Oye, yo no la ve...— el rubio se calló cuando entendió que todo era una broma al ver a Nino riéndose a carcajadas de él. — Ja-Ja-Ja. Muy gracioso, Nino. — rodó lo ojos, caminando de nuevo hacia su escritorio.
— N-No puedo creer que... que te lo hayas creído. — comentó el moreno, tratando de recuperar el aire perdido. — ¿A caso no te diste cuenta que ni siquiera llamó tu secretaría como para avisarnos que Marinette Dupain-Cheng vendría hasta aquí? — cuestionó, aguantando las ganas de volver a reírse. — O sea, ¡me creíste sin prestar atención a la realidad! — exclamó su amigo, soltando una pequeña risa mientras Adrien lo fulminaba con la mirada. — Acéptalo, Bro, no puedes olvidar a Marinette de un día para el otro. Esa chica aún te trae loco como en la preparatoria.
El ojiverde suspiró y asintió con la cabeza.
— Me descubriste. — aceptó con una triste sonrisa.
— Oh, vamos. — le revolvió su cabello rubio. — No te pongas así, amigo. Te tengo una sorpresa ésta noche.
— ¿Qué? ¿Unos croissants en mi auto? — lo miró divertido.
— Huele a eso. Así que es casi parecido. — respondió, a lo que ambos rieron.
•••
— ¿Sabes? Es muy injusto que te veas bien con todo, Marinette. — se quejó Alya, haciendo una mueca divertida, mientras veía el hermoso vestido ceñido de color negro con toques rojizos que llevaba su amiga.
Marinette rió suavemente.
— Para nada. ¿Que no recuerdas todas las prendas que tuve que probarme hasta encontrar la que sí se me viera bien? — la contradijo.
— No, tuviste que probarte muchas prendas porque no encontrábamos la adecuada para la ocasión. No porque ninguna te sentara bien. — explicó, acomodando sus lentes. — ¿Lista? — sonrió, acercándose a la azabache.
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Perfecta - Miraculous Ladybug, Adrinette AU
FanfictionA veces, el estrés puede lograr que digas y tomes decisiones que nunca en tu vida se te cruzaron por la cabeza. Y más cuando no sabes lidiar con el. Adrien y Marinette fueron víctimas de ello. Y ahora, se arrepienten demasiado. ¿Podrán recuperar s...