JongIn daba vueltas en su cama una y otra vez, en la mañana viajarían a China para conseguir trabajo, puesto que sus padres se estaban separando y su madre ya no quería ser parte del proceso. Por su mente pasaba una y otra vez los rostros de sus amigos, familia y sus hermanos. Extrañaría a esos idiotas, después de todo eran sus hermanos menores.
JongIn era el mayor de los tres hermanos Kim. El menor se llamaba JongDae y la de en medio TaeYeon, entre ellos se llevaban tres años de diferencia, lo cual era un cálculo bastante curioso, pero quien podía entender a su madre.
Los nervios se lo comían de a poco, no estaba seguro de nada, puesto que empezar desde cero en un nuevo país era algo que en sus casi dieciocho años no había imaginado tener que hacer. Sus únicas preocupaciones era atender a sus hermanos, arreglar su casa y ver que podía estudiar, pero luego de ver que eso era casi imposible, decidió seguir a su madre, aunque más que nada había sido una orden.
Su padre no se había opuesto, es más lo había animado diciéndole que allá tendría más oportunidades y esas cosas, aunque a él le sonaba más a una salida fácil.
Suspiró una vez más y miró el techo de su habitación, la luz de la calle se filtraba tranquilamente por la ventana, estaba tan nervioso, sus maletas ya estaban listas, pero aún así se sentía ajeno a todo. Ya habían pasado meses desde que Do KyungSoo se había ido y sabía por parte de SeHun que le estaba yendo bien y solo están esperando ahorrar un poco más para poder ir a su alcance, aunque el rubio no había esperado demasiado, lo a rumores decían que ya tenía un amante.
Todavía recordaba cuando lo conoció, se había sentido un tanto extraño, todo muy fuera de lo común. JongIn había tenido novias y novios, no muchos, pero los había tenido, y sin embargo, se había sentido diferente. Como era de esperarse, se había regañado a sí mismo por sentirse de esa manera por el novio de su "amigo", también porque era un hombre mayor, lo cual era problemático desde donde lo viera, así que se obligó a sí mismo a superar todo eso y seguir con su vida.
El señor Do no pintaba ni cortaba en su vida.
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Cómo se lo imaginó, China era tan diferente a Corea. Todo era grande y los caracteres de las palabras indescifrables, se alegraba de haber llevado esa materia en los últimos años de colegio, porque de lo contrario no podría ni ubicar el baño.
Su madre lo había inscrito a una academia para que pudiese ver si le gustaba algo, pero JongIn prefería trabajar, después de todo para eso había ido, ¿Verdad?
Al inicio, se había confundido con las palabras y órdenes de la gente en los diversos empleos a los que se postuló, pero con el paso de los meses logró adaptarse con maestría , después de todo, él era bueno en todo lo que se proponía, podía lograrlo con mucho esfuerzo y para su buena suerte, así fue.
El tiempo pasó relativamente rápido, para cuando se dio cuenta ya estaba en la puerta de sus diecinueve, con un nuevo empleo en una oficina y un ligero cambio de estilo. Se había cortado el cabello por los costados, dejándoselo largo al frente, había crecido un poco y su piel bronceada se había vuelto brillante gracias a los cuidados que le había sugerido su mejor amigo.
Zhang Yixing vivía en el mismo edificio de JongIn y desde que se conocieron se habían vuelto inseparables. Los fines de semanas iban de paseo o a alguna fiesta, salían a comer y esas cosas. Para ese momento, JongIn no había pensado en tener pareja ni en nada de eso, estaba demasiado concentrado en mantenerse estable en un trabajo para poder pagar la renta y también estaba preocupado por los cambios de temperamento de su madre, quien también trabajaba todo el tiempo, dejándolo solo casi todo el día, lo cual convertía a Yixing en lo más cercano en sus días tristes, desolados y pesados.
A Yixing no le gustaba JongIn y a JongIn no le gustaba Yixing, pero quién los viera interactuar, podría deducir cualquier cosa, puesto que se había vuelto muy cercanos en muy poco tiempo. JongIn agradecía eso o estaría perdido con respecto a todos los que lo rodeaba.
Su nuevo empleo era agradable, consistía en ordenar papeles y llevarlos a las distintas personas que los solicitaran, nada de otro mundo.
Por las tardes salía del trabajo y se encontraba con Yixing en la puerta esperando por él en su motocicleta, así que iban a comer antes de regresar al bloque de departamentos. En la vida de JongIn todo era muy rutinario y agradable, después de todo, estaba haciendo lo que debía.
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Algunos meses más pasaron hasta que el mundo movió a las personas, ordenó lo que creía necesario y todo eso, dejando como producto una llamada de ayuda desde el piso superior de el que trabajaba JongIn. Era de la misma área, solo que JongIn ya no tenía jurisdicción en esa zona, por lo que se encaminó a ayudar a su compañero nunca antes visto, porque JongIn era así, reservado, pero amable hasta la médula.
Caminó por las escaleras con ligereza hasta llegar a la planta superior, miró a los que trabajaban en esa zona y fue en busca del gabinete de el que lo llamaron. Mientras que daba un paso tras otro se sintió como aquella vez hace ya meses, más cuando vio una espalda ancha cubierta por una camisa blanca que se le pegaba a la piel. Cabello negro y sedoso siendo revuelto, gritos con una voz gruesa, pero agradable, todo pareciéndole una coincidencia poco común, ya que jamás imaginó volver a encontrarse con él.
Cuándo el hombre volteó con la mirada furiosa, las fosas nasales expandiéndose y contrayéndose, la camisa marcandole el pecho trabajado y sobre todo, esos labios rojos por seguramente haber sido mordidos por la rabia, sintió su estómago ser atacado por un conjunto de mariposas asesinas que lo devoraban de adentro hacia afuera y quiso desaparecer o maldecir a lo que sea que haya causado que él y Do KyungSoo coincidieran en el trabajo, porque eso tenía que ser una broma y él debía estar soñando, pero no contó con que el hombre le sonriera de una manera terriblemente sexy.
"Maldita sea" — siseó para sí mismo antes de fingir la mejor sonrisa al estar ya cerca del hombre bajo.
— Eres tú, sabía que te conocía de algún lado — dijo el hombre de labios extrañamente cordiformes.
— Sí... También te recuerdo — respondió JongIn previniendo todo lo que ocasionaría ese encuentro y dedujo que definitivamente sería algo que nunca olvidaría.
Cuánta razón tenía.
💗💗💗
Parte 2/4
Gracias por leer
🐧💗🐻
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Coincidencia || SooKai || Retrato de familia
FanfictionProbablemente JongIn y KyungSoo no estaban destinados, pero cada uno elige su camino o tal vez todo es una mera casualidad. - No deberías estar hablando conmigo. - Y qué si quiero hacerlo. ✧ ➡️Proyecto: Retrato de Familia // Challenge por el Ka...