Esto es una locura

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JongIn no planeo lo que le estaba ocurriendo en ese mismo instante, ni siquiera tenía planeado cancelarle a Yixing el almuerzo, ni mucho menos había planeado tener a Do KyungSoo frente él con un par de platos de comida en medio de ambos.

Simplemente pensaba una y otra vez en las consecuencias de haber aceptado salir a comer con su compañero de trabajo luego de semanas de insistencia. Porque sí, luego de encontrarse el chico de ojos grandes se había empecinado en obtener una cita con él y al principio el menor se había mostrado reacio a aceptar porque bueno, sabía que no existía peor cosa que la ira de Oh SeHun.

Se sentía intimidado por el hombre de baja estatura que lo miraba intensamente. Primero se dijo que tal vez quería obtener más información de su amigo, después de todo, normalmente así funcionaban las cosas, pero cuando vio que el hombre no dejaba de insistir de una manera poco común, cayó en el hecho de que no se trataba de el intento por entablar una amistad, sino que efectivamente, el hombre quería conquistarlo.

No se dio cuenta hasta el decimotercer intento de una cita. Todo iba como siempre, haciendo su trabajo, hasta que el teléfono sonó y atendió como siempre lo hacía, pero grande fue su sorpresa cuando desde el otro lado era KyungSoo quien le hablaba y le pedía otro favor o algo así por el estilo. Sinceramente, para JongIn una excusa se volvió más patética que la otra conforme a los días y a los intentos, pero lo dejó ser, después de todo estaba decidido a rechazarlo, pero no esperó que el hombre se volviera tan insistente hasta el punto de ir por sí mismo a su oficina y decirle a sus compañeros que lo llevaría a comer como acto de "gratitud".

Así que en teoría, JongIn no había sido más que forzado a aceptar un almuerzo con el hombre de estatura baja y piel nívea, tan nívea que se le antojaba delinear sus dedos por su piel cremosa con la esperanza que quedarse con dulce en los ellos, pero apartó esa idea cuando se dio cuenta de lo disparatada que sonaba y por supuesto, que no podía imaginar ese tipo de cosas con el novio de su amigo.

— Quiero dejar en claro que esto no fue idea mía — soltó mientras tomaba su cubierto.

El de cabellos azabache levantó la mirada y le sonrió de lo más tranquilo.

— Claro que no — respondió mientras se limpiaba los labios manchados —, fue mi idea sacarte de ahí para que accedieras.

JongIn lo miró sorprendido y luego frunció los labios hasta formar una línea recta. No estaba acostumbrado a ese tipo de atenciones.

Dentro del más joven habían un sin fin de preguntas de sobre qué debería responder o cómo debería actuar, puesto que se trataba de alguien completamente prohibido. Conocía a SeHun y sabía que si se enteraba que estaba hablando con su chico no dudaría en arruinarlo, pero por otro lado se cuestionaba el porqué a su novio no le importaba coquetear con otro hombre aún estando con él.

Había preguntado a un par el chicos y chicas de la oficina sobre cómo era el señor Do y si era algo parecido a un casanovas, pero para su desgracia o fortuna ninguno dio un comentario negativo, sino todo lo contrario, alegaron que era un buen hombre y trabajador, lo cual produjo que nueva oleadas de preguntas inundaran su mente.

Suspiró profundamente antes de dejar salir lo que más confusión le causaba. La respuesta quizá era la solución a todo, porque no podía andarse mintiendo, el hombre de traje frente a él le atraía e incluso le gustaba, pero no quería ser mala persona. Su padre había engañado a su madre y sabía a ciencia cierta que era de lo peor pasar por ese tipo de situaciones.

— No deberías estar hablando conmigo — dijo más para sí mismo que para el otro, pero aun así fue escuchado.

— Y qué si quiero hacerlo — espetó estirando su mano para tomar la de JongIn, quién ahora sudaba frío y la contracción que se produjo en su estómago lo hizo marearse.

Alzó la mirada que había estado clavada en su plato y se atrevió a mirar los ojos del otro.

Pasó saliva con dificultad al darse cuenta que lo miraba intensamente, tanto así que como un acto de valor apartó su mano y se levantó para irse corriendo.

Empujó a un par de personas en el camino, pero no le importó en lo más mínimo, solo quería correr y alejarse de ese hombre que le removía todo por dentro. Se sentía asfixiado, confundido y asustado, porque no era alguien joven como él, KyungSoo se acercaba a los treinta con rapidez y él recién iba a llegar a los veinte. No era algo malo, pero lo asustaba de una manera que no lograba comprender.

Pasó varios cuadras en dirección desconocida, chocando con alguien de vez en cuando y sobre todo, tratando de no dejar salir alguna lágrima, porque no tenía sentido llorar, no quería sentirse débil, no quería aceptar de qué tal vez...

Alguien detuvo su carrera abruptamente y no pudo evitar romper a llorar, sintiéndose expuesto y frágil, porque era un idiota al sentirse atraído por la pareja de su amigo, pero sobre todo, porque era incapaz de mitigar y esconder dichos sentimientos.

Trató de quitarse de encima las manos que lo tomaban de los antebrazos intentando evitar que siguiera corriendo y alejándose de lo que estaba destinado a ser.

JongIn sintió su labio inferior temblar cuando fue tomado de la cintura, sus mejillas se encendieron en el momento que KyungSoo lo tomó de la cintura y no pudo evitar suspirar cuando lo abrazó. Tenía un nudo en la garganta y no podía ver bien gracias a las lágrimas, podía sentir vibrar el pecho de KyungSoo cuando le decía en voz baja que todo estaba bien y que las cosas irían bien si tan solo aceptaba sus sentimientos (suyos y propios), pero JongIn solo podía repetir una y otra vez que era una locura porque traería consecuencias desagradables, a lo que KyungSoo respondió con que debía confiar y dejarse llevar.

— No quiero ser una mala persona — volvió a decir limpiándose la nariz con el pañuelo de KyungSoo. Se sentía frustrado por mostrarse tan sentimental, pero recordó que estaba con su periodo, así que le echó la culpa.

— Querer a alguien no te convierte en una mala persona — tomó la mano del chico mientras lo invitaba a sentarse en una de las bancas cercanas, era una suerte que JongIn tomara una ruta por el parque —. Si el que te preocupa es SeHun, puedes estar tranquilo, entre nosotros ya no hay nada, pensé que la sensación rara que sentí cuando te vi fue algo sin importancia, pero ahora que te he vuelto a ver, estoy consciente de que te quiero junto a mí. Haré lo posible para que seas mío Kim JongIn, porque de verdad me gustas.

Los ojos de KyungSoo destellan y estaban inundados de determinación mientras que los de JongIn eran un mar de lágrimas, más cuando su corazón comenzó a palpitar con fuerza, dándole esperanza a esa locura que había querido extinguir, así que ahora le quedaba cargar con las consecuencias.

— Tengo que pensarlo — dijo poniéndose de pie dispuesto a irse, pero KyungSoo, alarmado por no poder volver a verlo otra vez tiró de su mano y volvió a sentarlo. Acunó el rostro moreno del más joven y mirándolo a los ojos intentando pedir permiso unió sus labios en un beso cargado de sentimientos fuertes y turbulentas, porque se estaba enamorando tan rápidamente que lo asustaba, pero todas sus inseguridades se desvanecieron cuando JongIn le correspondió el beso.


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Parte 3/4

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