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Otabek bajo del avión a paso lento sin prisa para llegar a migración y que confirmarse su llegada a su tierra natal: Rusia. El frío tipo de ese lugar invadió su cuerpo sin duda extrañaba su tierra.

El había sido criado prácticamente en el hielo, su padre era un muy reconocido entrenador de patinaje artístico había sido coach del gran Viktor Nikiforov, sin embargo él nunca quiso ser patinador profesional por lo que habia huido a América en donde se volvió boxeador profesional.

Por otro lado su madre Lilia Baranovskaya era la gran prima ballerina de Rusia, ella siempre había querido que su hijo fuera bailarín de ballet mucho mas que patinador artístico, pero él también rechazo esa oportunidad.

¿Por qué? Bueno después de haber estado en uno de los campamentos para niños a los ochos que se especializaba en ballet y patinaje supo que no era para él, simplemente no podía estar a la altura de los demás niños.

Tiempos aquellos que nunca regresaran agradecía eso, no fueron los mejores tiempos de su vida, sentía que hoy justo este momento en el que él se encontraba saliendo de ese aeropuerto era el mejor tiempo de su vida.

Había ganado el cinturón de oro de la UFC en su segundo año de debut a sus dieciocho años era el mas joven en toda la liga, aun así habían ganado, le gustaría que sus padres sintieran orgullo de que por fin encontró su pasión, una terrible lastima el que ellos había decidido no apoyarlo al menos que practicara patinaje o ballet.

No se desanimaba, estaba de vacaciones visitaría a sus padres por lo que restara del torneo de patinaje, por lo que escucho ambos estaban entranando a un chico que hacia su primer debut como senior, era bueno que convivieran aun después del divorcio.

Tanto divagar que no se dio cuenta que ya estaba en la entrada de la casa de su madre.

Entro sin avisar, despreocupado, dejando sus maletas en el resivido. Pudo escuchar musica de ballet, eran apenas las siete de la mañana y su madre ya estaba ensayando, no le sorprendió su madre era muy severa.

Siguio caminando hasta llegar al estudio de baile que su madre tenía en la casa, era amplio pero no exagerado, recordó todos los momentos en que su mamá lo había obligado a bailar.

Cuando entro al estudio muy sigilosamente observó a su madre en una esquina junto a su padre los dos miraban a un chico no muy alto de cabellera rubia larga. Y, al observarlo él no pudo desapartar la vista.

Era hermoso, se movia con delicadeza pero con seguridad con cada movimiento parecía flotar, parecía tan frajil que un movimiento en falso se rompería como cristal, era como ver a un ángel bailar.

Le gusto, claro que le gusto, no solo el baile si no él, ese niño que parecía un hada, un hada rusa.

- ¿Estas dispuesto a todo, Yuri? ¿Me venderías tu alma para ganar?

La voz de su madre hizo eco en toda la sala. Su madre siempre había sido una extremista cuando se trataba de perfeccion, y el niño que tenia enfrente no estaba muy lejos de alcanzarla.

- Si vendiendo mi alma es lo que se necesita para ganar, te daré este cuerpo, sin impedimentos.

Le sorprendió de sobre manera las palabras del chico, eran palabras muy ambiciosas a decir verdad pero daba un juramento: se entregaría en cuerpo y alma para ganar.

Fue entonces cuando vio los ojos del rubio unos ojos entre verde y azul como los de un hada pero mas allá de un hada eran ojos de un soldado con determinación y entraga.

El rubio se dio cuenta de su presencia y lo miro mal con cierta repulsión.

-¿Quien eres? Y ¿Que haces aquí?

-¿eh?

-Idiota di algo que entienda.

Para ser bonito tenia un carácter de mierda.

-¡Otabek hijo! ¡Cuanto tiempo!

-¿H-hijo?

-¡Padre! ¡Madre! ¿Que tal están?

-Otabek que bien que volviste espero que estés dispuesto a dar todo de ti esta vez.

-No madre no e venido a caderme para ser bailarín o patinador estoy de vacaciones.- dijo emocionado.- Miren gane el cinturón oro de la UFC.

Ambos padres lo miraron con desaprobación, su hijo tendría que tener un talento innato para el ballet y el patinaje, sin embargo ahí estaba con un cinturón de oro de boxeo.

- No pienso felicitarte a no ser que sea una medalla de oro de patinaje.

-Pudiste a ver sido la siguiente prima ballerina.- negaba su madre con desaprobación .

- Vamos creí que ya habían superado el hecho que no me gusta ninguna de esas dos cosas, ni siquiera soy bueno para eso

- No te entregaste lo suficiente, Otabek.

- Y aun que me me hubiera entregado eso no era para mi, papá.

- ¿Y que es para ti?.- reto su madre.

- El boxeo.- los ojos del azabache brillaron.

- Ignorare el hecho de que haces esa ridícula profesión tosca y barata para que podamos pasar unos buenos meses madre e hijo.

- ¿Papá también pude unirse?.- dijo Otabek con un puchero, si ya había aceptado indirectamente el hecho de que el fuera boxeador supuso que también aceptaría a su padre.

-Oye, oye detente idiota, ¿Que crees que haces?.- Un rubio bastante enojado se hizo presente en el reencuentro familiar.- Ellos van a entrenarme para ganar el Grand Final Frix, no voy permitir que los distraigas de sus verdaderas prioridades.

Yuri ya tenia suficiente, Viktor lo había dejado el patinaje para ser coach de un cerdo japonés, él cual había ganado un estúpido duelo que el mismo Viktor había organizado para ver a cual de los dos entranaba.

Después de esa humillación había puesto mas empeño en sus ensayos, estaba poniendo sudor y sangre en esta competencia y con la ayuda de Yakov y Lilia no podía perder. Le demostraría a Viktor, al cerdo y al mundo quien era Yuri Plisetsky el Gran Tigre de Hielo de Rusia.

- Hola soy Otabek Feltsman, soy hijo de Yakoy y Lilia.- trato de ser amable y dulce con el chico, pensó que podría romperse y llorar si le gritaba, era imposible no verlo tan frágil por su piel pálida y cabellera rubia.

-Eso ya lo sé.- Respondió el rubio con desinterés.

- Bueno ¿Cual es tu nombre?

- ¿No sabes quien soy?.- Pregunto mas ofendido que asombrado, como no iba a saber quien era, si su padres eran como leyenda en el patinaje y no sabía quien era él.

-No...

- SOY YURI PLISETSKY EL GRAN TIGRE DE HIELO DE RUSIA.- Dijo eufórico y con orgullo.

- ¿Tigre?.- dijo Otabek al borde de la carcajada.- Mas que un tigre pareces un hada.

- Bueno en realidad también es conocido como el Hada de Rusia.- Comento su padre.

Eso hizo que Otabek estallara en carcajadas no solo por el comentario de su padre si no por la mirada de odio que le dirijia a ambos, el dicho de si las miradas mataran yo ya estaría muerto no funcionaban con Yuri, pues su mirada de enojo no daba mas que ternura.

- ¡A callar!.- Lilia puso orden,- No te preocupes Yuri, Otabek va acompañarnos siempre en tus entrenamientos, pero eso no impedirá que entrenes como se debe y ganar el Grand Final Prix.

- Eso espero, y tu idiota mas vale que no me distraigas.- Dio media vuelta para irse pero antes dijo.- Voy a tomarme un descanso, así que continúen con la cursilería de su estúpido re encuentro.

Otabek vio como el rubio desaparecía del salón, tenía muy lindas piernas, ¡Oh Dios! ¡Esos muslos! ¿Todo en ese niño era perfecto? Sin duda Yuri le gustaba.

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Primer capitulo
¿Que les parece?
Gracias por leer🌸

fragilidad☹ |Otayuri|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora