I Need You -2daT°. LaBellaDurmiente.(Zayn&Tú)Terminada ©

Capítulo 3♥

Me levanté de la mesa para dejar los platos en el lavabo. Miré a August y este se estaba durmiendo en su silla de comer. Lo observé por unos segundos y luego lo bajé de la sillita con cuidado.

—Vamos a dormir, bebé.— Le tendí mi mano y él la aceptó. Caminamos despacito ya que él estaba muy dormido. Le puse su pijamita mientras él estaba acostado en mi cama, estaba muy dormido y sus ojos estaban cerrados. Lo llevé en brazos hasta la cuna y lo arropé. 

—Mami?.— Me llamó August. Yo acaricié su mejillita.

—Sí, corazón?

—Te quero.— susurró, yo sonreí y besé su frente y su mejilla. 

—Yo a ti pequeño, descansa si? Duerme con los angelitos.— Besé sus pequeños labios. August se fregó los ojos y bostezó. Luego se durmió poniéndose de costado. Suspiré y salí de la habitación. Me encontré a Eleanor en el sofá. Me sonrió.

—___, iré a dormir, sí? Descansa, mañana tendremos un día largo.— suspiró ella.

—Tranquila, lavaré los trastos e iré. ¿Vale?.— ella asintió y se fue luego de darme un beso en la mejilla. Yo asentí y suspiré al sentir que su puerta de la habitación se cerraba y yo quedaba totalmente sola en la sala. Me dirigí a la cocina y lavé los trastos, como dije antes. Cuando terminé, me fui a mi habitación, me coloqué mi pijama y me cepillé los dientes. Me acosté en mi cama entre las sábanas y cerré mis ojos para caer en profundo sueño. 

[....]

—Ele, ya fuimos por demasiadas tiendas... ¿Es tan necesario que yo me vea bien?.— pregunté cansada mientras mi hijo August estaba de mi mano y caminábamos a la par de Eleanor. Ella se dio la vuelta y me sonrió. Se compró su vestido. La verdad era realmente hermoso. Tenía brillos en la parte de arriba, rosa claro de la cintura para abajo. Sus zapatos color piel y su bolso brillante. Su máscara era un tono crema piel con detalles en dorado, realmente hermoso. 

—Hay, ____! Te tienes que ver bien! Es obvio!.— Dijo ella sonriendo, yo suspiré y le sonreí.

—Está bien, Ele, vamos a buscar un vestido "perfecto" para mí.— sonreí.

—Esa es mí ___!.— Besó mi mejilla, yo la observé y reí. Caminamos tienda por tienda para buscar un vestido perfecto para mí, hasta que paré en un vidriera al ver uno hermoso. Eleanor miró la vidriera, el vestido que yo estaba mirando.— Vaya..— Dijo ella.— Es hermoso, ____, el indicado para ti!.— Sonrió.

—Es hermoso.. Pero no creo que sea para mí...— Suspiré.— 

—Estás cociente de lo que estás diciendo, mujer?.— Dijo Eleanor.— Es el indicado para ti! Vamos.— Me tomó de la muñeca y caminamos hasta dentro del local. Buscamos a una chica que nos pudiera atender. August recibía alagos de parte de las señoras. August solo se escondía detrás de mis piernas.— Se lo puede probar?.— Preguntó Eleanor enternecida. Yo viré los ojos.

—Claro que puede! Yo creo que es el indicado para ella, le traeré la máscara, los tacones y el collar con los aretes que le hacen juego.— Me guiñó el ojo la señora. Yo sonreí. Agarré el vestido y entré al probador. Eleanor se quedó con August. Me probé el vestido y me quedó realmente bien. 

—____? Ya te lo has puesto?.— preguntó Eleanor al otro lado de las cortinas que cubrían todo el robador. Me miré una vez más en el espejo. 

—Aquí tengo los zapatos, y las joyas que hacen juego.— avisó la señora. Me entregó los tacones sin mirarme. Yo los tomé y me los coloqué. Salí del probador y Eleanor me miró fascinada. 

—OH SANTA MIERDA!.— Dijo ella sonriendo y observándome de abajo hacía arriba.— Te queda divino!.— Sonrió y se acercó a mí. August también.

—¿Tú crees?.— suspiré mirándome al espejo.

—Claro! Eres hermosa y te queda perfecto!.— dijo ella.

—Te queda precioso, hija.— Dijo amablemente la señora, yo le sonreí.

—Me lo llevo con todo.— aseguré, las miré.— Voy a ponerme mi ropa para poder comprar el vestido.— Dije sonriente, ambas asintieron. Eleanor se sentó en el sofá que había delante del probador con August en su regazo. Entré al probador, cerré las cortinas y me puse mi ropa de antes. Al salir, la señora tomó el vestido así lo ponía en una caja con los zapatos, la máscara, losa ros, el collar y el anillo. 

Cuando lo terminé de pagar, salimos y nos fuimos hacía una heladería para comprar helado por hoy en la noche. Sería noche de películas con helado acompañada por mi mejor amiga y mi hermoso y tierno hijo August. 

Al llegar a casa, ya eran alrededor de las ocho de la noche. Preparé la cena, cuando terminamos, lavé los trastos y serví el helado. Caminamos hasta la gran sala y nos sentamos en el gran sofá. Pusimos la película y la miramos con tranquilidad. 

La película terminó. Eleanor bostezó, miré a August que estaba en mi regazo, este se durmió acurrucado en mi pecho. Me levanté y lo fui a acostar con su pijamita. Lo arropé y besé su mejilla. Salí de la habitación, lavé los trastos, Eleanor se despidió de mí para poder ir a dormir. Yo fui a cepillarme los dientes, me coloqué mi pijama y me acosté. Cerré los ojos para poder dormir.

Me levanté a eso de las... cinco de la mañana, salí de la cama y fui a la cocina. Comencé a comer frutillas con crema, eso lo hacía cuando estaba nerviosa lo cual es muy pocas veces. Había una pregunta que me atormentaba. ¿Qué haría si veo a Zayn? 

—____?.— Preguntó Eleanor adormilada entrando a la cocina.— Qué haces a esta hora despierta?.— 

—No puedo dormir. 

—Es el viaje, verdad?.— preguntó al ver que estaba nerviosa. 

—No, no es eso.. 

—¿Te preguntas qué harías tú si ves a Zayn?.— preguntó elevando una ceja mientras cruzaba sus brazos.

—¿Cómo es que lees mi mente?.— pregunté sorprendida. 

—Te conozco amiga.— dijo ella acercándose a mí.— No te hagas problema, tú tienes miedo de que él no te reconozca, aunque lo dudo, él sí te reconocerá. Estará tan feliz que puede que te bese apenas te vea o algo así. Verá a August y llorará en frente de ti.— aseguró.— Vamos, ___ No estés así, ¿Vale? Sé que no lo has olvidado y que estás completamente enamorada de él. Así que, anda a dormir que mañana será un viaje largo. ¿Si?.— Asentí con la cabeza, ella besó mi frente.— Te quiero.

—Yo a ti.— dije mientras me levantaba e iba a la cama.— Gracias, Ele.— Le sonreí.

—No hay de qué, amiga.— me guiñó un ojo y fue a su habitación. Me adentré en las sábanas de mi cama y me dormí, ya que en pocas horas habrá un viaje en el cual ir y volver a mi vida de antes.