Angie

Bienvenida

Odio que a mamá le dieran este trabajo, no es que no la quiera pero... ¿acaso ella no piensa en mí?, ¿no pensó en que tendría que dejar atrás amistades de la infancia?
Mis amigas dicen que no me preocupe, que siempre estarán para mí, les creo totalmente pero todas sabemos que no será nunca lo mismo, ya no podremos ir por un helado a las 5 de la tarde en el Salt & Straw o ir todas al cine a conocer algunos chicos, ahora ya nada de eso será posible, al menos para mí, ya que ellas se seguirán viendo, no lo había pensado ¿y si se olvidan de mi en algún punto?
No puedo creer que esto este pasando, no puedo ni imaginarme ir a clases en esta horrible ciudad (Londres) bueno realmente no sé si sea horrible ya que no he salido en toda la semana que llevo aquí....

Estaba tan centrada en mis pensamientos que no me di cuenta cuando mi madre entró en mi habitación y me estaba hablando.

- ¿Angie?, ¿Angie no me escuchas?

- Perdón mamá no me había fijado de que estabas aquí.

- Es hora de comer, baja.

- No gracias, no tengo hambre.

- Ay hija, de verdad siento que tuviéramos que dejar Los Ángeles pero necesitábamos el dinero y lo sabes.

- Sólo estoy diciendo que no tengo hambre ¿vale?

Mi madre me miró con una cara triste me paso el pelo por detrás de las orejas y dijo

- Deberías salir un rato, hemos estado aquí algunos días y no has salido, quizá podrías darle una oportunidad a esta mágica ciudad, a lo mejor  te  sorprende.

Me guiñó un ojo y se fué.