El reencuentro

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(Narrado por ella)

Espera.... ¿¡Qué!?
Quién rayos es este chico y por qué dice qué si lo recuerdo?

- Amm.... ¿Tendría qué?

-No, claro que no, sólo nos vimos unos instantes, no tendrías que recordarme.

En mi mente aún trato de recordar si alguna vez vi a este chico, pero por más que lo intento no lo logro. Quiero decirle que se marche, ya que no lo conozco y podría ser de esos que extorsionan a las chichas para ganar dinero con ellas, pero también tengo curiosidad de saber si realmente me ha visto.

- ¿De dónde me recuerdas?

- No te diré, será un misterio- dijo el mostrando una gran sonrisa en su rostro.

- Entonces me voy.

- Oye, espera, ¿por qué te vas?¿dije algo malo?

- Me voy porque no te conozco y quién sabe que loco seas.

- No soy ningún loco. Mi nombre es Jamie y tengo 22 años.

- ¿¡Dime de dónde me conoces!?

- Esta bien, te lo diré, pero primero hay que ir a un lugar donde relajarnos, ¿te parece?

Justo a lado de nosotros había un gran árbol y abajo de el una banca.

- Vamos a sentarnos ahí- le digo al mismo tiempo que señalo con mi dedo aquel lugar.

- Yo me refería a una cafetería o algo por el estilo.

- Si quieres que te escuche será ahí, de otra forma me voy ahora mismo.

- Vale, vale, será como tú quieras.

Empezamos a caminar hacia allá sin decir ni una palabra. Ya sentados lo miré con una cara interrogativa.

- ¿Y bien?

- Bueno, yo vivo aquí, pero por asuntos del trabajo tuve que viajar a Los Ángeles y cuando venía de regreso tome el mismo vuelo que tú, al parecer, incluso nos topamos en el baño, ¿ahora me recuerdas?

Sigo pensando tratando de recordarlo.... ¡Claro! Era el tipo al que estuve molestando con mi insistencia, que vergüenza volverlo a encontrar.

- Ya me recordaste, ¿verdad?

- Siento haberte sacado del baño de esa manera.

- No te preocupes, supongo te urgía mucho. Ya sabes, cuando tienes que ir , tienes que ir.

Saqué una risa timida, pero no sabía que decir.

- En verdad lo siento mucho.

- No te preocupes. Sé que no me conoces y que no tendrías porque decirme absolutamente nada, pero, ese día alcancé a ver que ibas a llorar, ¿puedo saber por qué?

- No es nada importante, hasta se podría decir que son razones inmaduras.

- ¿Me explicarás?

- ¿Por qué quieres saber?

- Me interesa, cuando te vi de esa manera, sentí algo... diferente

- Yo vivo, bueno vivía en Los Ángeles, pero un día despidieron a mi mamá de su trabajo y por un tiempo no conseguía empleo, yo trataba de ayudar trabajando una cuantas horas después del colegio, pero no nos alcanzaba del todo, un día mi mamá llegó a casa con "buenas noticias", al fin había conseguido trabajo lo malo es que era aquí en Londres, así que tuve que dejar mi maravillosa vida. Eso me dolió mucho, entonces cuando tome el avión... esas eran mis razones, ahora estoy aquí si conocer ningún lugar y sin tener ni un amigo que me muestre la ciudad.

- Yo seré tú amigo que te guíe por esta ciudad- dijo con mucho entusiasmo- deja me darte un gran día, sino es así, prometo no volver a molestarte.

- Me parece una buena idea.

AngieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora