Capítulo 2

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Capítulo 2: UNCAS

IDA A LA ACADEMIA DE LOBOS

"Uncas, ¿Ya hiciste tus maletas?"

Gritó mi padre desde el otro lado de la puerta de mi cuarto. La había cerrado a propósito después de haber escuchado esas malditas noticias. Iba a estar confinado siete años a la Academia de Lobos.

"¡No quiero ir a ninguna estúpida academia!¡Quiero quedarme aquí!¡Yo no elegí eso!"

Grité, parándome en mi cama. Yo era un joven lobo blanco – Familia Luna Blanca o Familia Mesic.

Mi cabello y ojos eran completamente blancos como la nieve. Me había dejado crecer el cabello por siete años seguidos y ahora me llegaba hasta la cintura.

Yo no estaba interesado en el secreto y prohibido mundo de los lobos, yo nunca quise ir a ese lugar, no era para mí, ese era el sueño de mi padre. Él quería verme ahí junto con otros siete lobos elegidos. Los siete lobos que no conocía y que no tenía interés alguno en conocer.

La Academia de Lobos era el último lugar en el que quería estar.

"¡Uncas!¡Abre esta maldita puerta ahora!"

Mi padre gritó impaciente. Pero cubrí mis orejas con mis manos y pretendí no escuchar su orden.

"¡Uncas!¡Abre!¡Esta estupidez termina ahora!"

Gritó de nuevo, y un fuerte ruido se escuchó. Mi padre atravesó la puerta con una patada. Mi puerta se abrió gracias a su gran fuerza física.

Retrocedí, muy asustado. Mi padre estaba muy enojado conmigo.

"Tú me hiciste hacer esto."

Dijo acercándose a mi cama.

"¡Ahora ven aquí!"

Ordenó mi padre parándose frente a mi cama. Me le quedé viendo de lo asustado que estaba. Él se volvió a enojar por mi falta de reacción y me tomó de la garganta, acercándome a él. Yo estaba frente a él mientras me sostenía de la garganta. Siempre odié cuando mi padre me hacía eso. El siempre hacía eso cada vez que lo decepcionaba de alguna forma.

Yo era hijo único y no tenía madre.

Así que nunca tenía protección maternal en aquellos momentos.

Como extrañaba a mi madre. Pensaba seguido en ella.

"¡Padre, me – estás - ahorcando!"

Intenté decirle, mientras miraba sus blancos ojos. Él tenía cabello blanco y barba blanca. Esas eran las características de nuestro linaje.

Soltó mi garganta y me alejó de él. Caí sentado en mi cama. Miré hacia el suelo, evadiendo su mirada. Había una lágrima de resentimiento en mis ojos. Quería mandar a todos al infierno en ese momento.

"¡Empaca tus cosas ya! Tienes que estar presente en la Academia de Lobos el día 7 y quiero verte ahí o si no..."

Se calló, evitando amenazarme. Su silencio era más fuerte que su amenaza. Su silencio lo denotaba todo.

Permanecí con mi cabeza abajo. Prefería mirar mis rodillas en mis pantalones oscuros.

Pero dos cosas eran ciertas en mí.

Yo no quería ir a esa maldita Academia de Lobos, pero debía respetar la orden de mi padre, de lo contrario sería un joven lobo muerto.

Academia 
de LobosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora