Capítulo 40: Sasha

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Maratón 5/7

Hace 500 años, cuando los cazadores recién empezaban a existir, Thaiel vagaba por un pequeño pueblo en Irlanda, completamente solo. Se detuvo y vio a una joven con un vestido precioso de aquella época, pero la razón de su mirada hacia ella, fue otra. La hermosa chica de cabello ondulado y oscuro, leía muy atentamente su libro delante de lo que parecía ser su casa. Estaba muy tranquila aun sabiendo que había alerta de peligro a aquellas horas de la tarde.

La existencia de los vampiros era poco conocida y los cazadores solo habían dado un aviso algo inconcluso, pero la palabra "peligro" seguía siendo importante.

― Parece interesante lo que lees ― el rubio le sonrió ― deberías entrar a tu casa, a la luz de una vela se leerá mejor.

La bonita chica levanto la vista con una sonrisa y aunque los ojos rojizos le parecieron extraños, no hubo ninguna reacción significativa. Rió frente a su acotación y luego le respondió.

― Un foco sería mejor...

― Ciertamente no estaba seguro ― se acercó más e intento indagar, interesado en su lectura ― ¿Qué lees?

― Una novela...

― ¿Y no me darás más información que esa? ― exclamo curioso.

― Discúlpeme señor, pero para mí usted es un desconocido ― continuo alegre aún con esa acotación.

Al ver que la sonrisa persistió en el rostro de la chica, siguió con la conversación que cada vez le parecía más interesante.

― Mi nombre es Thaiel ― se presentó.

― Sasha... me llamo Sasha...

El vampiro y la humana comenzaron a conocerse. Tuvieron una larga y gustosa conversación. Ambos estaban entretenidos, había química y el Ancestral se sentía vivo otra vez. Su alma en pena estaba más calmada y mucho más feliz.

Todas las tardes pasaba por aquella esquina a verla, siempre la encontraba allí leyendo, sentada en su silla y sin ninguna molestia, le seguía la conversación cada vez que venía a visitarla.

― ¿No te enoja que te interrumpa la lectura?

Ella rió.

― He leído esto un millón de veces...

Se sorprendió.

― ¿Y no tienes otro?

― No... ― continúo con su sonrisa calmada.

― Entonces prometo conseguirte uno nuevo.

― Que amable... ya no hay hombres como tú.

― Espero que eso sea un halago.

― Lo es ― se levantó de la silla y puso su libro en esta, para observarlo detenidamente. Era más alto que ella, rubio y con una bonita sonrisa que la enamoraba ― ¿Quieres pasar? ― señalo la puerta ― no hay nadie en casa...

― Eso suena peligroso... mejor no.

― No voy a morderte ― bromeo ella.

― Quizás yo sí... ― pronuncio sin expresión y miro su cuello ― dime... ¿Has escuchado sobre vampiros en el pueblo?

― Sí, pero no he prestado mucha atención ― lo observo confundida ― ¿Por qué?

― Nada ― volvió a sonreír y mirarla a los ojos ― solo quería saber que opinabas.

― Suena misteriosa ― expreso interesada ― la inmortalidad... si fuera escritora, hablaría sobre las extrañas y apasionantes criaturas de la noche.

― No son solo de la noche ― le aclaro ― esos son solo cuentos para niños...

― ¿Para asustarse? ― jugueteo con las palabras.

― Exacto...

― ¿Pasas? ― insistió y volvió a señalar la puerta.

― Una última pregunta...

― ¿Sí? ― parpadeo repetidas veces, coqueta.

― ¿Te gusto? ― se acercó a sus labios ― porque a mí me gustas... mucho... ― rozo el inferior con su pulgar.

Las mejillas se ella se tornaron rojas.

― Sí... ― solo basto esa respuesta para culminar con un beso hermoso y romántico en frente de aquella casa.

Agarro su cintura y la acerco a su cuerpo, sus bocas disfrutaron aquella química. El sabor del amor era deleitante y lo que se sentía no se podía demostrar con solo palabras. Era fuerte, apasionante y hacia latir a gran velocidad sus corazones.

Al pasar el tiempo, el romance aumento, pero también las sospechas de que había un vampiro en el pueblo. En esas épocas no había que mantenerse en un solo lugar, para los cazadores todavía no existían las reglas. Aunque tampoco sabían que era un Ancestral, con tan poca información, aquel día se arrepentirían de lo que estaban a punto de hacer y Thaiel volvería a sentirse vacío.

Una tarde como cualquier otra, el vampiro enamorado había conseguido el libro perfecto para regalarle a su amada, pero su sonrisa se borró cuando llego hasta su casa.

Estaba completamente destruida...

Alarmado entro y no encontró nada más que destrucción.

― ¡Sasha! ― la busco pero no había rastros de sangre como para encontrarla o pensar lo peor, pero el alivio desapareció para continuar con la preocupación, al descubrir lo que seguía.

Cuando salió vio humo en el centro del pueblo, sus ojos se abrieron en grande cuando oyó sus gritos, pero estos cesaron al instante, al momento de llegar allí.

Su rostro se llenó de horror al encontrarla muerta y lo peor, quemada en vida. Los cazadores habían seguido el rastro del Ancestral y la habían confundido con un vampiro, siendo inexpertos en el tema. Mientras las lágrimas del vampiro se acumulaban abrazando a su amada, uso su sangre y solo consiguió restaurar su cuerpo, ahora solo era un cuerpo.

El odio comenzó a brotar por todo su ser y observo a los cazadores.

― ¡¿Quién fue?! ― grito.

Nadie respondió, así que comenzó a asesinarlos a todos, ya no importaba quién fuera.

~~~

Tiempo después, saliendo de la bóveda que creo para ella, con hermosas flores, su antiguo y su nuevo libro, que nunca jamás podrá leer y un montón de velas alrededor, una tumba llena de amor, solo para ella. Se detuvo en la puerta y un vampiro se le acerco.

― ¿Qué sucede? ― pregunto frunciendo el ceño.

― Hay algo que debe saber ― su fiel seguidor se arrodillo ― no solo fueron los cazadores, quienes asesinaron a su mujer ― hizo una pausa al ver la mirada intimidante de Thaiel ― hay un vampiro metido en el asunto, el cual los llevo hasta ella. Quería decírselo, porque usted no puede vivir en una mentira y yo deseo su bien, como mi lealtad me precede.

Thaiel al oír esas palabras levanto su espada.

― Parece que volveré a mi viejo plan de destruirlo todo.

En el pasado, el Ancestral rubio había forjado esa espada para morir acumulando poder, pero al conocer a Sasha había abandonado esa idea y ahora, volvía a surgir.

La sangre que corre por mis venas (sin editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora