Si la felicidad dependiera de una persona, no me preocuparía que dependiese de ti, pues contigo me siento la mujer más feliz".
6:30 pm, me dolían los ojos de tanto leer el gran libro, diario o lo que sea, termine quedándome dormida sobre el escritorio. Desperté, di un bostezo, sentí la necesidad de levantarme y ver mi Reloj despertador, al momento de empezar a moverme, me di de cuenta que no podía hacerlo, estaba congelada sobre mi escritorio, no podía voltear la cabeza, levantar las manos o mover los pies, sentía el corazón latiendo a mil por segundo, y solo me preguntaba que estaba pasando conmigo, pensaba en que si empezaba con las piernas podría moverlas e ir hacia donde estaba mama a pedirle ayuda, pero al intentarlo se me ocurrió que tal vez podría estar soñando, aun que sueño o no de igual manera no podía moverme y así despertar, seguí intentando salir de esto pero solo logre desesperarme y empezar a entrar en pánico.
Empecé a escuchar susurros, no comprendía lo que decían, poco a poco empezó a aclararse el susurro...susurraba mi nombre, como llamándome, los susurros se convirtieron en gritos, ruidos de ollas cayendo al suelo, vasos y platos de vidrio rompiéndose en mil pedazos, todos juntos y cada vez más fuerte, lloraba desesperada quería despertar, solo quería despertar, rogaba por hacerlo, de pronto cerré los ojos con fuerza esperando que al abrirlos pise la realidad y ya haya parado de soñar; los abrí, todo estaba en calma, podía moverme, todo había acabado, me encontraba en mi escritorio junto con el libro abierto justo donde lo había dejado, lo cerré, una gota de sudor recorrió mi frente y decidí darme un baño para cenar.
El agua caliente caída por mi cara, hombros y pecho mientras yo mantenía los ojos cerrados aliviada de que pesadilla había terminado, me volteé dándole la espalda a la ducha, puse los ojos como platos, sentí como mis orejas se calentaban al concentrarse el terror en mi cuerpo mientras veía el liquido rojo acariciando mi piel dándole un todo rojizo...
Sangre.
Litros de sangre se desbordaban por mi pared de baño donde normalmente estaba la ducha, gritaba en desesperación total, pedía auxilio, gritaba como nunca antes lo había hecho, mi baño, rodeado por vidrio empezó a llenarse como una piscina, ahogándome en litros y litros de sangre, el liquido me llegaba al cuello, daba pequeños saltos para poder respirar, pero mi intento fue en vano, deje de respirar y segundos después me sumergí en un sueño profundo.
Desperté estando en la bañera, con cortes profundos en las muñecas, me sentía tan débil, me levante tambaleándome, salí de la bañera, sentí como alguien me tomo de los hombros y me empujo, caí al suelo, quien me empujo me volteo boca arriba y se poso sobre mí, un dolor fuerte se hizo presente en mi pecho, mi atacante me clavo un cuchillo sobre el pecho, lo sacaba y me lo clavaba una y otra vez, gritaba mentalmente, las palabras no salían de mi boca, solo quería que esta pesadilla terminara de una buena vez...
Desconcertada.
Desperté con la vista borrosa, creí ver a una enfermera, mi vista se fue aclarando y pude darme cuenta que estaba en un cuarto de hospital, blanca, fría e inquietante, aun lado de mi cama estaba mi madre con lagrimas en los ojos, sobando mi cabello e inclinándose para besar mi frente, mi padre venia entrando sujetando con sus manos dos cafés con expresión de alivio, detuvo en las manos de mi madre ambas bebidas y me abrazo, quise corresponder su abrazo, pero no pude, un gran dolor envolvía mi pecho e impedía que levantara mis brazos, una lagrima de tristeza y dolor rodo por mi mejilla la cual mi padre con rapidez seco con su dedo pulgar, no podía emitir sonido, mis padres reflejaban en sus ojos una gran tristeza, sabía que les entristecía el hecho de que estuviera en una cama de un hospital conectada a tantas maquinas y quien sabe por cuánto tiempo, aun que a mi parecer no había pasado mucho, pero me parecía tener el sentimiento de que había algo mas, algo a lo que quizá no había prestado atención, entonces me di cuenta.
Miles de lagrimas brotaban de mis ojos, lagrimas de dolor enojo e impotencia, intentaba gritar y demostrar mi enojo, mi madre poso una de sus manos en su boca y la otra en su cabeza echando hacia atrás su cabello mientras varias lagrimas hacían su aparición una tras otra por todo su rostro humedeciendo sus pestañas y sus mejillas rosadas, mi padre al igual que mi madre lloraba y trataba de calmarme, yo me retorcía y gritaba espantada de verme a mí misma; Ahora entendía las razones que reposaban en los ojos de mis padres cuando me miraban, entendía su dolor...
1 Semana Antes.
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¡Maldita Anciana! [EN ESPERA] ©
HorreurMientras caminaba hasta la tintorería, vi a una señora mayor, de piel blanca y arrugada, que estaba vestida de una forma muy inusual, tenía aspecto de bruja. No sé por qué lo hice, pero me quede mirándola fijamente, como por uno o dos minutos, de p...