AMOR

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Mujer, yo hubiera sido tu hijo, por beberte la leche de los senos como de un manantial, por mirarte y sentirte a mi lado y tenerte en la risa de oro y la voz de cristal.

Por sentirte en mis venas como Dios en los ríos, y adorarte en los triste huesos de polvo y cal, porque tu ser pasara sin pena al lado mío y saliera en esta estrofa -limpio de todo mal-.

... Cómo sabría amarte, mujer, cómo sabría amarte, amarte como nadie supo jamás!
Morir y todavía
amarte más.
Y todavía
amarte más.
y más.

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