Cerdo

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Narra Annabeth

Luego de que Calipso y Leo se fueran, decidimos irnos también. Cuando llegamos a la empresa Calipso estaba en su oficina trabajando como si nada hubiese pasado. Dije que estaba bien y que Valdez le había pedido una disculpa, eso me dejo más tranquila. De alguna forma Calipso no se veía afectada como yo lo había pensado, tal vez Leo tenga que ver en esto.

El día se nos pasó volando, salí de la oficina y me fui rumbo a la casa de los Jackson, quería saber cómo estaba Poseidon luego del golpe que había recibido por culpa de mi madre, por suerte no había tanto tráfico y no tarde en llegar a la mansión. El mayordomo de la familia me recibió y me pidió que esperará en la sala

-Annabeth, qué agradable sorpresa- la Señora Jackson me recibió con un abrazo que no dude en responder, era una mujer muy dulce

-disculpe por venir sin avisar señora Jackson-

-tonterías, esta es tu casa y dime Sally cariño- Sally era una mujer bella, irradiaba una tranquilidad a quienes están a su alrededor

-¿cómo está el señor Jackson?- dije recordando el objetivo de mi visita- lamento lo que le ocurrió- en verdad estaba apenada por la situación

-Poseidon está bien, tranquila él se lo busco. Él y tú madre tienen una relación de amor y odio-estaba segura que era más odio que amor, pero preferí quedarme callada

-Annabeth ¿sucedió algo malo?- el señor Jackson apareció, con una cómoda camisa hawaiana y unos pescadores. Luce como siempre si no tomamos en cuenta la pequeña venda que tiene en su cabeza

-solo estaba preocupada por ti, es una chica muy atenta- no pude evitar sonrojarme por el comentario de Sally

-descuida pequeña, soy duro de matar y mucho menos iba a permitirle aquella satisfacción a tu madre- pude notar la mirada furiosa que le estaba dando mi futura suegra- sin ofender a tu madre-

-te dije que estaba bien-

-me alegro- le extendí una bolsa- les traje esto, espero que les gusten los chocolates-

-No tenías por qué molestarte- Sally nuevamente me abrazo

-es lo mínimo que podía hacer luego de lo ocurrido- los Jackson me sonrieron, me di cuenta que Poseidon tenía la misma sonrisa problemática que Percy- será mejor que me vaya-

-¿no quieres quedarte a cenar?- preguntó el señor Jackson ñ

-me encantaría, pero estoy llena de trabajo.- no sé qué cara abre puesto, pero mis futuros suegros comenzaron a reír
-Es una lástima, será para la próxima - asentí a la propuesta de la Señora Jackson

-Annabeth, antes de que te fueras me gustaría que pasaras a nuestra biblioteca. Se lo mucho que te encantan los libros, ve allá y escoge los que más te guste. No podrían quedar en mejores manos- la idea sonaba muy tentativa para mis odios, pero sabía que no estaba correcto- Percy nos le dará un mejor uso, es más probable que los queme en una hoguera a que los lea- insistió el Señor Jackson, al pensar en ese trágico final acepte la oferta

-solo serán algunos- mis futuros suegros se rieron y me guiaron hasta la biblioteca

-tomate tu tiempo- asentí por lo dicho por Sally

Cuando entre no pude evitar mi sorpresa, la habitación estaba llena de libros por todas partes, era gigantesca. Libros de todos los tamaños y colores, este debe ser el sueño de toda bibliotecaria o el de toda lectora. Comencé a a leer los títulos, habían libros tan interesante y otros que yo ya había leído, sin darme cuenta ya tenía veinte libros para llevar, aunque pareciera mucho no es nada si lo comparamos con todos lo que aún quedan.

Give Love A Try [Percabeth]Where stories live. Discover now