Final

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Takumi se encontraba entrenando con su arco como era de costumbre. Últimamente se había sentido más nervioso esos días, la razón era que su esposa ya había cumplido los nueve meses de su embarazo.

- ¡Señor Takumi! - interrumpieron ambos subordinados.

- ¿Por qué osan a interrumpir mi entrenamiento? Les he dicho miles de veces que no lo hagan - contestó con la misma arrogancia de siempre.

- Es la princesa - respondió Oboro con apuro.

- ¿Qué tiene ella? ¡Hablen! 

- ¡¿Podría tranquilizarse?! - dijó la chica un poco nerviosa.

- La princesa Sakura  y Elise han dicho que es mejor que usted esté a su lado, ya que el tiempo del nacimiento está llegando. 

El joven príncipe, sin decir nada, soltó su arco y salió con prisa del lugar. Los nervios se lo estaban comiendo vivo, pero su valentía y amor no lo dejarían retroceder. "He llegado hasta aquí, ahora es tiempo de afrontarlo sin miedos" pensó el príncipe mientras se dirigía a sus aposentos. Entró de prisa y se encontró con Sakura y Elise que esperaban en la sala principal.

-  ¡Hermano!

- ¿Cómo está ella, Sakura?

- Está bien, no pasa nada - dijo con una sonrisa - ve a verla, está en su habitación.

- Eso... eso haré - dijo decidido.

Takumi se dirigía a su habitación con gran prisa. A la entrada de la habitación matrimonial los nervios se hicieron mayores y hasta le costó abrir la puerta, literalmente su mano estaba temblando.  Al entrar contempló por un momento a su esposa, quien estaba reposando en su cama y acariciando su gran barriga con tranquilidad. Rapidamente ella se percató de su presencia y lo miró con gran sorpresa.

- Takumi, ¿Qué haces aquí? - dijo sorprendida - pedí que no te molestaran, se que tu práctica es importante.

- No más que tú - dijo mientras se acercaba.

Tras esa respuesta ella lo miró con asombro,  con ojos brillosos y con una pequeña sonrisa en su rostro.

- ¿Cómo has estado? - preguntó mientras se sentaba en un pequeño banco que estaba a la orilla de la cama.

- Bien. - sonrió - No pensé que decidiera venir hoy.

- Ni yo... no debí dejarte sola ni un segundo  - aparto la cara - soy un irresponsable.

- No es para tanto, Takumi. Jakob, Felicia  y  los demás sirvientes han estado conmigo.

- Como sea - suspiro - Ahora seré yo quien me encargué de ti.

- ¿Qué estás diciendo? - dijo riendo un poco

- L-lo que escuchaste, yo te cuidaré.

- Que lindo e.... - no pudo ni terminar su frase cuando una fuerte contracción llegó - ¡Ahg! - se quejó con dolor.

- ¿Estás bien? - pregunto preocupado.

Cuando tú llegaste. - Fire Emblem   Donde viven las historias. Descúbrelo ahora