Capítulo 1

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"Estoy embarazada", estas palabras hicieron que el joven príncipe abriera de más sus grandes ojos cafés. Se le podía notar lo impresionado que estaba, tanto que no pudo decir ni una sola palabra.

- Takumi, ¿Acaso no te has emocionado? - dijo su esposa.

- S-sí. Claro que sí.

- Vamos a ser padres, ¿Estas consciente de eso?

- Yo... por supuesto, Kamui. - contestó de manera apresurada - Ahora tengo que irme a entrenar con mi arco.

Salió de su casa con gran prisa, como si necesitará un poco de aire. Ya en su lugar de entrenamiento, el joven príncipe tomó su arco y empezó a lanzar flechas a los blancos, mientras en su mente pasaban miles de pensamientos. En las horas que llevaba con su arco no había logrado que alguna flecha diera en el blanco, debía ser por tanto estrés que sentía. Dio un gran suspiró e intentó calmarse o eso pensó.

- ¡Señor Takumi! - escuchó la voz de su subordinado.

- Hinata, ¿Qué haces aquí?

- Muchas felicidades, Señor Takumi - dijo con su peculiar entusiasmo y dándole una palmada en su espalda.

- ¿Ahora que he hecho que merezca una felicitación?

- ¡Usted será padre!

- Ah, eso - no parecía mostar entusiasmo - Así que ya todos lo saben...

- Por supuesto, Señor Takumi. Todos estamos muy felices por usted. Ser padre es una experiencia fantástica.

- ¿Ah sí? Eso lo dices porque eres padre desde hace un año.

- Pero no siempre lo fui, Señor. Con el tiempo aprendemos a serlo.

- Es fácil para todos, pero no para mi - suspiró.

- Estoy seguro de que usted será un buen padre. Su hijo seguramente será muy parecido a usted.

- Hinata...

Parecía que Takumi se había molestado por las palabras de su subordinado. La flecha que estaba apuntando hacia el árbol, al soltarla dio justo en blanco.

- ¡No vuelvas a decir eso!

- ¿Señor? ¿Se ha molestado por lo que he dicho?. No es nada malo decir que su hijo será como usted, ¿Acaso eso no lo emociona?

- ¡Te he dicho que hagas silencio! ¡Mi hijo nunca será como yo! - exclamó - Después de todo... ¿Quién querría ser como yo?...

- Señor, usted... - en ese momento fue interrumpido.

- ¿Por qué no te vas? ¿Acaso no ves que estoy ocupado?

- Si usted lo ordena.

Hinata cumplió los deseos de su Señor, pero no sin antes interrumpir de nuevo su entrenamiento.

- Yo creo que usted es el mejor Señor que un subordinado podría desear, y estoy seguro que Oboro piensa lo mismo. Incluso su esposa y sus hermanos, estoy seguro que todos lo aman. Sé que será un gran padre.

Takumi dio la espalda y siguió en su arquería. Cuando la noche cayó, pensó que ya era hora regresar a casa. Sin duda alguna Kamui estaría muy molesta, después de todo él no había pasado en casa durante el día. Con un poco de temor abrió la puerta, pero se topó  con la cálida sonrisa de su esposa.

- Bienvenido a casa, Takumi - sonrió.

- Kamui, ¿No estas molesta?

- ¿Por qué debería estarlo?. No hiciste nada malo, ¿o si? - hizo una pequeña mueca, como si finguiera estar intrigada.

- N-no, por supuesto que no.

- Lo sé - soltó una tierna risa - ¿Quieres? - le ofreció unas bolas de arroz - Las preparé en la tarde.

La comida de Kamui realmente sabía mal, pero no era momento para rechazarla. Sin pensarlo tomó una y eso provocó una gran sonrisa en la chica.

- Takumi, ¿Podemos hablar?

- Si, claro.

- Vamos al sillón, será más cómodo.

Ya en la sala de estar, Takumi y Kamui se pusieron cómodos para entablar una conversación. Ella no parecía estar enojada, pero eso no le quitaba la inquietud a su esposo.

- ¿Estas bien? - preguntó la chica.

- Si... ¿Por qué lo preguntas?

- Porque te conozco y definitivamente sé que no estas bien. ¿Estas asustado?

- Por supuesto que no. ¿Po-por qué debería de estarlo? - definitiva mentir lo ponía nervioso.

- Takumi - suspiró - Sé que te ha asustado saber que serás padre.

El joven bajo la cabeza, sabía que era verdad y de cierta forma le avergonzaba sentir miedo.

- ¿Qué tal si no soy un buen padre? ¿Si no puedo proteger a nuestro hijo? ¿Qué pasa si me odia?

- Takumi - ella rio - eso solo es parte de tu imaginación, por supuesto que te amará y que serás un gran padre.

- ¡Todos dicen lo mismo, lo dicen porque no son yo! ¡Soy un cobarde!

- No, no lo eres. - aclaró - Es normal sentir miedo, yo siento miedo. Yo tampoco he sido madre, Takumi.

Kamui tomó la mano de Takumi y la colocó en su vientre, junto a la de ella. Al tocar el pequeño vientre de su esposa, al joven se le hizo imposible no sonreír.

- Aún está muy pequeño, pero se que está ahí. - sonrió - Esta será otra primera vez para nosotros. Estaremos juntos y creceremos como padres.

Takumi no pudo contener sus lágrimas de felicidad, al escuchar a su esposa.

- Así será - dijo tapándose su cara - No me veas llorar, Kamui.... es vergonzoso.

Kamui soltó una sonrisa y con su mano acarició la cara de su esposo.

- ¿Por qué no debería verte? Esto me muestra que estas feliz - sonrió.

Takumi abrazo a su esposa, le agradeció y le regaló un dulce "Te amo". Kamui lo besó en los labios, luego ambos se regalaron unas sonrisas. Ella se levantó del sillón y se retiró por un momento. Takumi decidió comer un poco de la bola de arroz, se sorprendió al darse cuenta que sabía deliciosa.

- En realidad esas bolas de arroz las ha hecho Jakob - rio su esposa al ver su reacción.

- No me hubiera importado si las hubieras hecho tú. - en realidad seguramente nadie las hubiera comido.

- No mientas - le dio un pequeño golpe en la nariz - Debes estar muy estresado, por eso he preparado un baño para ambos. Es perfecto para que te relajes - ella guiñó el ojo y sonrió, esto hizo que Takumi se ruborizara.

Quizá ahora podría sentirse más confiado de si mismo, estaba seguro que quería ser padre. Aunque ya había descargado su angustia, aún habían algunos aspectos que lo hacían dudar de sus capacidades como futuro padre. Por ahora solo le quedaba seguir mejorando y superándose día a día para ser el mejor padre.

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☆Gracias por leer☆

Espero que les haya gustado. Muchas gracias por leer y como siempre sus comentarios son bien recibidos ^.^

Nos leemos <3

Cuando tú llegaste. - Fire Emblem   Donde viven las historias. Descúbrelo ahora