Intención fallida

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La mañana llegó acompañada de los bellos cantos de las aves de la zona, Diper se revolvía en su cama sin querer levantarse aún, mientras Mabel hacia su rutinario saludo a Pato y se disponía a propinarle un buen ataque de cosquillas para sacarlo de la cama, pero antes de que pusiera sus manos en él, Diper se dio la vuelta y la fulmino con la mirada haciéndole saber que no se levantaría en un buen rato.

-No puedes quedarte en cama durante el primer día, hay tantas cosas que hacer, tantos lugares a los que ir y tantas personas que ver-.Y sin importarle la mirada de su hermano se abalanzo sobre el para moverlo desesperadamente.- Vamos, levántate.

Al final Diper se levantó con resignación y se dispuso a bajar para desayunar, en el comedor estaban sus tíos junto a Soos y la abuela, la cual estaba sirviendo una dotación de huevos con tocino a todos los platos.

-Oh, hola Diper, creí que dormirías más tiempo-. Comento el antiguo ayudante de la cabaña.

-Yo me disponía a comerme tu ración hijo-. Se quejó en broma Stan.

Desayunaron con tranquilidad mientras mantenían una amena charla, al finalizar, Mabel fue la encargada de lavar los trastos.

-Hijo tengo que comprar algunos víveres y necesito que me acompañes-. Dijo su tío Ford mientras se levantaba de la mesa.

-Claro tío Ford-. A Diper le agradaba bastante estar con él, pues aparte de compartir varios intereses, era la segunda persona con la que más cómodo se sentía, esto era debido a las coincidencias de carácter que tenían.

Por el camino no tuvieron problema alguno para hallar temas de conversación, se sumieron tanto en la plática que no notaron cuando entraron en la tienda, Ford le encargo a Diper una parte de la lista de compras para agilizar la tarea.

Mientras el joven comparaba precios sintió que se aproximaban por la espalda, rápidamente volteo para encontrarse de nuevo con la hermosa rubia.

-Pa...Pacifica, hola, tienes que dejar de sorprenderme así-. Dijo Diper tratando de regular su tono de voz para no sonar nervioso.

-Verte nervioso es divertido así que no creo que pare de hacerlo-. Comento risueña.- ¿Qué haces por aquí sin tu hermana?

-Vine con mi tío a comprar provisiones y tu ¿Qué haces aquí? No esperaba verte en una tienda como esta.

-Pues esta tienda es de mis padres, desde que quebramos hemos estado buscando la manera de seguir adelante, y esta tienda resulto ser una buena inversión, así que como empleo de verano he venido como supervisora.

-Tú, ¿empleo? No creo que eso vaya en la misma oración-. Bromeo Diper.

-Es un trabajo autoimpuesto, no quiero ser como mis padres, ¿recuerdas?- Dijo mientras hacia una mueca.- Quiero aprender a hacer varias cosas, así que de este empleo puedo sacar varias cosas.

-Eso es muy genial y maduro de tu parte-. Alago Diper.

Tras escuchar eso, un leve rubor subió al rostro de la rubia.

-Gracias, ha sido un poco difícil pero sé que puedo cambiar a como era antes, no lo hubiera hecho si no me hubieras apoyado aquella noche.

Esta vez fue Diper el que sintió el rubor.

­-Te vez tierno cuando te sonrojas-. Comento mientras ponía sus manos en el rostro del joven, tratando de tranquilizarlo.

Al sentir la proximidad y las cálidas manos de Pacifica el castaño no pudo retener más sus nervios y dejo ver como su rostro se ponía totalmente rojo, alzo la vista sin pensarlo y la imagen del rostro de la rubia lo dejo hipnotizado, en ese momento se sentía como ambos trataban de regular su agitada respiración y de contener su cálido aliento, la temperatura entre ambos parecía estar a punto de estallar.

Pacifica no parecía desviar la mirada de los labios del chico, "-Lo deseo-. "Fue el primer pensamiento que se cruzó en su mente, pese a solo tener dos palabras ese pensamiento abarcaba muchas cosas.

De repente Diper volteo su rostro y corto la inmersión diciendo –si me tardo mi tío se preocupara, lo mejor será que lleve lo que tengo.

-S..si, tienes razón, vamos, comenzare mi ronda desde el cajero.

Al llegar a la cabaña Diper aun sentía el corazón a mil por hora, la sensación de las manos de Pacifica en su rostro no desaparecía, ni tampoco la de la proximidad de sus rostros, Diper recordaba perfectamente el cálido aliento de la chica en sus labios aunque no se hubieran tocado.

-No, me dije que este verano no pasaría esto, lo más seguro es que lo de la tiendo no fuera más que un impulso hormonal, no quiero que se dañe una posible amistad, por algo de lo que seguramente se va a arrepentir-. Este y muchos más pensamientos invadían la mente de Diper, pues aunque hubieran pasado los años no había dejado su hábito de pensarlo todo demasiado y la opción más plausible era que todo había sido debido al momento, pues era imposible que una chica como ella gustara de alguien como él.


Pacifica no paraba de pensar en lo de la mañana, ella había comenzado a sentí admiración por Diper desde la fiesta en la mansión, el verlo en la banca días atrás le había sorprendido pues lucia diferente, más seguro y maduro, eh incluso más atractivo, pero lo de la tienda lo aclaro todo, ella lo deseaba, no como un capricho, enserio lo deseaba, en ese momento su admiración y respeto hacia Diper se habían transformado en cariño, y no en cualquiera, sino en el sentimiento más fuerte que había sentido jamás, su deseo y cariño la habían hecho tomar una de las decisiones con más determinación, Diper seria suyo.

Aquí esta la segunda parte espero que disfruten.

No Lo Esperaba (Dippcifica Dipper x Pacifica)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora