Volví a mirar mi reloj.
...Tres de la mañana.
-Mierda, llevo horas dando vueltas en la cama.
Era la tercera semana consecutiva en la que apenas podía pegar las pestañas, y eso solo cuando el cansancio extremo se apoderaba de mi.
Ya había intentado todo, aromaterapia, infusiones de te, ejercicios de relajación pero nada había funcionado, mis ojeras comenzaban a ser mas evidentes y ya no me podía concentrar del todo, era como si estuviera medio muerto. Muerto, tal vez seria la única manera en que pudiera cerrar los ojos.
No se cual fue el origen de mi insomnio, tal vez el estrés acumulado del trabajo además de la pesada carga que era mi vida. Hace mucho que mis padres habían muerto y no tenia parientes muy cercanos, tampoco soy una persona a la que le guste socializar así que no tengo muchos amigos y de una novia mejor no hablemos, he pasado mucho tiempo de mi vida solo.
Toda mi habitación estaba oscura, apenas se podía distinguir el escritorio que se encontraba al otro lado. Mi mente comenzó a delirar, el cansancio ya me había afectado hasta tal punto que a veces me costaba diferenciar la realidad, había pedido unos días de incapacidad en el trabajo para poder solucionar todo este asunto y a mi jefe no le pareció tan mala idea porque mi estado ya comenzaba a afectar mi desempeño.
Cerré los ojos, con la esperanza de quedarme totalmente dormido, pero fue en vano. Comencé a recordar lo que había leído en Internet en uno de esos sitios de creepypastas, sobre una especie de monstruo que atacaba a todos aquellos mentalmente débiles o inestables.
Se suponía que era algo así como un demonio que no tenia una forma definida y que lamia el rostro de su victima, su lengua tenia un veneno que entraba directamente por la piel y dormía a la presa.
-Vaya historias se inventan en la Internet pensé.
Volví a cerrar los ojos, solo para encontrar una oscuridad igual a la que estaba afuera.
-¿Qué mierda fue eso?
De pronto escuche un sonido que venia del otro extremo de la habitación, como si algo se cayera
-Es solo otro de tus delirios, no ha sido nada.
Antes de que terminara esa frase escuche que algo se movía, pero no podía ver que era. Tome la lámpara que estaba junto a mi mesa de noche y trate de encenderla, estaba un poco nervioso así que falle las primeras dos veces.
Cuando por fin logre encenderla dirigí la luz hacia donde provenía el ruido, efectivamente, no había nada.
-El cansancio realmente me esta afectando-pensé.
Me dispuse a apagar la lámpara y recostarme de nuevo cuando escuche de nuevo un ruido, dirigí la luz lo mas rápido que pude al lugar y alcance a ver que algo corrió fuera de su alcance.
– ¿Qué mierda ha sido eso?
De pronto escuche un ruido constante como si algo estuviera corriendo por la pared, comencé a sentir el sudor frió por mi espalda y trataba de pensar que carajos había sido eso, podía ser cualquier cosa, tal vez una rata se habría metido y se asusto cuando vio la luz. De pronto un pensamiento me abordo.
-Podría ser el demonio del que leí.
Me sorprendí a mi mismo pensando eso.
-No seas estúpido- me dije.
-Solo son cuentos de niños.
Trate de reír pero aun seguía un poco asustado así que solo pude esbozar una ligera sonrisa, ya comenzaba a acostarme de nuevo con mi lámpara aun en la mano cuando sentí algo que estaba en mi rostro, se sentía frió y un poco húmedo, no me dio tiempo de ver que era porque un sueño bastante súbito se apodero de mi.
Sentí como caí sobre un costado y los ojos comenzaron a cerrarse, trate de apuntar mi lámpara con las fuerzas que me quedaban y pude ver una silueta negra, como una sombra, que estaba parada junto a mi cama, tenia una forma un tanto humana, era bastante larga y ni siquiera se le veían ojos, lo que si note bien fue esa gran boca llena de afilados colmillos que se abrían cada vez mas, como en una especie de sonrisa a medida que mis ojos se iban cerrando.
-Bueno, por lo menos ahora podre dormir.