Domingo en la mañana, sería nuestro último día en la playa, estaba sentada en el sofá mientras Cher buscaba algo entretenido que ver en la televisión.
-no se ve nada bueno- dijo ella fastidiada.
-¿vamos a la playa?- dije acomodándome.
-pero vamos todos juntos y comemos allá-dijo mi padre metiéndose en la conversación.
-exacto-dijo el padre de Cher.
-Vamos-dije mientras me para y arreglaba mi chaleco de lana color verde pistacho.
Salimos de la casa y subimos al auto con los chicos y nuestros padres, las ventanas iban abiertas y dejaba entrar todo el viento, era genial esa sensación de sentirse libre, con el viento desordenando tu cabello, acompañada de tu mejor amiga y familia, era una de las mejores sensaciones.
Mi padre se estacionó en la avenida principal de la playa y bajamos del auto.
Caminamos viendo los diferentes puestos de artesanía, compramos unos collares y yo compre uno especialmente para Christian, era hecho de hueso tenía tallado un corazón en el que pedí que pusieran nuestros nombre juntos.
-gracias-dije recibiendo la bolsa de papela amarillo.
-gracias a ti-contesto el señor que me atendió.
-Cher, me dio hambre-dije mirándola.
-no es novedad siempre tienes hambre-dijo riendo-
-tonta-reí.
-nuestros padres llamaron dijeron que nos esperaban en el restaurant de la esquina para comer-dijo sonriendo.
-vamos-dije caminando.
Caminamos, lentamente riendo, sobre los sombreros que llevaban algunas personas que estaban sentadas por ahí.
-CHER-grité.
-¿qué?-preguntó ella antes de chocar.
Chocó con un chico, era alto, de pelo negro y ojos claros, pero tenía algo que lo hacía especial. Pero solo tenía ojos para Christian, él era el único para mi.
-lo siento, mi amiga anda un poco ditraida-dije hablando por Cher, ella estaba completamente shockeada y en otro mundo.
-eso mismo-dijo ella, sonriendo como una verdadera estúpida.
-no te preocupes-dijo el chico.
-bueno, Cher vámonos-dije tomando del brazo a mi amiga.
-soy el Jake, un gusto-dijo presentándose.
-soy Cher-dijo mi amia nerviosa.
-y yo tn__-dije sonriendo.
-un gusto-dijo Jake.
-igual-dijimos al unísono.
-lo siento, pero nos tenemos que ir-dije tomando a Cher de los brazos, ya que todavía no volvía en sí.
-es hermoso-dijo Cher en un suspiro.
-cállate y camina, voy a morir de hambre-dije empujándola de la espalda.
Caminamos y entramos al restaurant, nos sentamos en la mesa en la que nos esperaban nuestras familias.
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Caminábamos por el muelle, la brisa marina inundaba mis fosas nasales.
Me senté en la orilla y Cher junto a mí.
-no quiero irme-dije mirando el horizonte.
-yo menos-dijo Cher.
-me encanta la playa, por mi me quedaría aquí-dije suspirando sonoramente.